LA BANDA DEL TUERTO ONCE
NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN. ELÍA, VALLE DE EGÜÉS. NAVARRA
NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN. ELÍA, VALLE DE EGÜÉS, NAVARRA.
Principios del siglo XIII. Como casi todas las del valle románicogoticoide, aunque se muestra con toda la robustez del románico. Como todas las iglesias navarras de esta época se retocó, añadiendo pegatinas, a partir del siglo XV. Accesible en coche. Con prdoblemas importantes para personas con movilidad reducida. Imprescindible en una visita por todas las iglesias del valle.
He recurrido a Tim Hard y Maddy Prior, antes de que formasen Steeleye Span, como banda sonora para la historieta de hoy.
https://www.youtube.com/watch?v=OEpBlbSWmh4...
LOS MURCIÉLAGOS.
-No podemos ir a Berrioplano sin ocuparnos de un tema importantísimo- Ishaq se dirigía a Jurdana.
-¿De qué se trata?.
-Y...¿no lo puedes preparar en el señorío?
-Va a ser algo que tenemos que hacer con cierta discreción. Preferiría hacerlo aquí. Pero antes tenemos que informarnos de algo. Me gustaría saber si en este valle hay colonias de murciélagos.
Preguntando por Egües encontraron un pastor que les informó de que al norte de Elía, en una zona de roquedal, había alguna cueva donde descansaban, colgados, ese tipo de animales. Jurdana informó al grupo de que se quedaban dos o tres días más y les aconsejó que partiesen hacia Berrioplano.
Ishaq y ella se desplazaron a Elía. Al llegar, un campanillo llamaba a misa. Sin dudarlo ni un momento, para no levantar sospechas entraron a la iglesia. Al terminar la celebración el clérigo, con cara de curiosidad, se acercó a los dos forasteros. Asombrado, con los ojos a punto de saltar de sus órbitas y con un temblor en las manos que denotaba su inseguridad se dirigió a la mujer.
-¿Jurdana?- la moza intentó recordar de qué lo conocía.
-¿Martín?, sí, Martín de Irurzun.
-Me conocéis por ese nombre pero en realidad soy Johannes de Egüés. Como veis soy clérigo y me encargo de varias iglesias del valle.
-Y...el cambio de nombre ¿por qué?
-Ya sabéis que estuve una semana en vuestro señorío estudiando las propiedades de las plantas y sus usos medicinales. Me encargo de las almas pero también de los cuerpos. Si consigo cuerpos saludables las almas tenderán a ser saludables también. Cambié de nombre para que no me identificaran y para no crear un conflicto con las autoridades eclesiásticas del reino. Y...a todo esto ¿qué hacéis por aquí? Porque no creo que hayáis venido a misa exclusivamente.
-Buscamos sitios donde encontrar murciélagos descansando.
-Al norte hay, en los roquedales.
-¿Nos acompañaríais?
-Por supuesto.
Al llegar a una especie de cueva, Johannes les señalo un grupo de murciélagos que descansaban colgados de las patas. Ishaq observó durante un rato la acumulación de excrementos debajo de ellos. Consideró que eran aceptables y poco a poco fue llenando de aquello, que parecían gusanos pequeños de color pardo oscuro, una especie de frasco de cristal.
-He traído más frascos, podéis utilizarlos. Llenadlos de estos excrementos. Creedme, los vais a necesitar.
-Y...¿qué haremos con esto?
-Os voy a enseñar a hacer un ungüento. Con esto, grasa de cerdo, aceite de oliva y manzanilla haremos un ungüento que, aplicado en los ojos, acelerará la curación de heridas y evitará la putrefacción.
-No me xodas Ishaq, ¿vamos a poner mierda de murciélagos en el único ojo sano del Tuerto?
-Dicho así no suena muy bien pero...sí, eso vamos a hacer después de la operación.
-Pues...cuando lo hagamos, te quedarás en el señorío hasta que el Tuerto se recupere del todo. Si tiene que colgar a alguien...que te cuelgue a ti.
-Me quedaré gustoso hasta la recuperación y, si me admitís en la Escuela de Salud alargaré mi estancia.
-¿Solo te mueve a quedarte la escuela?
-Bueno, sabes que me estoy recuperando de una herida de amor y creo que aquí puedo encontrar la medicina que me cure.
-¿Te podré ayudar a buscar esa medicina?
-Puede ser, ya veremos.
SAN MARTÍN. AZPA. VALLE DE EGÜÉS.
SAN MARTÍN. AZPA. VALLE DE EGÜÉS, NAVARRA
Románicogoticoide, como casi todas las del valle, con importantes transformaciones a partir del siglo XVI. El exterior nos da una idea de lo que pasó, referido a las iglesias, en 1200 en muchos lugares del reino de Navarra.
