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EL MANCO , EL TUERTO Y SU BANDA

MONASTERIO DE SANTA FE . EPAROZ, NAVARRA




MONASTERIO DE SANTA FE. EPAROZ, URRAUL ALTO, NAVARRA.


Accesible en coche, sin mayores problemas para personas con movilidad restringida. El antiguo monasterio está convertido en hospedería. Fundado a finales del siglo XII. El hórreo que os he puesto es del siglo XV pero...como era posiblemente la despensa...ahí os lo dejo.

Si habéis seguido alguna de mis pichorradicas sabréis que me gusta, cuando llego a algún lugar, escuchar lo que me cuenta el viento. Pues aquí me ha contado cosas.


EL PRINCIPIO



Jean Paul e Hubert son dos amigos de Toulouse, Francia. Estamos en 1255. Jean Paul viene de partirse el cuero en la séptima cruzada harto de recibir estopa en el intento de conquistar Egipto. Se junta con Hubert y le dice: -chico, estoy desesperado, no sé qué hacer con mi vida, me voy a hacer el Camino de Santiago, quiero encontrarme a mí mismo.

Hubert era un tarambaina, andarín de noches turbias, bebedor a plazo fijo, vividor a muerte, trilero de corazones, holgazán como el solo. En fin lo que hoy llamaríamos un auténtico "figura". Se queda mirando fijamente a su amigo y le dice:

-Mira Jean Paul, yo no soy religioso ni creyente ni nada de nada pero te voy a acompañar porque tú eres socialmente un inútil capaz de perderte en la plaza de un pueblo.


Y allá que se van los dos. Pasan Somport, Canfranc, Jaca, Puente la Reina de Jaca, llegan a Sangüesa, Liédena y ahí Jean Paul propone ir por un camino en la foz de Lumbier para seguir el camino por un ramal secundario hasta llegar al valle de Lónguida siguiendo el valle de Izagaondoa. Pero, una vez pasado Lumbier propone a Hubert visitar el monasterio de Santa Fe en Eparoz.

-Pero vamos a ver atún, ¿qué se nos ha perdido en ese monasterio?.

-Reliquias- contesta Jean Paul.

-No me xodas que tú crees en esas cosas.

-Pues sí-

-A ver melón: -¿qué clase de reliquias?

-Ropa, huesos, cuerpos, lignum crucis, pelos y un diente de la virgen María, el dedo con el que bendecía San Esteban, la garganta de san Blas.

-Tú eres medio tonto, que es peor que tonto, ya que solo llegas a la mitad de la tontería. ¿Te crees esas patochadas? ¿Tú crees que alguien iba a coger, en algún momento, pelo y un diente de la virgen?, ¿eres consciente de que, si juntamos todos los lignum crucis podríamos construir el arca de Noé? y la garganta, con la garganta de S. Blas me has matado.


En esas andaban cuando al llegar a Eparoz se encuentran con dos lugareñas con sus hijos, uno de pocos meses y otro de unos tres años, y les preguntan por el monasterio.

-Precisamente nosotras vamos hacia allí, podéis acompañarnos.

-Y ¿a qué se debe vuestra visita al monasterio?- pregunta Jean Paul.

-Pues mire usted: mi hijo, dice una de ellas refiriéndose al niño de meses, no para de llorar desde que nació y nos está haciendo la vida un calvario. Lo llevamos a pasarlo por las reliquias que son mano de santo, nunca mejor dicho, para estos males.


Hubert se queda mirando a la otra lugareña y le dice:

-Y¿el vuestro? un poco mayor para llorar mucho ¿no?

-No, el mío come tormones-.

-Mon dieu qu´est que c´est tormones?

-A ver franchute, tormones son los pencos de barro que se forman cuando labras.

-Y ¿eso se come aquí?

-¡Que se va a comer! eso es un enfermedad que se llama pica.

-Y ¿esa enfermedad la curan las reliquias?

-Efectivamente y a ti, que se te ve un descreído te va a entrar la fe y la garganta de San Blas te va a llevar hasta Santiago cantando Sur le pont d´Avignon, tontolaba.

Y ahora mismo estaréis pensando: juer Javiero, se te ha ido la pinza mucho esta vez.

Que va, lo de las reliquias es cierto y lo de la curación de llorones y cometierras también. Los franceses y las lugareñas no tanto

IGLESIA DE SAN ANDRÉS. LEARZA, NAVARRA



SAN ANDRÉS. LEARZA, NAVARRA

Accesible en coche. Complicada, por no decir imposible para personas con movilidad reducida.


LAS DUDAS

Estamos en el año 1255. El Camino de Santiago es peligroso y conviene recorrerlo en grupos grandes para evitar los ataques de las partidas de bandoleros que asaltaban al peregrino que se despistaba.

Habíamos dejado a nuestros amigos franceses, Jean Paul e Hubert, en Santa Fe de Epároz.

Cuatro jornadas después se encontraban en Estella, en una taberna, gastando sus últimos dineros en una jarra de vino.

-Mira Jean Paul, hemos cometido una estupidez. Hemos salido de Francia prácticamente sin dinero y ahora nos encontramos aquí, a falta de 135 leguas por lo menos para Santiago, y luego volver hasta casa, sin dinero... Recuerda que ayer tuvimos que robar fruta y una gallina. ¿Va a ser esto todo el viaje? ¿un búscate la vida en cada jornada, expuestos a llevarnos una tanda de latigazos en el mejor de los casos?-.

En la mesa de al lado un manco sintonizaba su antena para escuchar la conversación. Le habían cortado la mano al pillarlo en una mala operación comercial pero había sido lo suficientemente astuto para convencerles de que le cortasen la mano derecha cuando era zurdo. Se sienta en la mesa de los franceses y les dice:

-Perdonad la intromisión, he oído sin querer vuestras cuitas y puede que yo pueda ayudaros. Os propongo un negocio que os solucionará la ida a Santiago, la vuelta a casa y, si os apetece puede ser una forma de vida permanente con grandes beneficios. -Me llamo Ferrant el Manco.

-Y ¿en qué consistiría ese negocio?- pregunta Hubert.

-La venta de reliquias. Yo soy especialista en falsificar acreditaciones, certificados de autenticidad y hacer pasar por huesos de santos los restos de la cena del día anterior. He vendido muchas. Espero que, con esta unión, podáis ser mis agentes. Yo estoy ya demasiado visto y demasiado mayor. Si aceptáis, en un si es no es os convierto en enviados del Papa.

-¿Qué ganamos nosotros?- preguntó Hubert que había tomado las riendas de la negociación.

-Un 20%- contesta Ferrant.

-El 40- replica Hubert.

-30, ni pa ti ni pa mi.


Un apretón de manos cierra el negocio.

-Mira, vuestro primer objetivo es Learza. Fácil, un señorío con un cura más simple que el mecanismo de un peine, yo ya le vendí en su día alguna cosica.

En una mesa próxima, sentado de medio lado para orientar la única oreja que tenía en servicio y levantando un vaso de vino con los dos únicos dedos de su mano derecha, un individuo malencarado escuchaba la conversación de los dos franceses y el Manco.

Nuestros amigos se ponen en marcha y, entre Olejua y Learza, en una zona boscosa, les sale al paso una partida un poco peculiar. La banda del Tuerto.

La verdad es que daba un poco de rile verlos. Desechos de batallas, ni uno completo, uno sin un pie, el otro sin oreja y con pocos dedos, otro había dejado los pelendengues en un mal encuentro con tajo tirado a la ingle. En fin, que había que juntar a los cinco para hacer uno solo. Y todos al mando del Tuerto una mezcla de fiero malhechor y bondadoso socarrón, que se había tirado al monte para no tener que depender de la caridad pública después de haber dado media vida y parte de su organismo en beneficio de su señor. Infundían el pavor que irradian los que no tienen nada que perder.

-Bidáctilo, ¿son estos?

-Los mismos, Tuerto

-Bonjour mes demoiselles. Bienvenues dans la maison del Tuerto- les saluda el jefe en un francés que recordaba de sus tiempos de frontera. -¿Se puede saber qué se os ha perdido por aquí, señoritas?

-Pues...no sé...veníamos haciendo el Camino de Santiago y, por lo visto, hemos perdido la ruta- contesta Hubert.

-Ya... y, de unas reliquias y eso no sabéis nada ¿no?. Ya os estáis poniendo en pelotas aquí mismo y vais dejando todo a nuestra vista. Quiero ver los huesecillos y los certificados de autenticidad.

Comprobado que la información de Bidáctilo era cierta el Tuerto se dirige a los dos franceses:

-Mira, yo no soy mala gente, mi partida y yo comemos como el resto de los mortales. Estoy al tanto de todo lo que tramáis, pero voy a ser generoso. Os dejo dos sacos de yute para que os tapéis las vergüenzas. Os dejo las reliquias también, las vendéis en el señorío, volvéis por aquí, mitad y mitad, os devuelvo la ropa y os dejo ir sanos y salvos y con la mitad del negocio. Es más, si todo sale como pienso os puedo pasar información de más clérigos pánfilos que se morirían por tener huesecillos de santos y fruslerías así. Eso sí, siempre que llevemos participación en el negocio. Y, no os preocupéis por el manco, ya hablaré yo con él. Si no volvéis...alguien me informará de vuestras andanzas y ¿habéis escuchado a un cuto cuando lo capan?...pues eso.

Aceptaron la oferta, realizaron la operación, se volvieron a juntar con Ferrant en Estella y le contaron lo sucedido.

-Os aconsejo que aceptéis la oferta del Tuerto. Saldremos todos ganando. Sabía que nos estaban espiando en Estella y me pareció ver a su peña en la taberna. No es mala gente el Tuerto si no se la juegas. Pero bueno...algo hemos ganado, menos da una piedra.


IGLESIA DE SAN ANDRÉS. VILLAMAYOR DE MONJARDÍN, NAVARRA

SAN ANDRÉS. VILLAMAYOR DE MONJARDÍN, NAVARRA

Accesible en coche. Sin mayores problemas para personas con movilidad reducida.


LA FUNDACIÓN DE LA BANDA

Nuestros amigos franceses, Jean Paul e Hubert, junto con el Tuerto y el Manco, se reunieron en el rincón de una taberna de la calle de La Rua de Estella, lugar frecuentado por los residentes francos, peregrinos, y algún que otro de catadura incierta. Se sentaron frente a unas jarras de buen vino y un gorrín asado concertando una alianza que los llevase a todos a la riqueza.

-Entonces, Tuerto, tú te vas a asegurar de que nuestros socios no sean molestados en sus andanzas ¿no es así?- comenta el Manco.

-Cierto, mis hombres y yo cubriremos, en la sombra, sus desplazamientos- contesta el malhechor.

-Bien, yo me encargo de las falsificaciones y nuestros colegas franceses de la venta-contesta el Manco.

-¿Porcentajes?- 30% para ti Manco, 30% para los franceses y 30% para mí- sugiere el Tuerto. -Nos sobra un 10% y, aquí viene lo bueno, nuestros dos agentes dejarán ostensiblemente ese porcentaje en el cepillo para atención de los pobres. Hay que dar buena imagen.

El Manco preparó una cuerda de esparto, le hizo unos nudos y la impregnó de sangre que pilló en una carnicería. Le arreó unos cuantos estacazos contra una columna hasta que se despeluchó viva y se la dio a los franceses.

