LA BANDA DEL TUERTO QUINCE

SAN PEDRO. ITSASO

SAN PEDRO. ITSASO. VALLE DE BASABURUA, NAVARRA.

Todas las iglesias de este valle son similares. Construcciones recias con aires de románico pero con detalles, sobre todo apuntamientos en las portadas y algún que otro vano, que anuncian la llegada del gótico. Los expertos utilizan para datarlas el aspecto de las pilas bautismales.

Hasta Itsaso me ha traído un curioso crismón del siglo XIII. He aprovechado para hacer unas fotos de la iglesia que me sirven para ilustrar el relato de esta semana.

Accesible en coche. Sin mayores problemas para personas con movilidad reducida.

He seleccionado una lista de música sefardí. Comienza con varios temas interpretados por Ana Alcaide y su grupo. Los desconocía y han sido un descubrimiento.

https://www.youtube.com/watch?v=KSM8K0yC_Lw...

ZUHAITZ

En Itsaso y en todo el valle de Basaburua desconocían si ese era su nombre real o era un apodo. Se paseaba por el valle haciendo apuestas a que derribaba un árbol a puñetazos y patadas con las manos, pantorrillas y pies protegidos con cuero. Los desafiantes elegían el árbol y él determinaba el tiempo que le costaría y la cantidad a apostar. Ni que decir tiene que ganaba la mayor parte de las apuestas. Los árboles eran cada vez mayores y los tiempos tenían que ser cada vez más ajustados. Por eso, cuando vinieron a buscarlo desde Etxauri, no se pensó dos veces explorar otros lugares.

Habían llegado a Etxauri rumores de que la gente de Etxarri había contratado a el Lobo para defender sus derechos, con una justa de por medio, sobre un hayedo sagrado. Estaban aterrorizados ante la perspectiva: el contrincante sería muy duro de pelar ya que acarreaba a sus espaldas decenas de justas ganadas. Alguien, que se había movido haciendo negocios por el valle de Basaburua, comentó la posibilidad de traer a Zuhaitz para que hiciese varias apuestas por el valle y valorar si podría ser el paladín del pueblo. Después de contemplar sus hazañas en directo y valorando el dominio que tenía de las armas, además de su brutalidad con puños y piernas, Sendoa, señor de Etxauri, decidió hacerle una proposición.

-Mira Zuhaitz, eres la atracción del valle. Mucha gente quiere conocerte. Hay casaderas que preguntan por tu situación y otras, poco remilgadas, que preguntan por tus atributos. Voy a ofrecer un banquete al que asistirá toda la gente que es alguien en el valle y...quiero que te sientes a mi derecha, que todo el mundo vea que eres alguien apreciado por mi.

-¿Solo eso? ¿algo tramando estarás o qué?

-No, solo quiero que tu y yo seamos buenos amigos y...¿quién sabe? De las amistades salen los negocios.

-Yo dispuesto estoy si hablamos de negocios. Por ahí me muevo si tintinean las monedas. Y, si además, las damas se acercan...

-Voy a ofrecerte algo que te hará rico: un señorío en el valle, una bolsa bien repleta para empezar a explotarlo y mi amistad y mi ayuda en todo lo que necesites.

-Y eso gratis no será o ¿qué? Hacer... algo peligroso tendré que hacer ¿no?

-Te pediré algo relativamente fácil para tí y te exigiré lealtad en la amistad. Tanto si consigues los resultados que pretendo como si no, el pago se realizará. Y, para que veas que soy legal, todo te lo pagaré por adelantado.

-Poder no sé si poderé, me estoy viendo muerto.

-En el peor de los casos saldrás muy magullado pero vivo y con un buen futuro.

-Si puedo salir muy malparado, igual vamos cobrando ya. Ganas tengo de saber de qué se trata.

Un apretón de manos selló el trato. Sendoa resopló satisfecho. Había pensado darle un señorío que era un secarral pero que, con dineros y mucho trabajo, se podía convertir en una buena finca de cereal. Suficiente para garantizar la vida acomodada de una familia. Pensaba llenar la bolsa bien apretada para que Zuhaitz no torciese el morro y prometerle la ayuda con bueyes y herramientas necesarias para preparar el terreno y aportarle semillas el primer año.

-El trato, tal como lo habéis propuesto, interesarme me interesa ¿eh? Pero...igual me gustaría saber en qué me estoy metiendo.

-Se trata de defender los derechos de Etxauri sobre un hayedo sagrado. Tendrías que enfrentarte en justa con el Lobo.

-Rediez...casoenlaba, de saber igual no había aceptado ¿eh? Casi me viene mejor seguir con mis apuestas.