Accesible en coche. Sin problemas para personas con movilidad reducida. Relativamente interesante en una excursión al lugar para realizar comparaciones con las demás. ¿Pueden ser sitios de refugio en caso de venir mal dadas? ¿Puede ser una batalla de egos entre los pueblos del valle? Lo que está claro es que esas iglesias son demasiado grandes para el número de fuegos que había en cada población. En esas fechas las iglesias las construían los señores y...¿quién va a ser menos que los de otros pueblos? Esas rivalidades han existido toda la vida. Si non è vero è ben trovato.
A estas alturas los que seguís, más o menos de cerca, estas chorradicas que escribo, sabéis de sobra mi debilidad por Steeleye Span. Este grupo se formó a finales de los sesenta y en los setenta, cuando yo estaba en un grupo de folk como guitarra y voz ocasional si se puede llamar voz a los graznidos del cuervo, pegaron un importante acelerón. A mí me inspiran.
https://www.youtube.com/watch?v=gdQ1B64sCX0...
LA LUZ
Toda la banda del Tuerto se había reunido en el palacio de Berrioplano para asistir al momento de retirar definitivamente la venda que protegía el ojo bueno del señor.
-Alabado sea Dios. Veo... os estoy viendo a todos y...seguís siendo igual de feos que cuando me cayó ese telón en el ojo. Benditas sean las manos de Ishaq y ese maravilloso ungüento que me habéis dado en el ojo. Por cierto ¿de que está hecha esa maravilla?
-Mejor que no lo sepas, Tuerto- respondió Jurdana.
-El conocimiento es importante y una maravilla como esa tiene que conocerla el pueblo.
-El componente principal es el excremento de murciélago- respondió Ishaq.
-Casoensoriaaa, la madre que os parió a todos. ¿Me estáis gastando una broma? ¿De verdad me habéis puesto mierda de ese bicho en el único ojo que tenía.
-¿Ha funcionado? Pues ya está. Déjate de preguntas y da gracias al cielo de que Ishaq esté entre nosotros. Por cierto, me gustaría que se quedase para transmitir sus conocimientos en la Escuela de Salud. Yo preferiría que lo hiciese definitivamente pero, si no puede ser, que lo haga temporalmente- contestó Bartomeu, director de la Escuela.
-Vale, ya hablaremos de todo esto. Me gustaría descansar un poco. Os ruego que me dejéis solo en la penumbra. Ah, Ekaitza y Látigo, quedaos un momento.
Toda la banda abandonó el palacio. El Tuerto se quedó a solas con la pareja.
-Quiero que hagáis durante un tiempo un trabajo muy especial. Antes de tres meses quiero casar a Kemena de Gomacin con mi hijo Martín. Pero no quiero que la boda y festejos se celebren en el señorío, quiero hacer todo en el valle de Egüés. Vuestro trabajo va a ser poneros en contacto con Johannes, clérigo del valle, y determinar el mejor sitio del valle para nuestro propósito. Aprovecharéis una fiesta que se celebrará en Azpa para realizar vuestro trabajo. Os presentáis en esa población, ofrecéis un espectáculo de utilización de armamento y, seguramente querrán que lo hagáis en más pueblos. Cuando se corra la voz todo el valle querrá veros en acción y aprovecharéis para encontrar el lugar adecuado.
-Lo que mandes Tuerto. Estamos preparados para salir en cuanto lo digas.
-Por cierto, Ekaitza, el Látigo y tú, acompañados a menudo de Kemena y Martín, salís a menudo a cazar pero...- el Tuerto se rascaba la coronilla...- dos expertos en armas, de caza, todo el día, ¿para traer una liebre?
-No vamos solos. Casi siempre nos acompañan Martín y Kemena y de lejos...alguien al que habéis encomendado que nos vigile, el Bidáctilo.
-Casoenlaba. Mira que le insistí en que no se dejase ver.
-No se deja ver, se deja oler- la pareja estallo en carcajadas.
-Vale, sé que vais a una cueva en la que pasaste tu adolescencia, se que os acompañan mi hijo y Kemena y no quiero escándalos en casa. Bastante vigilados estamos como para traer hijos fuera del matrimonio. Mira, Ekaitza, sabes que te quiero como si fueses mi hija y, ya he hablado con tu madre, no miramos con malos ojos una unión entre el Látigo y tú.
-Bueno, bueno, ya hablaremos. Mientras tanto Estevania conoce hierbas que evitan lo que temes. No querrás que nos casemos a la vez que tu hijo ¿no?.
-No, no. Esperaremos un tiempo pero, mientras tanto, cuidado, mucho cuidado.