-¿Esto qué es?- dijo Hubert.

-Uno de los ventiún látigos con los que azotaron a San Andrés antes de crucificarlo. Os vais a ir a Villamayor de Monjardín y a ver cómo convencéis al clérigo para que os lo compre- contesta el Manco. Os voy a dar dos salvoconductos del papa y los certificados de autenticidad de las reliquias. No os vendría mal estudiar la historia del santo y madurar algo que pueda satisfacer y aumentar el ego del páter.

Cuando los dos franceses tenían a la vista Villamayor de Monjardín, en la fuente de los Moros, encontraron a una zagala cargando agua en una tinaja.

-Hola buenos días- saludan amablemente. -Somos peregrinos que venimos a hacer una donación a San Andrés. ¿Tu sabes cómo se llama el clérigo que oficia en su iglesia?-

-Pues...supongo que os referís a Guillén. Puafff, es un clérigo de misa, olla y polla- contesta la muchacha. -No merece ni el don ni título alguno. Es aficionado a todo tipo de carnes y si son de prieta moza mejor.

Los peregrinos se pusieron en la portada de la iglesia uno de pie en semiespagat y con los brazos en V hacia el cielo imitando la cruz de San Andrés, el otro desnudo de cintura para arriba arreándose zurriagazos con la cuerda que le había dado el Manco.-San Andrés ruega por nosotros, protégenos- gritaban como si alguna calamidad amenazase al pueblo.

Primero se unió uno del pueblo, después otro y otra, dos más allá y...en quince minutos medio pueblo clamaba al santo pidiendo protección. Unas imitaban la cruz de San Andrés y otros, a limpio trallazo, se ponían el lomo al jerez. Ellos no lo sabían pero acababan de inventar las flashmob.

En estas llegaóel clérigo y, a empujones, consiguió llegar hasta los peregrinos.

-¿Qué está pasando aquí? todo el mundo "pa" casa que tengo que hablar con estos señores.

Los franceses explicaron que eran peregrinos, que venían de Roma enviados por Alejandro IV y que traían una bendición del papa para Don Gillén y, además, llevaban algunas reliquias de San Andres para dejar en Santiago.

-¿El papa tiene conocimiento de mi existencia?- contestó el clericastro. -Yo soy Guillén.

-Por favor Don Guillén no seáis modesto, el papa os conoce y os tiene en gran estima.

-A ver, el año pasado estuve de peregrinación en Roma y asistí a la coronación de Alejandro. Lo intuí en una ventana dando la bendición Urbi et Orbi. A lo mejor, con su clarividencia, se percató de mi presencia y valoró mi trabajo. Y ¿esas reliquias que lleváis a Santiago? ¿no podríais dejar algo por aquí?-

-Nos gustaría hacerlo pero...el papa espera obtener unos beneficios por ellas para mantener la sede de la iglesia. Llevamos madera de la cruz de San Andrés y uno de los látigos con los que le atormentaron antes de crucificarlo. Pero...ufff, no sé, no creo que podáis pagar el precio que pide Su Santidad. Podríamos dejar el látigo, con restos de la sangre del santo por...unas...¿treinta libras?-

-Me parece mucho dinero pero puedo reunirlo. Id a comer algo por ahí y esta tarde os veo aquí.

Se reunieron por la tarde y, hecho el negocio, Hubert le dijo al clérigo:

-Mire excelencia, vamos a dejar tres de estas treinta libras para los pobres de la zona, el papa estaría de acuerdo con esta donación.


Y me diréis: -¿existe de verdad ese látigo?-


No, el látigo no existe pero pudo existir, como existen muchas reliquias hechas de víspera.


SANTIAGO APOSTOL. OLEJUA, NAVARRA.


SANTIAGO APOSTOL. OLEJUA, NAVARRA.

Accesible en coche. Sin problemas para personas con movilidad reducida.

Una iglesia peculiar. En la línea de las de Learza y Villamayor de Monjardín. Todas en la misma zona. Gran parte de las fotos llevan premio, solo es cuestión de ampliarlas y observar. Y...no seré yo el que os diga lo que podéis encontrar.


EL HIJO DEL TRUENO


Había pensado dejar descansando a nuestros amigos Jean Paul e Hubert. Más que nada para no aburriros con sus idas y venidas. Pero, en estos días de ciclones, tormentas, nieves y parafernalia general de Pamplona; mientras esperaba a que bajasen las aguas de Mordor-Venecia y preparando una visita a Olejua una voz interior que, por lo irrespetuosa puede ser la de Hubert, me taladraba continuamente el cerebro:


-Oye tú, chorrabobo, ¿te sirves de nuestras peripecias para buscar el aplauso fácil y no piensas contar lo que nos pasó cuando íbamos de Urbiola a Olejua?-

-Pues...pensaba dejaros un tiempo y retomaros después. Quería dedicar algo a mi dinastía navarra predilecta-.

-Tú verás. Igual me canso yo también de contarte aventuras a la oreja-.


Pues nada oye, yo que soy un tanto pusilánime, cuando escucho un "tú verás" tiemblo y me voy de acá para allá, con el viento chungo, como la hoja muerta, que diría el amigo Paul Verlain.

Nuestros amigos habían salido de Estella de madrugada con la aviesa intención de hacer pasar por buena una reliquia del mismísimo apóstol y venderla en Olejua. Se trataba de la raspa de un pez que sirvió de alimento al santo y que procedía de la pesca milagrosa en el lago Tiberíades. En otras palabras: la raspa de la trucha que se había cenado el Tuerto la noche anterior.

Era una calurosa mañana de Junio y, a medida que el sol se iba levantando, empezó a soplar un cálido viento sur y unas amenazadoras nubes crecían en abultadas y oscuras volutas. Al llegar a Urbiola, nuestros amigos pensaron quedarse allí esperando a ver cómo evolucionaban esas amenazas. Al final decidieron continuar el camino confiando en que no se desencadenase una tormenta, cosa muy optimista en junio en Mordor.

No habían recorrido ni dos kilómetros desde Urbiola cuando un relámpago espectacular recorrió el cielo sobre sus cabezas y el trueno los tiró de culo a un ribazo terminando, a limpia voltereta, chapoteando en una acequia de poca agua y mucho barro.

-Mon dieu- dice Jean Paul- esto es el boanerges (hijo del trueno), que no quiere que sigamos adelante con el timo de la raspa y nos castiga por nuestra puñetera maldad.

-No digas tonterías- contesta Hubert -eso son paparruchadas. No tiene otra cosa que hacer el santo que preocuparse por lo que hacemos un par de baldragas. ¿A estas alturas de trapicheos vamos a creer en esas historias?-

-Chiassasasasasasassssscrrrassssssss un rayo desgajó una impresionante encina hacia la que corrían, ingenuos, a refugiarse. Buouruoooommmmmmm un segundo trueno, mayor que el anterior, abre la caja de Pandora y da paso a una tormenta de granizo sobre sus cabezas. Muertos de miedo, las piedras cada vez más grandes, ya son como avellanas, corren despavoridos con las anapolas (zurrón de peregrino) cubriendo sus cabezas. Las piedras, cada vez mayores, ya son como cerezas gordas, están muertos de miedo, magullados vivos. Hubert pensaba para sus adentros: -la madrequemeparió alguna de estas piedras me va a astillar los cuernos-. Jean Paul, con sus últimos residuos de religiosidad, pedía ayuda al santo a voz en grito: -Herru Santiagu, got Santiagu. E ultreia, et suseia, Deus adiuva nos (¡señor Santiago, buen Santiago. Más adelante y más arriba. Dios ayúdanos) . Y de repente a su derecha, efectivamente más adelante y más arriba, encontraron una pequeña cueva. Entraron y respiraron aliviados.

Dentro de la cueva había leña seca apilada. Alguien la usaba esporádicamente. Decidieron hacer un fuego para secar sus ropas y recuperar un poco de calor. Intentaron hacer chispa con el pedernal y una especie de roca verde que sobresalía de la pared y chaaaaaasssssss cayó al suelo una clavícula humana coloreada de verde.

-Dios santo, ¿qué es esto? ¿restos humanos?-.

No sabían que habían entrado en lo que se iba a llamar, a mediados del siglo XX, la cueva de los hombres verdes. Una explotación de azurita en la edad de bronce, 2000 años antes de Cristo, que se abandonó por bajo rendimiento o por agotamiento del mineral y se reutilizó como zona de enterramientos. De la impregnación del mineral resultaban los huesos verdes.

La tormenta fue remitiendo y los dos decidieron que todo lo que había pasado era, si no la bendición del boanerges, por lo menos la vista gorda del susodicho; una especie de:

-Andaos con cuidado que os vigilo, os dejo hacer estos trapicheos porque me resultáis "salaus"-

Con esta interpretación tan sui géneris decidieron seguir adelante con su operación.

Conseguido el objetivo y con una buena bolsa de dineros en una anapola, y la clavícula verde en la otra, regresaron hacia Estella pensando en la utilidad que le daría el Manco a el sorprendente hueso que habían encontrado.

Y os estaréis preguntando -¿existe la raspa?. -No, no existe la raspa del pez en Olejua ni leyenda que apoye esta chorradica mía. Pero si existe la cueva de los hombres verdes; yo estuve, en mi adolescencia, en ella y fui testigo de la extracción del cráneo verde de un niño, algunos huesos más y fragmentos de cerámica.

SANTA MARIA DE EGIARTE, NAVARRA.


SANTA MARIA DE EGIARTE, NAVARRA.

24 de diciembre de 1255. En un apartado discreto de una taberna de la calle de la Rúa de Estella, compartiendo una suculenta cena y antes de ir a figurar como cristianos de pro en la misa del Gallo en la que sería nombrada primera parroquia de Estella al año siguiente, San Pedro de la Rúa, se encuentran haciendo balance de lo que hasta entonces han sido sus andanzas con el negocio de las reliquias el Manco, Jean Paul e Hubert, y la partida al completo del Tuerto.


NAVIDAD

Los franceses, vistos los resultados económicos de sus negocios, habían pensado retrasar su peregrinación, afincarse en Navarra un tiempo y, en ese momento, estaban proponiendo al grupo continuar con el negocio por un tiempo indefinido. Todavía les quedaba una clavícula verde, que tenían pendiente de colocar desde el verano, y no era precisamente la falta de iglesias lo que les iba a animar a proseguir la peregrinación.

El Manco, que además de buena vista para los negocios tenía el don de la clarividencia, haciendo balance de los resultados económicos en todo este tiempo, estaba también por la labor de seguir con ese contubernio que les había proporcionado abundantes éxitos. Sus predicciones auguraban éxitos futuros muy importantes.

En la partida del Tuerto había un joven de unos veinte años, muy atractivo, que habían conseguido rescatar de un pellerique al que estaba atado en la plaza de un pueblo, para escarnio público, por haber enredado por debajo de las faldas de una moza de buena casa. Le apodaban el "Licencias". Era un segundón de buena familia que en su niñez fue destinado a la labor eclesiástica y metido en un monasterio. Cuando descubrió que le tiraban más las faldas que las sotanas escapó de su encierro y se dedicó a visitar pueblos en fiestas buscando calor humano y, si se terciaba, algún pago o regalo por sus servicios. Vamos...lo que hoy llamamos un gigoló en toda regla.

