LA BANDA DEL TUERTO DIEZ

SAN VICENTE. ARDANAZ. VALLE DE EGÜES

SAN VICENTE. ARDANAZ. VALLE DE EGÜES, NAVARRA.

   Otra iglesia, interesante para mi. Románicogoticoide. Una portada con cuatro capiteles, bastante deteriorados por la erosión, muy intrigantes. Algunos detalles más que le dan un aire de fortificación. En la cima del pueblo. Un crismón que, según la consulta que he hecho, es de principios del siglo XIII pero hay quien sospecha que el tímpano que lo contiene se cayó en algún momento y fue repuesto más tarde.

   Accesible en coche, sin mayores problemas para personas con movilidad limitada.

    Aquí os dejo, por si os interesa, un link con información exhaustiva de la iglesia:

https://www.romanicodigital.com/.../Ardanaz%20de%20Eg%C3...

    He seguido con John Renbourn para buscar inspiración para esta historieta. Música con reminiscencias medievales. The Hermit

https://www.youtube.com/watch?v=hDuH056r1I8

LA BATIDA.

   Los jabalís estaban haciendo estragos en el valle de Egües. Los nobles del valle, viendo que sus ingresos disminuían decidieron dar varias batidas e invitaron a destacados señores del reino a participar en ellas. La gente del señorío de Berrioplano se había desplazado, casi al completo, para formar parte de la masacre.

Se acostaba el sol, la hora preferida por los marranos para salir a hocicar. En un bosque, cerca de Ardanaz, El Tuerto, Bidáctilo, el Trampas, Ekaitza, el Zarpas y Látigo formaban un equipo de caza que seguía el rastro de una piara comandada por un impresionante animal que, a ojo, pasaría de las doce arrobas. Ya había herido a varios perros y destripado a dos. Un integrante de otro grupo, inexperto en este tipo de caza, pero que había sorprendido en diferentes fiestas por sus habilidades con una especie de atlatl, un arma muy apreciada en caza porque no necesitaba mucha fuerza para lograr fuertes y precisos lanzamientos, había herido al verraco en su pata derecha trasera. El animal huía de la jauría que ladraba  intimidante y de los hombres que le seguían.

    El Zarpas había enfilado su caballo al galope por un estrecho sendero y, cuando se centraba en seguir el rastro del jabalí, la poca luz y su vista fija en el suelo hizo que no se percatara de una rama baja que le pegó en la cabeza tirandole al suelo. Un feroz guarrido que partía de su derecha puso sus sentidos en alerta, busco el cuchillo que llevaba al cinto, el animal atacó, el Zarpas se defendió tirándole una cuchillada que hirió su paletilla y, al encontrar hueso, no profundizó. El desgarrón de la ingle le produjo estupor, en un primer momento y, después de unos segundos un dolor insoportable.

     De la nada surgieron una flecha y dos destralillas. La primera atravesó el corazón del animal y, casi simultáneamente, las destralillas partieron, casi en dos, la jeta del animal.

   Látigo y Ekaitza llegaron a la vez y comprobaron que la cosa no pintaba nada bien. Látigo se quitó toda la ropa del torso y metió su camisa, hecha un gurruño, en la herida. Presionaba en esta mientras gritaba desesperado para avisar al resto de caballeros.

    -Zarpas, no me hagas esto, no me dejes sola. Ahora mismo te llevamos a Ardanaz y te curarán. Aguanta, no cierres los ojos, mantente despierto.

    -Tengo mucha sed Ekaitza, dame agua.

    La herida era mortal de necesidad. el colmillo del jabalí había seccionado la arteria femoral y esta se había retraído. La presión no estaba consiguiendo detener la hemorragia.