- No te echarás atrás ¿no? Un apretón de manos en Navarra es suficiente para cerrar un trato y tú has aceptado. Claro, que si no te atreves podemos echarlo para atrás pero...no sé qué pensaría la gente del reino de tu comportamiento.

-Palabra dada, manos chocadas...no hay más que hablar. Espero salir lo suficientemente enter


LA NATIVIDAD. IHABEN.

IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA Y TORRE DEL CASTILLO. CASTILISCAR. CINCO VILLAS, ZARAGOZA. 

IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA Y TORRE DEL CASTILLO. CASTILISCAR. CINCO VILLAS, ZARAGOZA.

La comarca de las Cinco Villas está plagada de buen románico. Es para hacer unas pocas excursiones. Hoy propongo una y os aconsejo, yo no pude hacerlo, que contratéis una visita guiada para poder disfrutar del Cristo y la peculiar Virgen de la capilla. En una de las fotos os pondré el teléfono de contacto.

En lo alto del poblado. Accesible hasta las proximidades en coche. Si quieres llegar hasta la puerta, es fácil que te quedes encajonado, ya sabes lo que pasa en estos pueblos de configuración medieval. Vamos, que te dejes de experimentos. Aparca, más o menos, cerca y date un paseo. Muy problemática, por no decir imposible, para personas con movilidad reducida.

Siglos XII y XIII. En el siglo XII estaba en manos de la orden de San Juan del Hospital.

Como inspiración para el relato de hoy, he seleccionado una música que espero que os guste si os la ponéis.

https://www.youtube.com/watch?v=wsgk8S1QJNU...

EL VIAJE DE ZUHAITZ

La acción de Zuhaitz atacando a traición al Lobo y dejándolo muy malherido había despertado un desprecio que le perseguía por todo el reino. A sus oídos llegó la información de que la gente de Berrioplano lo andaba buscando y que habían jurado darle muerte, si el Lobo moría, o una paliza descomunal si el muchacho se recuperaba de su precario estado. Decidió desaparecer y pensó que nadie le buscaría por la zona de las Cinco Villas. Una sombra seguía sus pasos con la suficiente distancia como para no ser vista.

En Castiliscar estaban celebrando las fiestas con todo tipo de distracciones. Decidió perderse entre la gente e ir observando. Se dio cuenta de que nadie le prestaba la menor atención. No quiso hacer apuestas sobre el derribo de árboles a patadas y puñetazos. En las afueras del pueblo vio una era cercada con carros y con unos corrales colindantes. Bajó a ver de que se trataba y le informaron del concurso de burladores de toros con un buen premio de por medio. Una mano se apoyó en su hombro.

-¿Qué andas, Zuhaitz?

-De lo del Lobo igual te han dicho mal ¿eh?.

-Olvídate, no estoy aquí por eso.

-De los de Berrioplano no eres tú o ¿qué?

-Yo soy de dónde brilla el oro y aquí, con este concurso, tintinea alegremente. ¿Te presentarás al concurso? Alguna vez te he visto y lo haces bien.

-Por parejas parece que quieren. Yo encontrar no encuentro. Lo mismo me cuesta buscar.

-Yo acabo de llegar y no tengo pareja. No me importaría hacerla contigo. Seguro que ganábamos.

Zuhaitz no las tenía todas consigo pero la codicia es lo que es.

-Que no vienes por lo del Lobo ¿me lo juras?

-Lo juro por Dios.

-Condenarte, igual te condenas al fuego del infierno.

-No tengo intención de caer en esa fonda.

Llegado el momento iban viendo los toros que salían. El Mierdulín los iba descartando. El resto de las parejas hacían lo que podían.

-Esta mierda de toros no sé de dónde los han sacado. Son una reata de mansos. En cuanto veamos uno que tenga alegría nos lanzamos como locos.

Salió un toro contrario, galopaba con un excelente tranco dejando continuamente los carros a su izquierda y tirando derrotes secos a todo lo que se movía.

-¿Este nos vale Mierdulín?

-Corre bien. Mantente a mi derecha y pegado a mi hombro.

Se fueron al centro de la plaza, juntaron sus hombros, Zuhaitz a la derecha del Mierdulín.

-No se te ocurra moverte hasta que no te lo diga yo. Tenemos la bolsa en la mano.