El Licencias recibía este nombre por dos razones: una, muy importante, era absolutamente licencioso y un auténtico experto en artes amatorias. Cuando aparecía por algún pueblo muchas mozas se tiraban del moño por ser las primeras en encontrar alojo en un rincón del pajar. Y otra, no menos importante, era el único que sabía leer, escribir y manejar números, junto con el Manco.

Una vez tomada la decisión de seguir con el negocio el Manco se dirige al muchacho y le dice:

-Oye Licencias, esto que estamos haciendo igual interesa más adelante, sería conveniente que fueses haciendo relatos cortos escritos de nuestras andanzas y, a ser posible, hazlo de forma que parezcamos gente de buen corazón-.

El Tuerto aplaudió la idea entusiasmado, loco por pasar a la posteridad como un ejemplo de malhechor bondadoso.

-Bueno, pues aclarado que seguimos trajinando, vamos a preparar algo para estas navidades, una buena venta que nos asegure unas abundantes y ricas mesas. He raspado una moneda de oro y la he hecho polvo, tengo incienso que le he comprado a un monaguillo y que vamos a hacer pasar por incienso de Omán, mirra que le he comprado a una bruja y que vamos a hacer pasar por mirra de Arabia. Ahora nos falta un sitio en el que aprecien estas reliquias procedentes directamente de sus majestades los Reyes Magos de Oriente.

-Yo sé el sitio adecuado- dice el Licencias. -Santa María de Egiarte, tiene unos capiteles con los que me quedé alucinado mientras rozaba con los mios los labios de una moza lozana en un rincón del atrio. Los reyes Magos entregando sus regalos al Niño Dios.

-Pues no se hable más operación preparada.

El Tuerto se aparta un poco con el Manco y le dice:

-Oye, ¿tu crees que, en el siglo XXI, por poner un ejemplo, alguien leerá nuestras aventuras?

-Mira Tuerto, sabes de sobra que tengo el don de la clarividencia y que puedo leer el futuro y te digo que sí, que nos leerán. Es más estoy viendo una época negra, como con peste, contagios, muertes...pero con esperanza porque al final se impondrá la cordura. Y, desde aquí, conscientes de que nos van a leer, vamos a desear en nombre de nuestro contubernio Feliz Navidad a todos y... no seáis tontolabas, poned los medios para escapar de la pestilencia.


LA ASUNCIÓN. BEUNZA, NAVARRA.




LA ASUNCIÓN. BEUNZA, NAVARRA.


Como casi todo el románico rural que visito, asomándose al futuro. Finales del XII principios del XIII.

¿Merece la pena visitar la iglesia per se?. Solo si eres un auténtico forofo. Lo que sí merece la pena, como en toda Navarra, es patearte el valle buscando cosas.

Accesible en coche. Muy complicada para personas con movilidad reducida, no merecería la pena el esfuerzo.


EL BIDÁCTILO


Los treinta ya no los cumplía. Le gustaba este apodo. Se lo había puesto el Licencias debido que había perdido tres dedos de su mano derecha. Solo conservaba el índice y el pulgar. Para colmo le faltaba la oreja izquierda también.

Contaba que se alistó en el ejército de Teobaldo I en 1239 y que partió para la cruzada que, más tarde, se llamaría de los barones. En su imaginación participó en varias batallas y, en una de ellas, el alfanje de un sarraceno le busco el cráneo para partírselo como una sandía y sembrar el campo de batalla con sus sesos. En la defensa de este ataque perdió la oreja de un refilonazo y los dedos de un sablazo bien dado.

La realidad difiere un poco de la versión poética del Bidáctilo. La oreja izquierda se la amputaron para hacerle ver que escuchar conversaciones ajenas tras las puertas no estaba bien visto. Los dedos los perdió en una reyerta de malos vinos desviando un lance de faca cachicuerna que buscaba aventarle los mondongos.


Al llegar a la banda, en poco tiempo, fue aceptado tácitamente como lugarteniente del Tuerto.

Era taimado, la rata más lista del vertedero, la que sacaba el máximo partido al mínimo desperdicio. Si viviese en la actualidad sería el confidente de cabecera del inspector estrella de una comisaría.

Las navidades de 1255 las había pasado en el caserío de su familia en la zona de Beuntza. Cuando volvió a Estella se puso en contacto con el Manco:


-Oye Manco, por la zona de Beuntza anda un monje predicando y no tiene más tema que San Judas Tadeo. Igual si investigas...podemos colocar algo por allí.

-Voy a mirar y, cuando tenga algo concreto, os reúno a todos-. Contestó el Manco.


Una semana después el Manco convoca a una reunión a todo el contubernio.

-No os lo vais a creer. San Judas Tadeo, también llamado Judas de Santiago, patrón de los imposibles. Era uno de los discípulos; un guaperas y además, como se sabía guapo, solía llevar, casi siempre, una túnica verde. ¿Me vais pillando?. Por guapo se tiene el que de verde viene.

-¡¡¡La clavícula verde!!!-.Contestaron a coro.

-Efectivamente. Vamos a contar que el que le suministraba las túnicas se las teñía con malaquita y que, cuando llovía, la agresividad de la tintura le impregnaba el hombro de un color verde de tal forma que llegó a pasarle hasta el hueso y teñirlo. Pero esta vez vamos a funcionar de forma diferente. El monje ya nos ha hecho el trabajo y ha creado la necesidad de tener algo perteneciente al santo. Nos vamos a mover sutilmente por el valle cuchicheando a las orejas adecuadas que alguien tiene algo y que, a lo mejor, le interesa venderlo. Y, a partir de ahí que funcione el boca a boca y al mejor postor. Pero debemos tener en cuenta que aquí hay que sacar un gran beneficio porque puede ser que nos interese cambiar la base de operaciones durante un tiempo a Pamplona. No vamos a tener prisa en vender la reliquia.



SAN MARTÍN DE TOURS. UBAGO, VALLE DE LA BERRUEZA, NAVARRA.

SAN MARTÍN DE TOURS. UBAGO, VALLE DE LA BERRUEZA, NAVARRA.


Accesible en coche. Sin problema para personas con movilidad reducida. Cerrada con una barrera de cinta que la rodea prácticamente. Supongo que es por el aparente peligro de desprendimiento de piedras. Sobre todo de lo que peor aspecto tiene: la espantosa boina que le pusieron posterior a su fábrica. La espadaña también es posterior y no huele demasiado a románico rural navarro.


EL ZARPAS 1


Habían tenido suerte. Un noble de la zona de Beuntza se encaprichó de la clavícula verde de San Judas Tadeo y pago una fortuna por ella convencido de que, con la reliquia del patrón de los imposibles en su poder, se iba a adueñar de todo el valle.

Para celebrar el comienzo de año, hacer balance de la empresa y repartir beneficios, el Manco había reservado un apartado en su taberna habitual en la calle de la Rua de Estella. Una vez que dieron cuenta de unos apetitosos asados bien regados se repartieron los dineros y, con unos licores alegrando el espíritu empezaron a relucir anécdotas. Vamos, como en cualquier cena navideña familiar con cuñados.

-Bidáctilo, cuéntanos cómo conociste al Zarpas.

-Juer...os lo he contado ya cuarenta veces.

-Es igual, los franceses y el Manco no la han escuchado.

-Valeee, pero...sin interrupciones eh.

-Había perdido yo los dedos peleando a muerte con el infiel-. Se levantó un coro de voces: -buaaaaaahhhh falazzzzz, que los perdiste en una pelea fulera-. Gritaron todos los del Tuerto.

-He dicho que sin interrupciones. Una más y no sigo.

-Bueno, continúo. Cuando ya me había cicatrizado la mano me fui en busca del mejor herrero de todo el ejército navarro, por no decir de cualquier ejército en leguas a la redonda: el Zarpas. Era espectacular, sacaba dos cabezas al más alto de todos los combatientes que se daban de ostias (recuerda Plauto) en Oriente Medio. Cada brazo suyo era como el muslo de los demás. Algunos malintencionados le llamaban sarcásticamente el Rey porque decían que era hijo bastardo de Sancho VII el Fuerte. Pero la gente de confianza le llamaba Zarpas, en alusión a una de las herramientas de su oficio y a que, si se mosqueaba, te podía dar un sordabirón a mano abierta y te subía treinta puntos el cociente intelectual. Bueno, ¿para qué os lo describo si lo tenéis enfrente?, si necesita dos sillas para sentarse.

-Yo había amasado unos dinericos con apuestas, juegos y otras actividades de dudosa honradez, me presenté en la forja con la bolsa y le dije al Zarpas: ¿podrías hacerme una espada adaptada que me permita defenderme y atacar con soltura?.

-Oye, no te lo pierdas, sin decir ni mu empieza a hacerme varios moldes de yeso de toda la mano y, cuando termina, me dice: vuelve dentro de un mes.

-Volví al mes y allí estaba, reluciente, en el pomo había una especie de arandela forrada con un cuero suave y grueso que se adaptaba perfectamente a mi muñeca. La probé con varios movimientos y me di cuenta de que, a pesar de que podía manejarla con cierta soltura, no iba a ser fácil utilizarla en combate y que iba a necesitar mucha adaptación y entrenamiento. Cuando me iba me volvió a llamar el Zarpas: mira chaval, me has caído bien, te voy a regalar un complemento para que te saque de algún embrollo.

-Me regalo un puñal que, enmascarado entre la ropa, era prácticamente imposible de detectar.

Lo sacó rápido con un movimiento imperceptible y, al reflejo de la luz de los candiles, en la hoja del puñal se leía la inscripción: Exta cadunt (traducido a voleo "Caen mondongos").

Con un golpe seco Bidáctilo pone la espada encima de la mesa y, en un destello de luz se apreció en la hoja la inscripción: Nihil est quod videtur (nada es lo que parece).

-Me organicé una rehabilitación por mi cuenta y preparé una estrategia de ataque-defensa que, más adelante, se mostraría imbatible.

-Lo probé en la primera reyerta importante que tuve: empecé atacando y defendiendo con la espada simulando cierta torpeza y mostrando ostensiblemente el pomo de mi espada para que el contrincante viera que tenía una limitación. Llegó un momento en el que, seguro de su superioridad, se despertó en él su "homo ludens" (hombre juguetón) y estableció una especie de juego del gato y el ratón con la sana intención de divertirse hasta que se quedó mirándome fijamente a los ojos cuando se dio cuenta de que su vida se escapaba en una marejada de sangre inundándole la ingle con los latidos de su arteria femoral. El puñal había hecho su trabajo discretamente.

-Así es como, con ese armamento de primerísima calidad, el Zarpas me salvó más de una docena de vidas y otros tantos embrollos más leves.

-Se estableció después en el valle de la Berrueza, entre Mués y Ubago. Más o menos a media legua de cada una de las poblaciones. No daba abasto a trabajar: armas, aperos de labranza, herramientas de trabajos artesanos, utensilios de cocina...En poco tiempo hizo una fortuna que más de un noble de la zona envidiaba. Se casó con la chica más guapa del valle.

Y ahora hablo yo, Javiero. Os estaréis preguntando: ¿cómo un rico artesano, casado con una chica espectacular, un hombre tocado por la diosa fortuna, acabó cayendo en la partida del Tuerto?.

Esa es otra historia que os contará el Bidáctilo la semana que viene, cuando nos movamos por Mués.