    -Escucha, Ekaitza, esto es el final. No voy a llegar a Ardanaz y, aunque lo consiga no van a poder hacer nada, lo siento. Tengo mucho frío. No me queda mucho. Escúchame bien: no me llores demasiado. Ya sé que no necesitas un hombre a tu lado pero, aunque me mantengas en tu recuerdo, busca un hombre bueno que te acompañe en tu vida. He sido muy feliz a tu lado pero ha llegado la hora de despedirnos. Recuérdame pero no lleves luto, no tienes que hacer alarde de tu dolor. Tu no eres como las demás, eres una guerrera.

    Lo trasladaron con un hilo de vida hasta Ardanaz pero no llegó a ver amanecer. Celebraron un funeral en Ardanaz y lo llevaron, para darle tierra, al señorío de Berrioplano. Ekaitza, totalmente ida, recibía las condolencias de todos los presentes. El Látigo se acercó a ella.

   -Me tienes a tu disposición para todo lo que quieras. Lo sabes ¿no?.

   -Gracias Látigo.


SAN VICENTE. LARUMBE

SAN VICENTE. LARUMBE, NAVARRA.

    No os escandalicéis al ver algunas fotos. La iglesia es románicogoticoide. A caballo entre finales del XII y primera mitad del XIII con un pórtico añadido, alguna década después, que ya utiliza una arquitectura claramente gótica. Pero lo sorprendente es que casi todas las tallas que hay en el pórtico son románicas y de tosca hechura gran parte de ellas. Es la más curiosa de las de transición que he visto en Navarra e imprescindible para entender cómo se produjo el lento ocaso de uno y el amanecer del otro. Un pequeño y curiosísimo crismón sin X que, si no prestáis atención, se os puede escapar.

   Accesible en coche. Con algunos problemas salvables para personas con movilidad reducida.

   Necesitaba recurrir a Amazing Blondel y su álbum England para inspirarme.

https://www.youtube.com/watch?v=yH6_gnmYO6s

LA FINCA

   El Látigo llevaba casi un mes alojado en Berrioplano esperando que el Tuerto pagase su deuda. No pretendía meterle prisa porque estaba muy cómodo en el palacio central, cerca de Ekaitza con la que practicaba habilidades con el arco casi todos los días. En una de las habituales comidas en grupo, el señor de Berrioplano se dirigió a él.

   -Oye, Látigo, ya tengo en cuenta que tengo una deuda contigo. Te sugiero que vayas al valle del Arakil, te pongas en contacto con Mateo, y que te vaya enseñando las fincas de ovejas que tenemos por allí y eliges una.

   -¿Tiene que ser en ese valle?

   -En eso consistía la apuesta.

   -Yo había pensado en otra.

   -Tú dirás.

   -Tenéis una fuera del valle pero muy cerca de él, en Larumbe.

   -¿Por qué la de Larumbe? Es pequeña ¿a qué viene ese interés?.

   -Está más cerca del señorío y en caso de conflicto podría estar allí en menos de una mañana.

   -Y ese posible conflicto del que hablas...¿no tendrá que ver con una dama, que casualmente es mi ahijada, y con la que andas a menudo haciendo prácticas de arco? Que te conste que, aunque Ekaitza quiera rehacer su vida, no es en ti en el que había pensado yo.

   -Piénsalo, Tuerto, ¿quién mejor? Ella y yo formaríamos una pareja invencible.

   -Quiero tranquilidad, no la quiero metida en líos.

   -Eso ya lo ha tenido con el Zarpas. Le vendría bien un poco de movimiento y aventuras.

   -Y eso ¿se lo vas a dar tú? Dejar muertos por el camino ¿es tu plan de vida?

   -No, no...tengo una idea pero tengo que hablarla con más gente y aunque, por ley de vida, podamos tener algún percance yo la mantendría al margen de problemas graves.

   -Esto que me cuentas no me gusta para nada pero respetaré la decisión que tome Ekaitza. Espero que rechace tu plan. Mañana iremos a la finca de Larumbe y te presentaré como señor.