SAN BARTOLOMÉ. USTARROZ, VALLE DE EGÜÉS, NAVARRA
SAN BARTOLOMÉ. USTARROZ. VALLE DE EGÜÉS, NAVARRA. (No confundir con Uztarroz, valle del Roncal)
Actualmente lo forman tres casas y en dos de ellas se reparten sus doce habitantes. La iglesia es, aparentemente descomunal para pocos habitantes. Supongo que en el siglo trece, no he encontrado mucha información, los alrededores estarían más movidos. Como todas las del valle, la piqueta del "pegatinas" le regaló en el XVI unos apaños que desfiguran su pasado medieval. Un crismón trinitario, muy deteriorado y de estilo navarro, preside una portada ligeramente apuntada.
Accesible en coche. Con algunos problemas para personas de movilidad reducida.
He recurrido a Magna Carta y su cd Lord of the Ages para conectar mis dos neuronas y que produzcan algo con algún sentido.
https://www.youtube.com/watch?v=h6hycJGbl5o...
APUESTAS
Ekaitza y el Látigo se movían por el valle de Egüés haciendo alardes de su dominio de las armas. Competían por demostrar quién era mejor. Su estado físico y emocional diario decidía quién ganaba puesto que su habilidad era similar. Despertaron un enorme interés en el valle, era algo insólito y, estando en el reino de Navarra, no tardaron en aparecer las apuestas. A medida que iban pasando de un pueblo a otro, la población del valle se movía con ellos y las apuestas crecían. El abad de Ustarroz, aficionado a todo juego y a menear los dineros apostando, organizó en el poblado una semana de actividades que incluían competiciones de todo tipo de actividades rurales y enfrentamientos de los voluntarios del valle contra los forasteros por demostrar quién era más hábil con las armas. Para el último día programó un enfrentamiento Ekaitza contra el Látigo. La prueba de lanzamiento de destralillas la ganó el Látigo, en lanzamiento de cuchillo ganó Ekaitza. El arco tuvo que determinar quién ganaba la competición.
-Te voy a moler, Ekaitza, no tienes nada que hacer. Tiraremos a una rueda de carro en movimiento montada sobre un eje y habrá que acertar en los radios.
-De acuerdo, Látigo, date por xodido.
-Señala con una marca el radio que quieras y lanzaré yo primero.
La rueda giraba a una velocidad moderada. El disparo del Látigo fue certero. La flecha se clavó profundamente en el radio señalado.
-Supéralo, Ekaitza.
El disparo de Ekaitza se clavó en el radio anterior al del Látigo.
-Has fallado
-No he fallado, espera un lanzamiento más.
El siguiente lanzamiento la flecha se clavo en el radio posterior al del Látigo.
-Sigo pensando que has fallado.
-Sabes que no. Eres un cabezón. Te voy a demostrar que no he fallado ninguna de las dos.
El siguiente disparo partió en dos la flecha del Látigo y la sacó de su radio quedando la de Ekaitza ocupando el hueco que había ocupado la flecha del Látigo.
El Látigo se dirigió hacia los asistentes y con los brazos en cruz y, las palmas hacia el cielo, se encogió de hombros dando la competición por perdida. Los que habían apostado por Ekaitza se frotaban las manos contando las ganancias. Los que habían apostado por el Látigo abandonaban cabizbajos el poblado.
El abad de San Bartolomé invitó a todos los competidores a un banquete sentando a su diestra a Ekaitza y a su siniestra al Látigo. A los postres, degustando un licor similar al que Ekaitza destilaba en el señorío de Berrioplano, el abad se dirigió a los dos.
-Habéis sido conscientes de lo que ha pasado aquí. La gente apuesta por vosotros. Sois prácticamente iguales. No habría sospechas si uno gana en un sitio y otro en otro lugar. Las apuestas van a crecer como las margaritas en primavera. ¿Qué pasaría si alguien, que no fuese sospechoso, que fuese tenido por santo, supiera de antemano quién va a ganar en cada lugar...?
-¿Nos estáis pidiendo que amañemos la competición?
-Solo os pido un poco de información. Yo haría todo el trabajo sucio y las ganancias irían a medias.
-¿Sois consciente de lo que nos pedís?
-¡Claro que sí!, os estoy mostrando cómo pasar de moderadamente ricos a asquerosamente ricos.
-Pero...¿vos sois clérigo de verdad? ¿No teméis al infierno?
-Yo temo al infierno aquí, en el más allá...ya veremos. Y...mientras tanto, vivamos el cielo aquí. Pensad en lo que os he dicho.
-No hay nada que pensar.
-Sí...sí vais a tener que pensar.
SAN PEDRO. OLAZ, VALLE DE EGÜÉS.
SAN PEDRO. OLAZ, VALLE DE EGÜÉS, NAVARRA
Voy a terminar los reportajes de iglesias del valle de Egüés con esta. Románicogoticoide con pegatinas añadidas, a lo largo de los siglos, en cada restauración. De la iglesia original nos queda la portada con varios canecillos, pertenecientes al tejaroz, muy deteriorados por la erosión y la mitad inferior de la torre. Al lado de Pamplona, accesible en coche, sin problemas para personas con movilidad reducida. Interesante en una excursión al valle.