SANTA MARÍA MAGDALENA. MUÉS, VALLE DE LA BERRUEZA, NAVARRA.


SANTA MARÍA MAGDALENA. MUÉS, VALLE DE LA BERRUEZA, NAVARRA.

Accesible en coche. Muy limitada para personas con movilidad reducida, la iglesia se encuentra en un terreno privado entre huertas.

A mí me encantó esta iglesia. Tiene sus cosicas. Incluido un reloj de sol en funcionamiento. Las fotos del interior tuve que hacerlas a través de un agujerico que hay en la puerta. No son gran cosa pero nos dan una idea bastante aproximada de cómo era la cabecera.

EL ZARPAS 2

Aún estaban de sobremesa en la taberna de Estella y Jean Paul le preguntó al Bidáctilo:

-Oye: ¿cómo es que el Zarpas, teniendo toda la vida resuelta, dejó todo y se piró con vosotros? ¿le caísteis bien o qué?.

-Esto va a ser largo de contar- contestó el Bidáctilo, pero bueno, vamos allá.

-Mira, en el ejército de Teobaldo I había un soldado de fortuna, era un chaval muy joven, dieciocho años o así tendría. Le llamaban el Guaje, era de la zona del Nalón en Asturias y llevaba un armamento que era la admiración de todos los alrededores. El Zarpas se había interesado por la manufactura de su espada.

-Oye Guaje ¿qué secreto tiene tu espada?

-Mira Zarpas. El secreto de mi espada es el temple que le da el fuego de piedra negra- contestó el Guaje.

-¿Piedra negra? ¿Qué es?.

- Es una piedra que está a ras de suelo en mi pueblo y que, al arder, irradia un calor infernal y muy duradero, además de emitir gases que mejoran el metal.

-Juer, ya me gustaría a mi probar ese fuego- comentó el Zarpas.

En 1241 se acabó la cruzada y cada cual volvió a sus lugares de origen. Ya sabemos que el Zarpas se instaló en el valle de la Berrueza, entre Ubago y Mués.

En junio del 1245 un viajero le trajo un mensaje escrito: 15 de agosto, te espero en Medina de Pomar, a medio camino entre mi casa y la tuya, no faltes, te interesa mucho un regalo que te voy a llevar. El Guaje.

El Zarpas, con la intriga comiéndole vivo, parte para Medina del Pomar unos días antes de la fecha indicada. Se encuentra con el Guaje...abrazos, relatos de anécdotas, risotadas comentando sus andanzas por Oriente Medio y, dando un paseo, de repente ante sus ojos una galera con una reata de ocho mulas, cuatro de tiro y cuatro de refresco, y cargada hasta las cartolas de carbón mineral.

-Ostraaaasssss ¿que es esto?- el Zarpas no daba crédito

-Ya hablamos de estas piedras. Son las piedras negras- contestó el Guaje.

-Pero no he traído suficiente dinero para pagar esto- aclaró el Zarpas.

-El que regala bien vende si el que recibe lo entiende- contestó el Guaje.-Mira, quedamos aquí mismo el quince de octubre para que me devuelvas el carro y la reata de bestias y entonces, nos sentamos ante unas jarras de vino y hablamos de negocios venideros.

A principios de octubre se puso en marcha de vuelta para devolver las mulas y la galera. Cuando volvía para casa sintió la intuición de que algo iba mal. Cada vez más agobiado espoleó a su caballo para llegar cuanto antes. Cuando se estaba acercando se cruzó con dos caballeros que, en sentido contrario, iban a galope tendido y embozados como si huyesen de algo. Una visión fugaz le permitió ver cuatro flores de lis en las gualdrapas de sus caballerías. Llegó a la herrería, su mujer estrangulada, un labriego muerto a cuchillo, degollado; cayó de rodillas, gritó como jamás se había escuchado en el valle. A los gritos vino una cuadrilla de peones que estaban trabajando en los campos de los alrededores y observaron el salvaje espectáculo sin saber interpretarlo.

Lo qué paso: los dos nobles intentando forzar a la muchacha le dieron muerte, el labriego les vio y estos lo degollaron para que no los delatase.


No os voy a relatar todo el juicio que fue largo, prolijo, farragoso y que terminó con la condena a muerte de el Zarpas impulsada por un noble de la zona que le había echado el ojo a la herrería. Solo os voy a contar por encima la acusación.

-Entonces...¿dices que viste huir, en dirección a Logroño, a dos caballeros con flores de lis en las gualdrapas de sus caballerías? y ¿quieres hacernos creer que mataron a tu esposa intentando abusar de ella y que dieron muerte al labriego para evitar que los delatara?...¿No sería mejor decir que viste al labriego violando a tu mujer y lo mataste a cuchilladas? o, lo que pensamos nosotros: tu mujer no te esperaba tan pronto, la hallaste en coyunda con el labriego, acuchillaste al desdichado y diste muerte a tu esposa por estrangulamiento.


-Nosotros- continuó el Bidáctilo -íbamos a Mués con la intención de que nos renovara el Zarpas todo el armamento de la banda. Al llegar allí nos encontramos con un chaval y le preguntamos por el Zarpas.

-¿El Zarpas, el herrero? vais a tener que correr si queréis estar con él, lo ajustician mañana.

-No dábamos crédito. Yo estaba desolado y me dirigí al jefe. Mira Tuerto: el puñal que me regaló el Zarpas me ha salvado la vida más de una docena de veces. No sé que está pasando aquí ni qué vais a hacer vosotros pero yo o lo saco de este entuerto o me ahorcan con él.

El Tuerto, manoseando el rastrojo de la barba de cuatro días sin afeitar, le contesta: -yo estoy contigo y el que no lo esté ya está tardando en largarse de mi partida. Vamos a elaborar un plan

-Yo había pensado provocar un fuego y, en la confusión, cuando trasladen en el carro al Zarpas, liberarlo.

-A la mañana siguiente, con el fin de someterlo a escarnio público, trasladan en un carro al Zarpas hacia la plaza del pueblo para ahorcarlo allí. De repente, en la zona más poblada del pueblo, un resplandor rojizo avisa de que un incendio amenaza con propagarse por todo el pueblo.

-Todos los habitantes corrieron despavoridos a intentar sofocar las llamas que amenazaban con desolar un barrio muy habitado.

-Nosotros dimos el alto al carro que transportaba al Zarpas.

-Yo subí al pescante y le pregunté al muchacho que llevaba el carro: oye, tu no sabrás por casualidad dónde está la llave que abre los candados de los grilletes que apresan a mi colega ¿no?.

-No, no. Los tendrán las autoridades- respondió el muchacho.

-Directamente le agarré la entrepierna con la mano derecha y, en un rápido movimiento de la izquierda, le apoyé el puñal en el inicio del misterio gozoso. A ver, te lo voy a preguntar de otra manera:

-¿Estás casado?

-Sí.

-¿Tienes hijos?.

-Uno.

-Pues...tú verás si quieres tener más

-En un compartimento disimulado, en el eje, al lado de la rueda derecha- contestó el muchacho sudando a chorros.

-¿Ves, qué fácil era?.

-Soltamos al Zarpas, encadenamos al muchacho y, cuando nos íbamos nos gritó: no me dejéis aquí encadenado que puede llegar el fuego.

-Tranquilo, dejaremos la llave en la portada de Santa María Magdalena. Al primero que pase por aquí le pides que la busque y te libere.

-Y así es como se unió el Zarpas a nuestra partida y, desde entonces, nos proporciona periódicamente un armamento de una calidad muy superior a lo que se ve por ahí.


SANTIAGO DE ITXASPERRI. EGIARRETA. VALLE DE ARAKIL, NAVARRA


SANTIAGO DE ITXASPERRI. EGIARRETA. VALLE DE ARAKIL, NAVARRA

Accesible en coche. Sin problemas para personas con movilidad reducida. Una vez más las fotos de interior las he tenido que hacer a través de un agujerico en la puerta.


EL TRAMPAS 1

Como casi toda la banda del Tuerto, había establecido contacto superficial con ellos en la cruzada de los Barones. Una cruzada que, por cierto, fue más de cotorrear alrededor de una mesa bien servida que de medirse los espaldares a sablazos y arrancar miembros a mandobles.

El Trampas formaba parte de un grupete de unos quince navarros de pelo en pecho que mataban las horas con sus bravuconerías, sus cánticos a grito pelado y unos escalofriantes irrintzis que pretendían ser un alarido de advertencia para el enemigo: ojo sarraceno que aquí estamos los navarros, "ranca pa otro lau" muslim. Procedía del valle de Arakil y recibía el apodo porque era capaz rastrear a cualquier animal de pelo, pluma o escamas que se moviese por la zona y preparar una trampa para hacerle protagonista de la noche. Con lo cual, para regocijo de todo su grupo, los atardeceres se impregnaban del aroma de apetitosos asados.

En 1241 volvió a su casa, donde le esperaban su mujer y sus dos hijos de doce y de diez años. La casa estaba situada en la linde de un bosquecillo, en un meandro del río Arakil, y estaba rodeada de unas huertas y una pequeña pieza de cereal que daban alimento y algún dinerico extra a la familia procedente de las ventas en los mercados semanales de Egiarreta.

Con las verduras, legumbres y algo de cereal cubiertos, el Trampas, esporádicamente, se adentraba por el bosque y, con sus artes, conseguía un par de jabalís que, una vez despiezados, daban carne para todo el año. Frecuentemente conseguía alguna pieza menor y alguna trucha para dar variedad al menú. Con todo esto, un par de docenas de gallinas y una vaca, tenían todas sus necesidades cubiertas y llevaban una vida apacible.

Aderezado con aceite, producto de unos olivos que explotaba, proporcionaba a su familia una dieta que hoy llamaríamos mediterránea.

La mala suerte se cebó con él en noviembre de 1244 cuando, cargando con un jabalí de cuarenta kilos recién cobrado y colocado de bufanda, se encontró con el más impresentable del pueblo, el lameculos que va con cualquier clase de cuentos a su señor para recibir las migajas del perro sarnoso que realmente era.

Registrada su casa, se encontró el animal y diferentes embutidos procedentes de capturas anteriores. Lo llevaron ante Eneko, el señor del valle.

-Mira Johan, me has metido en un compromiso. Sabes de sobra que te aprecio. ¿Qué sería de mis banquetes sin la calidad de tus verduras?, juntos nos hemos batido el cuero donde la chusma sarracena. Y, con la sala llena de la nobleza del valle, continuó: - en realidad debería condenarte a muerte por ser culpable de caza mayor furtiva. Pero son grandes los favores que me has hecho y muchas las noches de hambre que me has aliviado cuando estábamos al infiel; de alguna manera tengo que compensarte. Que alguien avise al verdugo para que se presente aquí cuanto antes y acompañado del físico.

-¿Tienes algo que alegar Johan?- preguntó.

-Señor, yo también os tengo en gran estima pero, ante todo, busco el bienestar de mi familia y no pensaba que uno o dos jabalís más o menos iban a ser un descalabro para la abundante caza a disposición de la nobleza del valle.

Llegó el verdugo, rodilla en tierra saludó a su señor, y con la vista puesta en el suelo esperó las órdenes pertinentes.