   Una vez instalado, el Látigo se aburría como un hongo. Su idea de vida no era estar mirando comer a las ovejas. Para eso estaban los pastores. Tampoco estaba dotado para llevar la economía de la finca. Habló con el Centollo, que aceptó encantado, para que lo hiciese. Ekaitza, con el Mierdulín y el Oso de Guesalaz solían acercarse algunos días. Les gustaba la compañía del Látigo y se dedicaban a todo tipo de ejercicios de arco y diferentes armamentos. El Mierdulín, mientras los demás practicaban, se dedicaba a burlar a toros imaginarios con todo tipo de carreras, quiebros y piruetas. El Oso, en los ratos libres, se dedicaba a ejercitarse partiendo leña de certeros hachazos. Raquel y Jurdana, y a veces Estevania, se acercaban a pasar unos días. En una de estas reuniones, mientras daban cuenta de varias piezas de pelo y pluma que habían abatido el Látigo hablaba, sin dirigirse a nadie en especial.

   -Tengo unos sueños que no me dejan en paz. Me veo en verano, por diferentes pueblos del reino, todos los que estamos aquí. Ekaitza y yo haciendo alardes de manejo de armamento y retando a los valientes a emular nuestras hazañas. El Mierdulín y el Oso burlando y dando muerte a toros. Raquel, Jurdana y Estevania cuidándonos.

   -Oye Látigo mantennos al margen- dijo Jurdana -el Oso ya sabe de que depende nuestra relación.

   -Y... ¿alguna escapadita de vez en cuando?

   -Tendrá que negociarlo. Lo de burlar toros a caballo lo puedo tolerar pero descerrajarlos a mazazos no entra dentro de lo tolerable.

   El Mierdulín estaba encantado con la idea, Raquel no hacía ascos a pasar el verano con él. Estevania no hacía ascos a pasar el verano con Raquél y con él...

   -Y tu, Ekaitza, ¿no estás interesada?

    -No lo sé, es muy reciente la muerte del Zarpas. ¿qué va a pensar la gente?

   -¿Desde cuando te importa lo que diga la gente?

   -No sé, lo pensaré. La idea me gusta pero...


LA PURIFICACIÓN. ZUAZU. VALLE DE IZAGAONDOA.

LA PURIFICACIÓN. ZUAZU. VALLE DE IZAGAONDOA, NAVARRA

   Finales del XII, principios del XIII. Muy interesante. Accesible en coche. Pocos problemas para personas con movilidad reducida. Si has visitado Artaiz, sigue la N2400 en dirección a Lumbier y enseguida, a la derecha, te encontrarás con esta iglesia. Cositas interesantes de las que te pongo algunas en el reportaje fotográfico. Aunque...lo mejor es que contrates una visita guiada al valle de Izagaondoa y te empapes del románico de aquella zona.

   He elegido para inspirarme un trabajo de Pentangle, un grupo que fue referencia para mí en la década de los setenta.

https://www.youtube.com/watch?v=RXDopkLBiAc

LA CULEBRILLA

    1273 se desarrollaba con una previsión de cosechas excelente en el Reino. Para finales de Mayo ya se había recogido el centeno y la producción había sido excelente. Al trigo le faltaban unos veinte días para estar listo. Pero, como solía ser habitual, el mes de Junio se caracterizó por un calor excesivo por las mañanas y tormentas por las tardes. La temida pedregada acompañó a algunas de éstas malogrando las cosechas.

    En el señorío de Berrioplano, el Centollo, quién sabe si inspirado por la interpretación de los sueños del faraón que en su día hizo José, había obligado tiempo atrás, a todos los caseríos con más de cinco fuegos a edificar un granero sobre pilastras de piedra y recoger en él parte de la cosecha de cada año en previsión de tiempos malos. Ese año, mientras en casi todo el reino se alimentaban con pan de centeno, en el señorío se seguía utilizando pan candeal.