Esta vez he elegido a Dixie Chicks, un grupo de country que a mi me encanta.
https://www.youtube.com/watch?v=_tUtlC-sAA8
EL SECUESTRO
El Látigo, Ekaitza y el clérigo Johannes, seguían sus andanzas por el valle de Egüés buscando una buena localización para la boda de Martín y Kemena y ofreciendo espectáculos de habilidades con las armas. El abad de San Bartolomé de Ustarroz había mandado que les siguieran por todas las poblaciones y le mantuviesen informado de sus actividades. Mientras tanto, en el señorío de Berrioplano, los días transcurrían apaciblemente: el señor controlaba, el administrador administraba, los maestros enseñaban, los médicos curaban, los caballeros cazaban y entrenaban y los niños con las niñas jugaban. En el grupo de niños se encontraba Sua, llamada así porque sus padres el Zarpas y Ekaitza la habían engendrado en una noche de pasión arrasadora. Su padre había fallecido pero la niña era la joya del señorío, su madre la adoraba y el Tuerto, aunque no era su abuelo biológico, perdía el sentido por ella. El señorío era un lugar tranquilo, los niños campaban a sus anchas y, en las tardes de verano, solían acercarse al río que bordeaba el pueblo. En una explanada colindante con un remanso, jugaban a ser caballeros, simulaban justas y torneos, unas niñas hacían el papel de damas y otras, las más atrevidas cogían las armas y se batían con los minicaballeros. Todos se bañaban en el remanso que no tenía ningún peligro. El fondo era de ruejos y apenas les cubría hasta la cintura. Hacía rato que un fraile los vigilaba escondido en unos matorrales. En un momento de descanso de los niños salió de su escondite y se dirigió a la hija de Ekaitza.
-Hola Sua, soy fray Lope, tu madre me ha encargado que te lleve al pueblo donde se encuentran ahora, se acerca tu cumpleaños y quiere hacerte un regalo.
-No puedo ir con vos sin decírselo a mi abuelo, fray Lope, se enfadaría mucho si me voy sin avisar.
-No te preocupes, ya he hablado yo con el Tuerto y tienes su permiso.
-Y, ¿vos sabéis cual es el regalo?
-Aunque lo supiera no podría decírtelo, es una sorpresa.
-Y mi madre ¿dónde está?
-Está cerca, en Olaz. He traído un caballo para ti, no tendremos que ir andando.
-Me despido de mis amigos y voy.
La niña, en su inocencia y pensando que un fraile no podría hacerle nada malo, se fue con él. Al atardecer los niños volvieron al señorío. Al entrar en la plaza se toparon con el Tuerto.
-¿Dónde está Sua? ¿Por qué no viene con vosotros?
-Se ha ido con un fraile. La llevará con su madre.
- ¿ y comoo se llama ese fraile?
-Creo que entendí que se llamaba Lope.
El Tuerto, muy alarmado, convocó a todos los caballeros del señorío.
-Se han llevado a Sua. Un malnacido, disfrazado de fraile, se ha llevado a mi niña. Os quiero a todos patrullando hasta que los encontréis. Si lo hacéis me da igual lo que hagáis con el fraile, como si lo que queréis colgar de los mismísimos en un arbol. Pero traedme a Sua sana y salva. Uno de vosotros que salga a galope hasta Olaz. Creo que el Látigo y Ekaitza están allí. Contadles lo que ha sucedido.
El Látigo y Ekaitza recibieron la noticia con preocupación. Sabían que. por el momento, no le iba a pasar nada malo. Estaban seguros de que el abad de San Bartolomé había organizado el secuestro para extorsionarles y obligarles a amañar sus retos. Se dirigieron inmediatamente a Ustarroz. El abad trabajaba apaciblemente una huerta.
-Hola Ekaitza, bienvenidos a Ustarroz una vez más. Supongo que habéis meditado sobre la proposición que os hice- se dirigió a ellos con una sonrisa artera
-Mecagontostusmuertos abad.- el Látigo lo había cogido del cuello y, apoyándolo contra el tronco de un árbol, lo miraba a los ojos enfurecido. -¿Dónde está Sua?
-No sé de que me habláis.
-Te hablamos del secuestro de la niña. Estamos seguros de que tú tienes algo que ver.
-No tengo nada que ver. Por dios, secuestrar una niña, ¿por quién me habéis tomado? Yo soy un hombre de Dios, nunca haría tal cosa.
-Te hemos tomado por el malnacido que va a dormir hoy colgado de una árbol.
-De verdad que no tengo nada que ver. Os ayudaré a buscarla y...de nuestros negocios ya hablaremos más adelante. Pueden esperar.