-Alzaos, colocad una mesa robusta en el centro de la sala, que todos los nobles presentes se sienten alrededor, poned tendido en ella a nuestro amigo Johan, que lo sujeten cuatro hombres y amputadle de un hachazo la pierna derecha por debajo de la rodilla para que no pueda salir de correría tras las piezas de caza propiedad nuestra y de nuestros nobles. Y, además, se le confiscarán las dos docenas de gallinas y la vaca que tiene, en contraprestación a los perjuicios que ha ocasionado. Espero que los aquí presentes, salpicados por la sangre del que llamáis poco menos que asesino, quedéis satisfechos con el castigo.

De la noche a la mañana, la familia del Johan (el Trampas), sin quererlo ni desearlo, forzados por las circunstancias, se convirtieron en veganos. Si hubiesen sabido vender ese estilo de alimentación se habrían hecho de oro. Pero...eran otros tiempos y todo lo comestilble iba "padentro".

Estamos en 1254. El Tuerto y su gente llevaban una semana escondidos en un bosque de Urbasa huyendo de una partida que los andaba buscando. Comían lo que encontraban por ahí, hierbas, raíces, algún animalico despistado.

-Dios cómo echo en falta aquí al Trampas. ¿Os acordáis?- dijo el Bidáctilo.

-¿Alguien sabe dónde vive?- preguntó el Tuerto.

-Juer que si me acuerdo. No nos vendría mal ahora. A mí me habló una vez de un valle- dijo el Zarpas. -El Arakil creo que se llamaba. Había una iglesia o ermita cerca. ¿Puede ser Itxasperri o algo así?.

El Tuerto, con las dos manos cruzadas delante de la cara, se masajeaba el puente de la nariz con los dedos índices:

-Se me está ocurriendo algo. Tengo que madurarlo pero creo que nos va a ir bien. Recuerdo que por esa zona hay una calzada romana que siguen muchos peregrinos. Va desde un pueblo de Francia, no recuerdo si era Burdigalam (Burdeos), llega hasta Asturica (Astorga) y recorre todo el valle del Arakil en el que hay varias iglesias que nos pueden dar juego.

-Bidáctilo, coge un caballo y sal en busca del Manco, traémelo cuanto antes y, si encuentras a los franchutes también . Y tú Zarpas, saca ese tronco de olivo requemado de la hoguera y vamos a darle algo de lustre. Seguro que el Manco sabe qué hacer con él.



SANTA MARIA. EGIARRETA O SAN ANTONIO ABAD, VALLE DEL ARAKIL, NAVARRA


SANTA MARIA. EGIARRETA O SAN ANTONIO ABAD, VALLE DEL ARAKIL, NAVARRA

Accesible en coche. Sin problemas para personas con movilidad reducida.

Puede ser que hayáis leído recientemente estas chorradicas que pongo cada semana acompañando los reportajes fotográficos. Puede ser que se os ocurra hacer una visita al valle para ver los mismos paisajes que vieron los ficticios ojos de el Trampas y todos sus colegas. Os voy a proponer un plan. Visitáis Santiago de Itxasperri y dejáis aparcado el coche allí. Os dais un paseo hasta Egiarreta, unos seiscientos metros y admiráis el entorno que vivieron sus habitantes en el siglo XIII. Las pocas fotos que os pongo esta vez son de su iglesia, Santa María de Egiarreta entonces, San Antonio Abad ahora.

EL TRAMPAS 2

13 de enero de 1246. Era sábado, la niebla descendía pesadamente desde el monte hasta el valle. Las campanas de la iglesia sonaban en una lánguida monotonía de dos toques: campana y campana mayor, dannngggg, donnngggnnn con intervalos de cinco segundos entre ellas y diez segundos entre cada ciclo, anunciando el fallecimiento de una mujer.

-¿Quién se ha muerto?- Corrían las voces de puerta en puerta y de ventana en ventana.

-No sé, creo que ha sido Uxua, últimamente no estaba demasiado bien.

Un carro, tirado por una yunta de bueyes y transportando una triste carga, había sobrepasado con un paso cansino Santiago de Itxasperri y se dirigía hacia la iglesia de Egiarreta. Los lugareños se santiguaban, en las puertas de sus casas al pasar la comitiva y acababan por unirse al cortejo. Johan y sus dos hijos iban tras el carro con la entereza de la gente acostumbrada a vivir codo a codo con las penas. Los restos de Uxua, mujer del Trampas, reposaban en el ataúd.

Johan y sus dos hijos se retiraban hacia su casa tras el funeral y los pésames de rigor. Una mano se apoyó en el hombro del Trampas.

-Johan. ¡No sabes cómo lo siento! ¿quién lo iba a decir?- Mira, quiero que el lunes a mediodía subáis al castillo. Tengo que hablar con vosotros de algo muy importante.

No era una sugerencia. Eneko, señor del valle, daba órdenes no sugería nada.

El lunes, a las doce en punto, con sus mejores ropajes, estaban los tres en el salón de audiencias frente a Eneko.

-¿Sabes leer Johan?

-Sí, un monje me enseño cuando yo era un niño.

-Lee estos documentos.

Johan dedicó unos minutos a la lectura y, con un rictus de tristeza y pensando "a buenas horas", sonrió.

-Como ves, Johan, estas dos cédulas vitalicias autorizan a tus dos hijos a cobrar cualquier pieza de caza menor y un jabalí cada uno al año o cualquier pez que se mueva en nuestras aguas, con cualquier artimaña, siempre que sea para consumo propio y no para venta. Tu podrás ayudarles enseñándoles cómo hacerlo o dándoles consejos. No podrás cazar directamente con ellos. Y, de mi propio patrimonio, os repongo dos docenas de gallinas y una vaca.

-Eneko, los nobles se volverán contra ti.

-¿Llamas nobles a esa cuadrilla de lameculos? a los nobles les pueden ir dando. Miedo no hay. Tendrán que hincar la rodilla y acatar lo que yo diga. Una vez me obligaron a hacer algo que no quería y hoy hago lo que me pide el cuerpo.

Sentado en el poyo de la puerta de su casa, al calor de unos rayos de sol, el Trampas pulía una virgen, con el niño sentado en su regazo, que había tallado a partir de la rama desgajada de un roble.. Era el 4 de febrero de 1254. Recortados a contraluz siete facinerosos a caballo se acercan a su casa.

-Poco puedo ofreceros, caballeros. Un poco de pan y algo de queso y un trago de vino. No andamos sobrados de alimentos- les dijo el Trampas.

Uno de aquellos delincuentes se adelantó mirando a los ojos a Johan, le dijo:

-¿No me reconoces Trampas?

-Ostras, no puedeo creerlo. ¿Eres el Tuerto?

-El Tuerto y unos colegas tuyos más. ¿Te acuerdas del Zarpas? y el Bidáctilo; no lo conocías por ese nombre pero te sonará que le faltaba una oreja y los dedos de la mano derecha.

El Trampas los hizo pasar a su casa y ante una jarra de vino y algunas viandas se produjeron las pertinentes presentaciones.

-Y ¿qué te ha pasado en esa pierna?- pregunto el Zarpas.

El Trampas les contó todas sus desventuras y el Manco que escuchaba en silencio le dijo:

-¿Tienes más tallas como esa que te hemos visto puliendo?.

Les hizo pasar a una especie de taller donde tenía guardadas tres tallas de la virgen con el niño y dos crucifijos.

-Coñiiiiiiiiooooooooo esto puede ser el negocio del siglo. Ahuecas estas imágenes, les metemos un relicario con una cruz sacada del olivo requemado para esta ocasión y listas para la venta. Hay dos opciones: nos las vendes, o te unes a nosotros que te dará más dinero y un poco más de vidica- exclamó emocionado el Manco.

-Me encantaría unirme a vosotros porque mis hijos controlan el campo que cultivamos y tienen la vida más o menos resuelta con las dos cédulas que les ha firmado Eneko. Pero no podría hacerlo, lo único que haría sería retrasaros y al final os hartaríais de mí- respondió el Trampas.

En ese momento intervino el Zarpas y descubriéndole el muñón y analizándolo a conciencia le dijo:

-Deja el asunto de la pierna en mis manos y únete a nosotros.

Sin darle tiempo a pensárselo mucho, el Zarpas preparó unos moldes de yeso que aplicó al muñón y, con ellos, subió a Egiarreta dónde consiguió poder utilizar la herrería a cambio de enseñar al herrero local la técnica para hacer buenas prótesis.

A la semana siguiente reapareció el Zarpas con tres a falta de una.

-Pruébate estos artilugios, Trampas. Al principio te van a molestar pero, con el uso y con paciencia, se te hará callo en el muñón y las sentirás como si fuesen parte de ti. Vas a andar como los demás y solo te va a quedar una ligera y graciosa cojerica. No estás obligado a unirte a nosotros pero a mi me encantaría que lo hicieras.

-Mientras te adaptas y piensas en tu futuro, nosotros vamos a ver si podemos hacer negocio con estas imágenes tuyas y a la vuelta haces el petate y te unes a nosotros como cazador del grupo y tallador de imágenes y te auguro una vida llena de aventuras o decides quedarte, yo no te lo aconsejo, y te pagamos las imágenes a buen precio- le animó el Manco.

Te estoy viendo con el ceño fruncido, la nariz arrugada y pensando ¿será cierto? ¿estas cosas pasaban?.

Yo no quiero molestar a nadie pero...cuando veas una imagen con su relicario y todo esto pregúntate: ¿anduvo por aquí alguna banda como la del Manco y el Tuerto?


SAN MARTIN. LERGA, VALLE DE AIBAR, NAVARRA.


SAN MARTIN. LERGA, VALLE DE AIBAR, NAVARRA.

Accesible en coche. Con algunos problemas para personas con movilidad reducida.

Mira, te estoy viendo. Has visto esta publicación y, si has seguido mis chorradicas, te has dicho: ostraaassss la historia del Tuerto. Corriendo para el frigorífico, agarras lo primero que está a mano, un trozo del rosco de reyes que te sobró, te preparas un café y a la lectura. Esta tontería del rosco la entenderás cuando termine el relato del Tuerto, que tiene dos partes.

EL TUERTO 1

Amanecía un lunes 10 de abril de 1217 en Lerga. Antes de que los primeros rayos de sol despejasen la bruma que envolvía a la villa el berrido de un niño enmudeció el canto de los gallos y despertó al vecindario. Había nacido Furtado. Era el tercer hijo varón de una familia noble. Desde su más tierna infancia tenía claro que, en su vida, tenía dos opciones: el hábito y la cruz o las armas. Se decidió por éstas últimas. Cuando tenía siete años se dirigió al maestro de armas del castillo de su padre; firme, serio y mirándole a los ojos le dijo:

-Pedro, quiero convertirme en el caballero más temible de éste reino. ¿Me ayudarás?.

-Pero si todavía eres un "mierdulín" (poca cosa en algunas zonas de Navarra), Furtado. Ya hablaremos.

El niño se fue enfurruñado pero, a partir de entonces, asistía a todos los entrenamientos de los caballeros y con un palo repetía cientos de veces todos y cada uno de los movimientos que practicaban. De vez en cuando uno de ellos, medio en broma medio en serio, le tiraba un par de mandobles que el "muete" defendía como buenamente podía. Al final el maestro de armas tuvo que rendirse a la evidencia y decidió entrenar al niño. Furtado adquirió un dominio absoluto de todo tipo de armas. Cuando tenía dieciséis años ya infundía pavor a los caballeros de su padre. Al cumplir los diecisiete años su padre, orgulloso de sus progresos, le regaló un caballo tordo rodado precioso, una armadura y todo el armamento propio de un caballero. No tardó ni una semana en despedirse de sus padres diciéndoles que iba a buscarse la vida por ahí, que quería descubrir más mundo.