    El Látigo, el Mierdulín, el Oso de Guesálaz, Ekaitza, Raquel, Jurdana, Mateo y seis pastores más, acompañando a una manada de diez bueyes y seis toros, se desplazaban hacia Izagaondoa para presentar por aquel valle su proposición de entretenimiento para las fiestas. Se habían instalado en una casona con patio y corral muy amplios cerca de la iglesia de la Purificación. Desde allí se movían por todos los pueblos del valle y, cuando lo solicitaba algún señor, llevaban los toros también. Todo transcurría con normalidad hasta que el Mierdulín, el Oso, Mateo y dos pastores más se levantaron, después de una par de días de entumecimientos, con unos ronchones muy dolorosos y plagados de pequeñas ampollas. Jurdana los examinó concienzudamente.

    -Lo siento chicos, me temo que esto es la culebrilla. ¿Sentís una especie de fuego interior que os abrasa?.

    -Sí. ¿Esto es lo que llaman el fuego de San Antonio?

    -Efectivamente. Tenemos que volver al señorío inmediatamente.

    -Yo tenía la idea de que este mal solo lo curaban, en sus hospitales, los frailes de San Antonio. ¿Es contagioso?.

   -No, no vais a llevar la pestilencia al señorío.

   -Yo he oído que se cura haciendo el camino de Santiago.- comentó el Mierdulín.

   -Los que se han curado de esta forma relatan que estuvieron más de siete días alojados en el hospital de Castrojeriz regentado por esos frailes. Podemos hacer tres cosas: desplazarnos a Olite, al Convento-Hospital de San Antón. Hacer el camino y descansar en Castrojeriz, dejando una buena propina o ir al señorío y consultar con Bartomeu a ver que opina él. Yo estoy segura de que esta última solución es la adecuada- opinó Jurdana. -¿Qué hacemos?

   -¿Qué vamos a hacer, Jurdana? Tú eres la experta, lo que digas lo acataremos.

   Todos los afectados y Jurdana partieron inmediatamente hacia el señorío. Los demás se quedaron para acompañar al ganado. Al llegar los primeros a los alrededores del Castillo de Irulegui, en una cueva casi en cueros y con unas barbas que le llegaban hasta la cintura, encontraron a un anacoreta. Se acercaron a él por curiosidad. Nada más verlos se dirigió a Jurdana.

   -Mala cosa la culebrilla y peor si se andan rascando como estos desgraciados.

   -¿Qué sabes tú de enfermedades del cuerpo?

   -No siempre he sido un solitario. He vivido en Granada y la salud de sus habitantes estuvo en mis manos muchos años. Un mal de amores me trajo aquí y aquí estaré hasta mi final.

   -Y según tu experiencia ¿qué deberían hacer?.

   -Ya es tarde, paciencia, compresas de manzanilla para aliviar la quemazón y el dolor.

   -Y ¿se curarán?

   -Se curarán en diez días si cambian la alimentación que han llevado los últimos días.

   -La alimentación ha sido la habitual. Solo ha cambiado el pan. Han estado comiendo pan de centeno.

   -No te voy a decir que ahí esté el problema pero...mira siempre lo diferente, la alimentación es fuente de muchos problemas.

   -¿Podré visitarte de vez en cuando?

   -Aquí andaré pero...puede ser que algún día tengas que dar sepultura a mis restos.


SAN ESTEBAN ALZUZA

SAN ESTEBAN. ALZUZA. VALLE DE EGÜÉS, NAVARRA

     Románicogoticoide con el interior reformado totalmente en el barroco. El exterior muestra los muros, portada y torre originales. En el interior solo queda algún pequeño detalle románico. La original está datada a finales del siglo XII. Hay demasiadas y poco acertadas "actualizaciones" posteriores. En el reportaje fotográfico os pondré algunas fotos del interior para que juzguéis.

    Accesible en coche. Con muchos problemas para personas con movilidad reducida que solo podrán apreciar parte del exterior.

    Vuelvo a recurrir a mi admiradísimo grupo en los años setenta Amazing Blondel.

https://www.youtube.com/watch?v=I_TT7Yb8tgA...

EL ANACORETA.