El toro los vio, se paró, escarbó echándose tierra al lomo, bufó y arrancó con un feroz galope. El Mierdulín no se movía, no decía nada, Zuhaitz miraba de reojo, el toro ya estaba cerca, el toro ya los olía, el toro ya estaba encima. El Mierdulín giró 180º pivotando sobre su pierna izquierda. Zuhaitz, estaba lívido, se quedó paralizado por el miedo. Un derrote seco con el pitón izquierdo penetró por su axila y, profundizando, le desgarró el cayado de la Aorta; de un movimiento violento del cuello lo lanzó a varios metros. La gente citó y se llevó al toro. El Mierdulín corrió hacia Zuhaitz, se arrodillo y apoyó la cabeza del herido en sus muslos.

-¿Me muero, Mierdulín? ¿Me ha matau?

-Parece que sí, Zuhaitz. Recuerdos del Lobo.

Un ciego con su lazarillo y un perro que le seguía a todas partes se había instalado en la plaza de Etxauri. El niño desplegó en un trípode unas viñetas que contaban las hazañas del Mierdulín.


LA NATIVIDAD. GOLDARATZ, NAVARRA 

LA NATIVIDAD. GOLDARATZ, NAVARRA

En un precioso entorno nos encontramos esta bonita iglesia de principios del siglo XIII. Accesible en coche. Impracticable para personas con movilidad reducida.

La pregunta de siempre ¿merece la pena? Para mí sí pero...yo soy de fácil conformar, con que haya dos piedras, una encima de la otra, ya me conformo. A ver, la iglesia tiene cosicas para ver, algunas auténticas curiosidades que veréis en las fotos. Además, el entorno es de cuento de hadas.

En esta ocasión he seleccionado algo que se llama Fiesta en el palacio de Alfonso el sabio.

https://www.youtube.com/watch?v=WSaRTJN6Ej4

EL CIEGO.

El ciego de Goldaratz era famoso en todo el reino de Navarra. Recogía historias, las adornaba y las convertía en romances que iba declamando por los diferentes enclaves. Se acompañaba de un lazarillo que desplegaba un caballete con las viñetas que adornaban cada historia y de un perro que hacía las delicias de los espectadores por las tonterías que le habían enseñado a hacer a base de más de un zurriagazo. En la última temporada narraba a los cuatro vientos la vida y hazañas del Mierdulín. A sabiendas de que Asier, el Lobo, yacía inconsciente en Etxauri, se desplazó hasta allí con la intención de contar algunos hechos recientes que había conocido. La carencia de la vista, desde su nacimiento, había agudizado de tal forma su oído que escuchaba ruidos y conversaciones que para los demás pasaban desapercibidas. Nadie sabe cómo pero era el primero que se enteraba de todo lo que ocurría en el reino y alrededores.

En una casa solariega, en la plaza del pueblo, el Lobo, inconsciente y cuidado por casi toda la gente de la Escuela de Salud de Berrioplano, reposaba en espera de un resultado final que no se preveía optimista. Había perdido mucho peso, no despertaba, respiraba fatigosamente. No respondía a ningún tratamiento. El clérigo del pueblo ya le había dado el viático y la extremaunción.

En la plaza y con una voz poderosa, el ciego de Goldaratz iba desgranando unos versos que componían el romance del Mierdulín. Había relatado ya casi todas sus hazañas y estaba dando fin a su historia.…

Y allí estaba el Mierdulín,

con Zuhaitz hombro con hombro,

Zuhaitz aguanta su miedo,

tiene demudado el rostro.

El toro fiero se arranca,

buscando a los dos mostrencos,

que en medio de su camino,

osan retarlo sin miedo.

Lo del miedo no esta claro,

Zuhaitz se caga por dentro,

y tenía sus motivos,

era llegado su tiempo.

El Mierdulín con un quiebro,

se desentiende del toro,

un derrote de la bestia,

causa una herida en el otro.

En sus últimos momentos,

sus ojos ya están vidriosos,

y el Mierdulín le susurra,

muchos recuerdos del Lobo.

El Lobo abre los ojos y escucha los últimos versos. La gente de la Escuela de salud no da crédito a lo que ha sucedido. El Lobo ha despertado de su inconsciencia.

-¿Quién está contando esa historia?

-Juer, Lobo, llevas mucho tiempo dormido y ¿te despiertas para preguntar quién declama unos versos? Y nosotras aquí llorando un día sí y otro también pensando que no volvías...esperábamos algo diferente, no sé, un “gracias por cuidarme”…

-Por supuesto que os estoy muy agradecido pero, ahora mismo, quiero aquí al que canta esos versos.

-Es el ciego de Goldáratz.

-¿Me ha parecido entender que el Mierdulín, sin ponerle un dedo encima ha acabado con Zuhaitz?

-Algo así ha dicho.

-Traédmelo, quiero que me cuente qué historia es esa. Por cierto ¿cuánto tiempo llevo dormino?

-Mucho, Unai, mucho.