Empezó a competir en todos los torneos de Navarra, Aragón y Castilla venciendo en gran parte de ellos y convirtiéndose en leyenda. Eligió como sello personal el Arrano Beltza sobre campo amarillo y decoraba con ella su escudo y la gualdrapa de su tordo.

(Águila negra. Pudo utilizarla porque a Sancho VII el fuerte se le olvidó darle entrada en el Registro de la Propiedad Intelectual).

El resto de los caballeros le miraban, unos con respeto, otros con envidia y otros directamente con odio. Tarde o temprano tenía que pasar y, un mal día, una lanza defectuosa, ¿intencionadamente?, se astilló y una de las astillas separó la visera del barbote y se incrustó en el ojo derecho. A partir de ahí su rendimiento en combate ya no fue el mismo. Tardó un año en estar preparado para volver, después de una larga rehabilitación y una adaptación a una visión con unos campos diferentes. Aunque entrenó todo lo posible para paliar su problema de visión, cuando llegaban los pata negra del torneo, le lanzaban el ataque por el lado derecho y más veces de lo que le gustaría a él le vencían. A partir de ahí le empezaron a llamar el Tuerto. Unos con respeto y admiración y otros con desprecio. Pero poco a poco, con mucho entrenamiento, voluntad de hierro, adaptación a las nuevas circunstancias y sacrificio a paladas volvió a estar casi en la misma forma que cuando empezó. Muchos de los que le miraban con desprecio salieron despedidos de sus caballos hincando el culo en tierra zarrapastrosamente para mofa de los espectadores.

Las mujeres nobles, más las casadas que las solteras, lo buscaban a menudo porque era muy bien parecido y llevaba fama de empotrador. Pero era más para un arrimón que para establecer un proyecto de vida. Vamos, que se ponía su parche amarillo con el Arrano Beltza, adquiría un aire golfante y estaba irresistible "pa" un remeneo. Al final dejó embarazada a una humilde pero muy guapa chica de Aibar y tuvo que asumir su historia y prometer que se haría cargo de lo que viniese. Lo de casarse le venía un poco grande por lo visto. Gracia le anunció que estaba embarazada en mayo de 1239. Aunque pareció alegrarse, Furtado le explicó que se estaba preparando una cruzada y que había decidido desde ese mismo momento unirse a las huestes de Teobaldo I. Ni Furtado ni Gracia estaban enamorados. Los dos lo sabían de qué iba la historia. Furtado le contó una milonga de que tenía que defender la fe y representar a Navarra plantando cara al infiel. Gracia, que de tonta tenía un pelo, le dijo:

-Mira Furtado, déjate de rollos, vete dónde quieras, pero procura dejarnos bien cubiertos a mí y al que viene por la cuenta que te trae.

-No te preocupes Gracia que no te va a faltar nada en mi ausencia- le dijo Furtado.

Teobaldo I, ya en tierra santa, estaba seleccionando su guardia personal. Había visto a Furtado en varios torneos y cuando lo localizó entre sus huestes le llamó a gritos:

-Tuertooooooooo te quiero aquí protegiendo mi flanco izquierdo todo el tiempo pegadico a mi.

El Tuerto fue leyenda en Oriente. Imagínatelo: aparecía en una loma, sobre su caballo tordo rodado, el yelmo en la mano izquierda apoyado en la cadera, escudo y gualdrapa con el Arrano Beltza sobre fondo amarillo, parche amarillo con el águila en el ojo y colgando de su mano derecha, 45 grados con respecto al suelo, un espadón que lanzaba destellos amenazadores. Los sarracenos, ante esta imagen salían corriendo para hacer cola en las letrinas y gritando. -el Tuertooooo, el Tuertoooo, el Tuertooooo

Volvemos al día de hoy y me dirás: -¿y el rosco?. Aunque hayas acertado viéndome pillar un trozo de rosco de la nevera, ¿qué tiene que ver el rosco en esta historia?.

-Bueno...no te agobies. Dentro de dos o tres días, con otra publicación, en la segunda parte del Tuerto, se te abrirán los ojos.


SAN MIGUEL. ESLAVA, VALLE DE AIBAR, NAVARRA.



SAN MIGUEL. ESLAVA, VALLE DE AIBAR, NAVARRA.


Accesible con coche. Imposible, prácticamente, para personas con movilidad reducida.

Es una iglesia peculiar. Del siglo XII pero con abundantes pegatinas posteriores que la hacen casi inclasificable.

Puede ser que, si habéis leído la historia del Tuerto, penséis visitar los sitios en los que, presumiblemente, transcurrió su infancia y adolescencia. Tened en cuenta que, en un mismo día podéis organizar una excursión románica por Aibar, Leatxe, Eslava y Lerga...en fin...como lo veáis.


EL TUERTO 2


Oriente Medio. Teobaldo I se encontraba degustando un asado de venado, cazado por un tal Trampas, en compañía de un grupo de navarros entre los que se encontraba el Tuerto. Con la grasa desparramándose por las manos y la barba, practicando el noble arte de la "cerdería" en lugar del de la cetrería.


-Cuando acabe esta locura en la que estamos inmersos ¿qué piensas hacer Tuerto?- pregunta el rey.

-No lo sé señor, le he dado muchas vueltas. He querido engañarme a mi mismo por no parecer un sin tierra "pelau" a los ojos una chica de la que, aunque yo lo niegue, estoy enamorado. Quiero ver al hijo que me ha dado y, con las manos vacías, proponerle matrimonio.

-Bueno, como lo veas pero, si le vas a proponer matrimonio nada de manos vacías, habla antes conmigo. Seguro que hay algún mangarrán por la zona al que se le puedan expropiar las tierras y concederte a ti y a tus descendientes la explotación vitalicia.


De vuelta a casa el Tuerto busca a Gracia y se da de bruces con la realidad de que, la que en ensoñaciones de noches guerreras había considerado su dama, se había casado con el comerciante más rico de Aibar. -Bueno- pensó - por lo menos un currusco de pan no le va a faltar a mi hijo Martín.

Se marchó del valle y entre el shock postraumático, producto de sus andanzas guerreras, y el batacazo se vio inmerso en noches de alcohol y batallitas en tabernas de la zona de Tierra Estella.

Había un grupo de jovenzuelos que, invitándole a vino, escuchaban sus aventuras de torneos contra todos los nobles de Navarra, Castilla y Aragón. Con estos chavales formó una cuadrilla que asaltando peregrinos se ganaban el vino diario y alguna visita a casas de dudosa reputación. Estos mocetes murieron, unos en ataques, otros colgados por las autoridades. La inexperiencia los abocaba al fracaso. A medida que iban cayendo, el Tuerto los reponía con excombatientes que había conocido en Oriente Medio y así se formó la autentica banda del tuerto. Los pata negra. Esta última cuadrilla le admitió como jefe, le sacó del infierno del alcohol, y le convencieron de realizar ataques selectivos a peregrinos de buena apariencia y bolsa recia. Cuando tropezaron con el Manco y los dos franceses emprendieron un negocio de protección a estos que se dedicaban a la falsificación de imágenes y reliquias.


Teobaldo I, mientras tanto, estaba pues...a lo que suelen estar los reyes: hoy gobierno por aquí, hoy gobierno por allá, hoy te expropio todo lo que tengas, hoy te cuelgo en la plaza mayor; hoy trasiego con Castilla, hoy bailo con Aragón. Supuso el cambio de unos reyes más de casa que el queso de Roncal, a una dinastía francesa más fina más emperifollada. Fue llamado el Trovador. Le gustaba, en navidades, ir de visita a casa de familiares suyos en el país vecino a darles la turra con el laúd y sus poesías, simplonas algunas de ellas, y allí conoció la tradición del roscón de reyes.


-Ostras, qué bueno- pensó para sí mismo. -Esto lo instalo yo en Navarra, lo hago cada año en un valle diferente y me quedo con todo el personal. Y lo voy a llamar...ummm...el rey de la Faba oye, como en Francia. Van a besar por donde piso.


Aibar martes 4 de enero de 1250. El Tuerto hacía una visita navideña a Gracia con la intención de estar hasta después de Reyes con su hijo y entregarle unos jugueticos, espada, lanza y escudo, un caballo de madera y ese tipo de minucias que le hacen ilusión a todas las madres. Teobaldo había elegido ese año el valle de Aibar para celebrar el rey de la Faba. Esta fiesta consistía en una merienda, el día 5 de enero, para todos los niños del valle y, en el postre de la merienda se degustaba un enorme rosco de reyes. El niño que encontraba el haba era coronado rey con todos los honores, incluido el vasallaje del rey auténtico, el día 6. Se le subía a un escudo levantado por otros niños y al grito de Real, Real, Real, se le reconocía, con el antiguo ritual, como rey por un día. Ser coronado rey de la Faba suponía unos privilegios determinados entre los que el más codiciado, y no siempre concedido, era una renta vitalicia que les arreglaba la vida. ¡Qué casualidad! Ese año encontró el haba Martín, el hijo del Tuerto. Teobaldo convocó a todos los asistentes a una misa de celebración y coronación del rey en la iglesia de San Miguel de Eslava para el día siguiente. Y, para esa noche, a una cena para toda la villa de Aibar. En la cena que ofreció el rey a toda la población, el Tuerto y él tuvieron una conversación en un lugar un poquito apartado de todo el barullo.


-¿Qué andas por aquí Tuerto? ¿como va todo? ¿te casaste con esa chica y no me has dicho nada?

-Señor, esa chica ya estaba casada cuando volví de la cruzada. He venido a traer a mi hijo unos regalos de reyes. Mi hijo es Martín, el rey de la Faba.

-Pues mira, Tuerto, ya que no ha habido forma de que aceptes ninguno de los privilegios que te he ofrecido en estos años, voy a hacerlo con tu hijo. Le voy a conceder una renta vitalicia que le va a resolver cualquier problema que se le pueda producir de hoy en adelante.

-Por cierto- continuó el rey.-Ha llegado a mis oídos una historia de un Tuerto y su banda que andan xodiendo la manta por el Camino en la zona de Estella. Tú no sabes nada de esto ¿no?.

-Qué va señor, esa es zona de muchos tuertos eh....pppuffffff lo menos veinte o treinta o más conozco yo.

-Bah es una tontería- continuó el rey. -Pero...oye, supongamos que me traen apresado a un Tuerto, y ese Tuerto es muy amigo mío, comprenderás que no me quedarán más "güevos" que, con todo el dolor del mundo, ahorcarlo.

-Es vuestra obligación señor y creo que ese Tuerto lo asumiría con una sonrisa en la boca y diciendo: -que me pongan de epitafio: Hasta aquí has "llegau" "salau".


Estaréis pensando: -ya estamos con el chauvinismo de los navarros que están todo el santo día mirándose el ombligo-. Es posible que me digáis: -oye, que la tradición del rosco de reyes comenzó en Roscofresco del Pino "Alzau". Y yo te diré: -pues bien, pues vale, pues me alegro, pero yo conozco documentos de principios de 1300 que constatan la existencia de esta tradición en Navarra y los regalos, ropas reales, coronas y remuneraciones que recibían los niños afortunados.