    Nuestra cuadrilla se había recuperado de la culebrilla y tan solo quedaban algunas manchas y marcas en las partes de piel afectadas. Les había bastado con cambiar el pan de centeno por el pan candeal. Estaban preparando ya un viaje por el valle de Egües, cerca de Pamplona, para hacer diversas exhibiciones de lo que proponían como diversión en las fiestas de cada pueblo del valle.

    -Yo iré con vosotros pero, desde el valle, me iré sola hacia el castillo de Irulegui, tengo cosas que hacer por allí.

   -Y...esas cosas no tendrán que ver con una cueva y un anacoreta ¿no?

   -Pues sí. Necesito mucha información y él la tiene. Todo esto va a venir bien para el señorío.

    -Y ¿vas a ir sola?

    -Me gustaría que me acompañase el Látigo, me dejase allí cuatro días, volviese con vosotros y, transcurrido el tiempo, volviese a buscarme.

    -No hay ningún problema, será como dices, Jurdana- respondió el Oso.

    -Una cosa antes de salir. Cada uno llevará una hogaza de pan y bajo ningún concepto lo compartirá con gente del valle. Evitad comer pan de centeno. No lo olvidéis.

     Al llegar a Alzuza se separaron y el Oso y Jurdana emprendieron el camino del castillo. Alcanzaron la cueva del anacoreta que, sentado en una roca, llevaba rato viéndoles acercarse.

    -Hola, bienvenidos. Os estaba esperando. Pasad a mi palacio.

     El interior era austero pero no faltaba de nada. Un buen lecho, buen fuego, alimentos variados.

    -No esperaba yo esto de un anacoreta. Pensaba que vivíais con menos medios.

    -Vivo como un anacoreta pero recuerda que soy médico y cuido mi higiene y mi salud con la intención de vivir muchos años. Y...en esa Escuela de Salud que tenéis en Berrioplano ¿habéis sacado alguna conclusión con la culebrilla?

    -Si pero no sabemos por qué se produce. Tenemos la seguridad de que el pan de centeno es el causante.

    -Solo habéis acertado en parte. No es el causante, el causante está en nuestro interior, el pan de centeno es el desencadenante.

   -Nuestro médico, Bartomeu, se estaba volviendo loco con esto.

   -Pero tú, Jurdana, no has venido aquí para contarme la relación del centeno y la culebrilla. Has venido con otras intenciones.

   -Quería saber cosas de vos. Ni siquiera se vuestro nombre.

   -Me llamo Ishaq. Ejercí con gran éxito mi profesión en Granada.

   -Me consta que en Al Andalus habéis operado con éxito problemas de los ojos ¿vos lo habéis hecho?

   -He operado con éxito algunos ojos nublados, sí. Fui discípulo de un integrante de la escuela de Mohammed Al-Gafequi.

   -Nuestro jefe es tuerto y casi no ve con el ojo que le queda. ¿Podríais hacer algo?

   -Podría examinarlo y, con lo que encuentre, intentar la intervención si es posible. Pero...hace tres años que no ejerzo...

   -No se hable más pero, si vais al señorío con esas pintas asustaréis a la gente.

   -No conozco barbero por los alrededores... sastre no haría falta, en previsión de algún acontecimiento así guardé mis mejores ropas para un acontecimiento.

   -Yo me encargo del pelo y de las barbas.

   -Si no hay más remedio...

    A medida que iba despejando la cara del anacoreta una especie de gusanicos y mariposicas hacían de las suyas en el vientre de Jurdana.

   -Sois más joven de lo que pensaba y- se ruborizó -más guapo.

   -Estad a lo que tenéis que estar no sea que me rebanéis el cuello.

   -Tendré mucho cuidado, no quiero desfigurar una imagen tan agradable. Por cierto, oléis muy bien.

   -No es mérito mío, el mérito es del arrollo que hay a unos pasos de aquí y a las flores y plantas silvestres.

   -Además de la operación del Tuerto, si es posible, ¿no os gustaría ejercer en el señorío y colaborar con la Escuela de Salud?

   -Tendré que pensarlo. Todavía no me he curado del mal de amores que me afecta.