Y no me contéis milongas de Saturnales que yo me refiero a la tradición de degustarlo en reyes. Las Saturnales son en diciembre. Si me dices que es una tradición adaptada y trasladada de día lo acepto. Pero...recuerda...Teobaldo I fue el que instauró esta costumbre en la península.

Si non è vero è ben trovato (Si no es cierto está bien contado). Que es lo mismo que decir: no tengo ganas de discutir.


SAN ANDRÉS. AÑEZCAR, NAVARRA



SAN ANDRÉS. AÑEZCAR, NAVARRA

Accesible en coche. Sin problemas para personas con movilidad reducida.

He tenido un debate interno importante a la hora de tomar la decisión de compartir esta iglesia. Casi todas las que estoy publicando pertenecen a un románico rural que ya juguetea con el gótico pero que conservan su corazón románico. Pero es que en esta no lo tengo del todo claro. Los especialistas tienen opiniones para todos los gustos : ¿románico? ¿románico tardío? ¿protogótico?¿gótico?. Al final he decidido compartirla porque mi intuición me dice que esa portada es importante. Unas veces la miro y veo románico, otras la miro y veo gótico. A mí, particularmente me ha sorprendido, pero es que a mí un churro hecho canecillo me vuelve loco.

TORMENTA

Lunes 10 de abril de 1256. La banda del Tuerto, el Manco y los dos franceses se habían desplazado a Pamplona para celebrar el cumpleaños del Tuerto y la racha reciente de éxitos que los había convertido en una especie de ricachones. El Tuerto reclamó, en los postres, la atención de todos:

- Hemos llegado hasta aquí con un poco de suerte y con unos excelentes resultados que nos permitirían cesar en nuestra actividad y convertirnos en honrados y adinerados ciudadanos. Estamos en el momento propicio para determinar cual será nuestro camino. Yo he tomado la determinación de seguir en este tipo de vida, vosotros tenéis que decidir si os retiráis a disfrutar de vuestras ganancias o si seguís conmigo en esta lucrativa actividad.

Todos, sin excepción, con los dos galos al frente mostrando un desmesurado entusiasmo, decidieron seguir con sus trapicheos.

-Bien- prosiguió el Tuerto. -Tenemos que cambiar un par de cosas: la zona de trabajo, por un tiempo, y el tipo de alojamiento. En la zona de Estella estamos demasiado vistos y sería conveniente utilizar los bosques como hogar.

Decidieron trabajar un tiempo por la cuenca de Pamplona y establecieron su campamento móvil en los bosques de la zona de Añezcar.

Un viernes 23 de Junio, víspera de San Juan, el grupo había montado un campamento en un claro. Estaban decidiendo qué organizar para cenar y celebrar la víspera de San Juan cuando un cervatillo atravesó la zona corriendo despavorido y, cuando daba un gracioso salto para evitar unos matorrales, una certera flecha le atravesó el corazón.

-Mira qué bien- observó el Tuerto mientras corría hacia el pobre animal. -Ya tenemos la cena.

Ya tenía las manos apoyadas en el animal cuando dos silbidos fisssssssshhhhhhhhhtack.............fisssssshhhhhtack le rozaron las ingles y, traspasando los pliegues de su ropa lo dejaron clavado en un árbol.

-Cagontolmonario ¿estáis locos o qué os pasa?. Dad la cara y salid al claro que os veamos. Habéis estado a punto de hacerme un chandrío.

Salió al claro una figura embozada en una capa de piel de cerdo con una esclavina con capucha de piel de lobo. Apoyaba la mano en la punta de un arco mientras la otra descansaba en el suelo. El resto de la banda estaban echando las manos a sus armas y se preparaban para una pelea en la que, a su juicio, llevaban las de ganar.

-Esto que veis aquí, y mostraba ostensiblemente su arma, es un arco inglés. Madera de tejo, oye. Cualquiera de vosotros tendría problemas para tensarlo. Puedo disparar 12 flechas en un minuto, a menos de setenta pasos es mortal cuando lo maneja la persona adecuada. ¿De verdad pensáis que tenéis algo que hacer? ¿no habéis visto que el animal corría y saltaba y, sin embargo tiene una certera flecha clavada en el corazón?-. Dejó caer hacia atrás su capucha produciendo una exclamación de asombro en los hombres del Tuerto.

Si no habéis visto nunca de cerca los ojos de un lobo no entenderéis qué es lo que pasó allí. No es que fuese una mujer, que lo era. No es que fuese joven, que lo era. No es que fuera hermosa, que lo era de una forma salvaje. Los ojos, unos ojos avellana claros, con reflejos de luz amenazantes. Eran los ojos de una loba.

-¡Una mujer! casoenlaba, una mujer nos ha acoxonado a todos- el Tuerto no daba crédito a lo que estaba viendo.

-¿Algún problema, Tuerto? Una mujer te ha dejado clavado en un árbol, y ha parado a toda tu banda. Os llevo siguiendo casi dos meses por estos bosques. Sois un auténtico desastre. Una banda de caldereros metería menos ruido. No os falta más que ir cantando a grito pelado: "somos la banda del Tuerto, si nos miras estás muerto". He borrado rastros, que vais dejando, para que no tengáis problemas. He dormido todas las noches a menos de setenta pasos de vuestros campamentos. He escuchado los ronquidos del Bidáctilo que asustarían a un oso. Muchas noches he cenado faisán que os he robado de vuestras trampas. Me hacéis gracia y me gustaría unirme a vosotros porque me producís ternura. Sin mí, en estos bosques vais a durar dos días.

-Ah, perfecto- era el Bidáctilo el que hablaba -ya tenemos cocinera y quien friegue los cacharros.

-Pero tú ¿eres idiota o qué? ¿no has visto lo que ha pasado aquí? y deja ya de mirar a ver si encuentras algo por debajo de la capa. Si me uno a vosotros en el bosque mando yo. ¿Cómo lo ves Tuerto?-. El Tuerto asentía con aire apesadumbrado y reconociendo que, en todo lo que decía, tenía razón.

-Por cierto Bidáctilo, si estás pensando en algo más ten en cuenta esto: cuando, cómo, dónde y con quien quiero. Yo decido y si alguno lo intenta por la fuerza esa noche cenaremos criadillas. Y, si estáis de acuerdo, cargad con el cervatillo y hoy cenaremos y dormiremos en mi casa.

Caminaba en cabeza del grupo y el Tuerto iba a su lado.

-¿Cómo te llamas?

-Ekaitza. Porque una tormenta es lo que se va a producir si alguien de tu grupo piensa que, por ser mujer voy a ser inferior a cualquiera de ellos.

A sus diecinueve años Ekaitza había tenido una corta pero intensísima vida. Pero...de eso podemos hablar otro día, sin prisa.


SAN PEDRO. BALLARIAIN. NAVARRA



SAN PEDRO. BALLARIAIN. NAVARRA

Accesible con coche. Demasiados problemas para personas con movilidad reducida.

Como siempre, y como casi todas las iglesias rurales de Navarra, nos movemos en una línea románico-gótica muy poco definida. Yo os pongo un reportaje gráfico de la iglesia y si no os interesa para nada pues...pasando.

EKAITZA

Habían dado cuenta de un cervatillo, asado durante horas dándole cara a unas abundantes brasas. Saboreaban en ese momento un agradable licor que destilaba la misma Ekaitza con unas peloticas coloradas dentro.

-Además de San Juán ¿qué celebramos?- preguntó el Manco.

-Mi diecinueve cumpleaños, nuestra alianza, nuestros posibles futuros negocios- contestó la muchacha.

-Tienes algunas cosas que contarnos ¿no?- preguntó el Tuerto.

-¿Tengo? o tenemos, Tuerto.

-Empieza tú y ya veremos cómo termina la noche- contestó el Tuerto.


-Alboreaba el miércoles 24 de junio 1237 en Ballariain. Todavía había gente saltando las hogueras cuando mis padres, una con alegría y el otro torciendo un poco el morro pero encantado en el fondo, vieron esta especie de gorrín rosa gritón que acaba de nacer. Quisieron llamarme Udara porque nacía con el inicio del verano. Mi hogar era humilde pero no pasábamos grandes dificultades. Desde pequeña me aficioné al campo y aprendía rápido y bien. Acompañaba a mi padre en todas las labores, cosa que le encantaba. Era aparcero de un señor de Berrioplano, Peio se llamaba.

El mes de junio de 1250 fue especialmente catastrófico. Amanecía despejado, iba aumentando la temperatura y, por la tarde, descargaban unas tormentas aterradoras día sí día también acompañadas de importantes pedregadas. Las cosechas de cereal se perdieron todas y las hortalizas de temporada también. Mi padre estaba desolado. Peio se presentó un día en nuestra casa acompañado de dos individuos muy malencarados. Se sentó a nuestra mesa, comió nuestro pan y nuestro queso, bebió nuestro vino y a bocajarro soltó:


-Ander, no estás al corriente del pago de las rentas- mi padre palideció.

-Señor, no puedo pagarlas ha sido un año desastroso. No habrá cosechas que recoger.

-Hombre, hay que tener un remanente para estos casos...

-Señor, la tierra nos da para pagar vuestra renta y sobrevivir, no nos da para ahorrar.

-Bueno mira, voy a ser generoso. Te voy a condonar la deuda de este año pero, a cambio, durante un año, me vas a mandar a Udara a servir a mi casa.

-No me pidáis eso señor, Udara es una niña, apenas tiene trece años...por favor, pedidme cualquier cosa menos eso.


Uno de los secuaces se levantó y abofeteó a mi padre diciéndole:


-Respeta a tu señor. Si no puedes pagar con monedas paga con tu hija- y, acercándose a mi madre le puso un cuchillo en el cuello.

Peio sonriendo se dirigió a mi padre:


-Has dicho que de acuerdo con lo de tu hija ¿no?.

-No hace falta que conteste mi padre, ya soy suficiente mayor, dejadlos en paz, mañana estaré en vuestra casa.


No había transcurrido ni una semana desde que fui a la casa cuando el señor, en la cena, me dijo:


-Udara, esta noche ven a mi habitación. Es hora de que vayas preparándote para lo que vendrá más adelante. Yo te enseñaré todo lo que necesitas. No vas a tener mejor maestro.

No fui. A mi padre, unos desconocidos, le rompieron las piernas. Me negué varias veces. Prendieron fuego a mi casa con mis padres dentro. Mi padre gritó a mi madre que se pusiese a salvo y, para evitar dudas en ella, se arrojó a las llamas. El murió, mi madre pudo escapar. Es lo que contaban los lugareños.


-Mira niñata, si no accedes a venir a mi cama, voy a buscar a tu madre y delante de ti la voy a amputar dedo por dedo en vivo hasta que accedas.