   -Tiempo al tiempo Ishaq.


SAN MARTÍN. EGÜÉS.

SAN MARTÍN. EGÜÉS. NAVARRA.

   Románico-goticoide. Principios del siglo XIII. Curioso ábside liso, verde (no me tiréis piedras que es un apunte irónico).

   Recomendada en una excursión por el valle de Egües.

   Accesible en coche. Mínimos problemas para personas con movilidad reducida.

   La música que he elegido para inspirarme en una nueva narración pertenece a Blackmore´s Night.

https://www.youtube.com/watch?v=4iN-QrM56ko

ISHAQ

   Tenia otro aspecto después de un corte de pelo, un afeitado y con ropas adecuadas. Alto, fuerte, a pesar del tiempo que llevaba recluido en la cueva. Como buen médico no dejaba de hacer ejercicio natural; andar, correr, levantar troncos y echárselos al hombro, saltar arroyos, subir y bajar barrancos con cargas. Vamos...lo que hoy llamamos una mezcla de Crossfit y Fartlek combinado. Jurdana no le quitaba el ojo de encima.

   -¿Podemos ponernos en marcha o te vas a quedar ahí pasmada más tiempo?

   -Eh...esto...sí, tendremos que buscar al grupo por el valle de Egües.

   -¿Qué síntomas tiene el Tuerto?

   -Visión nublada, borrosa, cuando cae el sol no ve prácticamente.

   -Si es lo que pienso tiene arreglo y te enseñaré a hacerlo.

   -No podría realizar ese tipo de operaciones. Tendrás que enseñarle a Bartomeu.

    Ishaq cogió un bolsón de piel en el que llevaba las herramientas de su trabajo y se pusieron en marcha. No tardaron en dar con todo el grupo que se encontraba en Egüés.

    -Hola Jurdana ¿qué tal tu investigación? Veo que has encontrado a alguien aparentemente interesante- saludó huraño el Mierdulín.

   -Te presento a Ishaq, fue médico en Córdoba. Quiero llevarlo a Berrioplano para que, si es posible, intervenga al Tuerto en su ojo.

    -Lo del Tuerto no tiene arreglo, es cosa de la edad.

    -En Al-Ándalus se interviene ese mal y la gente recobra la visión. No está al alcance de todo el mundo pero Ishaq puede hacerla.

    -Ya, y tu interés es solamente por la preocupación que tienes por el Tuerto ¿no?.

    -Mi interés es por incrementar el conocimiento de la medicina y dotar de técnicas avanzadas  a nuestra Escuela de Salud.

    -Ya, y para eso has buscado un físico birrioso, pequeñajo y malencarado ¿no?

    -He buscado al médico adecuado; al que tiene los conocimientos.

    -El hecho de que sea tan atractivo no tiene nada que ver ¿no?

    -¿Pero qué te pasa, Mierdulín? ¿Estoy equivocada o estás celoso?

     -¿Celoso yo? No me conoces, Jurdana.

    -Te conozco de sobra.

    -Y entonces...dónde está aquél del que decías que era tu juglar favorito, el músico que hacía sonar los instrumentos con armonías asombrosas.

    -Hace tiempo que no lo veo.

    -Pensaba que éramos un trío invencible.

    -Mierdulín, tu no tienes más dios que los toros. Nuestros encuentros tienen diferentes motivos. Lo que te mueve a ti es el morbo de acostarte con Ruth y conmigo a la vez. En su día pensé que te amaba pero, en realidad, a la que amo es a Ruth. Tú te has convertido en un mal necesario y a menudo divertido. Hace tiempo que no te amo y, si sigues con tu forma de vida, perderás a Ruth también.

     -No me digas eso, Jurdana. No lo piensas. Yo os amo a las dos pero creo que soy incapaz de expresarlo.

    -Voy a salir hoy mismo hacia Berrioplano. Espero que Isahq pueda operar el ojo del Tuerto aunque...creo que debería intervenirte a ti también, no ves más allá de tus narices.