-Accedí pero, en un momento álgido, un tajo certero eliminó lo que él decía que le sobraba cuando, en sus andanzas de taberna y agarrándose la entrepierna, se sentía fanfarrón. Salí corriendo mientras acudían a los gritos todos los habitantes de la casa. Un físico, que pernoctaba esa noche atendiendo a la mujer de Peio de un malestar leve, le atendió inmediatamente deteniendo la hemorragia. No paré de correr, me adentré en el bosque. A causa de mis emociones y la inanición caí exhausta y quedé inconsciente. Desperté dónde estamos ahora. Una enorme silueta tapaba la entrada de la cueva. Seis o siete pies de altura, una espalda descomunal, barba blanca casi hasta la cintura, melena encanecida hasta media espalda. Me vinieron a la cabeza los relatos que nos contaban a los niños: que si el caballero que había buscado abrigo en el bosque no se sabe cuando ni como, que si el malvado hombre del saco que se comía a los niños, que si el Basajaun...- con un hilo de voz pregunté:


-¿Quién sois? ¿qué hago aquí?

-Soy Ferox, pero solo de nombre, no temas. Y ¿tú? ¿te has perdido o qué?


Le conté toda mi historia. Disimuladamente se dio la vuelta para enjuagar una lágrima que le rodaba por la mejilla.


-Por cierto, soy Udara.

-Yo te llamaré Ekaitza porque llevas en tus ojos grabadas las tormentas que vas a desatar.

-Si quieres puedes quedarte aquí- dijo Ferox.

-¿Me enseñarías a manejar las armas?

-Te trataría como a la hija que no conocí. Te enseñaría todo lo que te hace falta dominar para hacerte dueña del bosque y lo que te haga falta para vengar las afrentas a las que te han sometido. Pero, antes de empezar, aparta el odio, aleja la ira, entierra cualquier premura de venganza, tienes que ser fría. Si actúas impulsada por la rabia, el odio o la venganza perderás toda tu fortaleza.


No me hizo falta meditar mi decisión.


Ferox me sometió, sin conmiseración, a un extenuante entrenamiento para el manejo de todo tipo de armas. Insistió en que manejase las armas con las dos manos por igual para lograr un desarrollo muscular equilibrado y para lograr una clara ventaja sobre cualquier adversario. Me reprendía cada vez que me veía furiosa golpeando un arma contra un árbol:

-Ekaitzaaaaaa el bosque no es tu enemigo. Enfréntate a él y te vencerá. Fúndete con él y ámalo y el bosque te acogerá como suya y te proporcionará todos los medios para triunfar sobre cualquier situación.


Desgraciadamente unas fiebres, que no pude eliminar a pesar de utilizar todos los remedios de plantas que él me había enseñado, se llevaron a Ferox el año pasado.

Aprendí todas las técnicas de supervivencia y aquí me tenéis, asustando a ocho hombretones hechos y derechos. Pero...Tuerto ¿tú no tienes nada que contarnos?. Te he visto acariciando los bordes del escudo que está apoyado en la pared de la cueva.


-Me han venido algunos recuerdos a mi memoria pero...dame unos días para que ordene mi cabeza y entonces os contaré a todos cómo conocí a Ferox.


SAN COSME Y SAN DAMIÁN. ANSOAIN, NAVARRA.




SAN COSME Y SAN DAMIÁN. ANSOAIN, NAVARRA.



A cuatro kilómetros de Pamplona. Accesible en coche hasta el poblado antiguo. Unos doscientos metros andando una cuesta enlosada pronunciada o, si quieres trabajar las piernas y los glúteos, una escalinata irregular que a mí me ha dejado fundido y al borde del infarto. Impracticable para personas de movilidad reducida porque la cuesta tiene las losas muy desigualadas.

Una historia sorprendente la de esta iglesia: hace unas cuatro décadas fue desacralizada. En octubre del 2013 la familia Sarasibar, con el consentimiento del Arzobispado y la Institución Príncipe de Viana ( ponle música a esto que es de traca), la restauró y la devolvió a la actividad religiosa.

Tiene sus cosicas pero a mí hay una que me ha llamado poderosamente la atención porque no lo había visto en ninguna otra. Se trata del lienzo oeste; en la torre hay algo que no os voy a decir qué es porque he puesto una foto para que intentéis ver lo mismo que he visto yo.


FEROX


El Tuerto se puso en pie, se acercó a un escudo que estaba apoyado en la pared. Pasaba lentamente sus dedos por el borde. Estaba bruñido y brillaba como si fuese de plata. En el centro del escudo, en mate, un león rampante. En una gualdrapa ajada, que colgaba de una especie de gancho, había dos leones sobre campo de gules. Mirando a los ojos a Ekaitza empezó a hablar:


-Tenía yo dieciocho años y había empezado a meter el morro en el mundo de los torneos. La estrella de ese mundo era Ferox. Tendría unos quince años más que yo. Era el héroe a batir. Las apuestas, esta ha sido tierra de apuestas por todo, siempre estaban a su favor. Las primeras veces que me tocó luchar contra él me fui al suelo escandalosamente a las primeras de cambio. Yo salía totalmente desanimado de esos combates diciéndome: "no vales un zurrullo, eres malo hasta decir basta". Y, aunque ganaba algunos combates, el escollo siempre era Ferox. En una de estas ocasiones, con el culo en el suelo como un zarrapo, me ofreció su lanza para que, agarrándola, me ayudase a incorporarme. Debió ver que estaba llorando de rabia y me dijo:

-Mañana de par de mañana vete a la explanada que hay en la ribera del río, al lado de la chopera. Te estaré esperando para darte unas lecciones.

-No pude dormir esa noche pensando que el número uno de los torneos se ofrecía a ayudarme. No había salido el primer rayo de sol y ya estaba esperando impaciente con la espalda apoyada en un chopo y mordisqueando la raíz blanca de un junco.

-¿Qué hay chaval? no te sentó bien que te venciera tan pronto ayer ¿no?. Bueno, no te preocupes. Estoy siguiendo tu trayectoria. Eres como yo a tu edad. Tercer hijo de una familia noble, disyuntiva cruz-espada y todo el hambre de ganar del mundo. Tienes unos fallos garrafales que son los que te tiran al suelo continuamente. Pero tienes también algo que muy pocos dominan y que hace campeones a los que lo poseen.

-El primer fallo es que montas como si fueses con un serón a recoger tres docenas de sandías. Parece que te hubiesen regalado el caballo antesdeayer. Y, como tonto no eres y sabes que no montas bien, llevas a tu animal cosido a espuelazos y molido a tirones de brida. Mira... hay aquí gente que mataría por tener tu tordo y que casi lloran cuando ven como lo tratas. La bestia y tú sois la misma máquina, si eres capaz de hacer entender al animal qué es lo que tiene que hacer sin espuelazos ni tirones de brida estarás en el camino adecuado. El caballo sentirá que es un todo contigo. Nunca ganarás si tu caballo está pensando en huir del castigo. Y eso es lo que vamos a trabajar hoy, la monta.


Me tuvo toda la mañana, hasta que me empezaron a rugir las tripas de hambre, practicando ejercicios de monta sin maltrato y me aconsejó que, cada día dedicase una mañana entera o una tarde a dichos ejercicios sin dejar ni un solo día. Cuando ya creía que iba a desvanecerme de hambre me dijo:


-Vale por esta mañana. Te invito a comer algo y luego hablamos del entrenamiento de la tarde.

-¿De la tarde? ¿no hay siesta? ¿no hay chicas? ¿tabernas? ¿algo divertido?

-Si quieres ser el mejor y quieres entrenar conmigo será por la mañana, y por la tarde; por la noche asegúrate de que tus sueños están centrados en el combate. Si no te parece bien pues...mira, que te vayan dando y ya me buscaré yo un sucesor con más ganas de trabajar que tú.

-Y esto ¿cómo te lo pago yo?

-Cuando consigas ganarme dos finales consecutivas me consideraré pagado.


Me llevó a su pueblo, Ansoain, muy cerca de Pamplona. Comimos en casa de su familia. A pesar de que abundaba la comida a mí me despachó con cuatro verduricas y un cuarto de pollo asado.


-Ferox ¿no me habrás puesto demasiada comida?. A ver si me voy a indigestar.

-Ya me hablarás dentro de dos horas. Contento con que puedas retener la que has echado al buche- contestó con una sonrisa que no presagiaba nada bueno.


A media tarde subimos paseando hasta la cuesta que da acceso a la iglesia.


-Mira Furtado además de la monta tienes dos problemas muy graves: peleas como si odiases al contrincante y eso te enfurece y te hace perder el control del combate y, además, tienes muy poca resistencia, te cansas enseguida. El primer fallo es cuestión de actitud, ya lo irás corrigiendo. Al segundo fallo le vamos a empezar a poner remedio hoy mismo. Vas a subir corriendo por la escalinata hasta la iglesia y bajar por el camino y, cuando llegues rezas tres credos y tres salves; subes corriendo por el camino y bajas por la escalinata, vuelves a rezar los tres credos y las tres salves. Y el ciclo lo vas a repetir veinte veces.


-Juerrrr me veo muerto. Lo de rezar ¿que sentido tiene?

-Lo de rezar te va a permitir recuperar el resuello cada vez y en el peor de los casos, si hincas el pico vas a ir directamente a las manos Nuestro Señor.

-Oye Ferox, me había parecido oír que tengo algo bueno ¿no?

-Sí, tienes la mejor cualidad del competidor. No te riges por cánones establecidos, tus ataques no responden a ninguna táctica determinada. Gracias al manejo de las armas que aprendiste desde la infancia tienes la virtud de hacer cosas que el contrario no prevé y eso provoca incertidumbre. Cuando eres capaz de manejar a tu antojo la incertidumbre tienes ganado el combate.


El Tuerto había apoyado la mano en la entrada de la cueva y escrutaba la noche para que no viesen que la emoción le estaba haciendo resbalar una lágrima.


-Sigue Tuerto- le dijo Ekaitza.

-Es tarde- Ekaitza. -Nuestra historia es un poco larga. Mañana, mientras damos cuenta de los restos del cervatillo os contaré lo demás.


SAN COSME Y SAN DAMIAN. CENDEA DE GALAR. CORDOBILLA, NAVARRA



SAN COSME Y SAN DAMIAN. CENDEA DE GALAR. CORDOBILLA, NAVARRA



¿Cordovilla? ¿Cordobilla? hay versiones para todos los gustos.

Accesible en coche hasta la misma iglesia. Sin problemas para personas con movilidad reducida.

Construcción románica muy reformada.. Me vas a decir: -oye Javiero, que eso no es románico. Tiene una base románica y unos recrecimientos, de ladrillo en algunos lados. Bueno, algo de románico hay, por lo menos el crismón. Mi idea es proporcionaros una serie de lugares a visitar para que decidáis si os apetece la excursión o no. En esta ocasión, durante unos días me voy a dedicar a la Cendea de Galar, pegadica a Pamplona. Y mira, te la pongo para que hagas lo que quieras: incluirla en un pack de visitas por la Cendea o pasar de ella directamente.


FEROX 2


-Oye Tuerto, nos dejaste ayer intrigados con la historia de Ferox. ¿Te acuerdas de que prometiste ayer proseguir hoy?- era el Manco el que le incitaba a seguir.


El Tuerto, con la mirada velada por la nostalgia, y haciendo memoria prosiguió con el relato que había comenzado el día anterior.


-Los entrenamientos a los que me sometió Ferox estaban dando un resultado extraordinario. Llegaba a casi todas las finales y vencía en muchas de ellas. Varias veces me enfrenté a Ferox. Unas veces vencía él otras yo. Las apuestas estaban muy igualadas y, en la mayor parte de las ocasiones, la victoria la determinaba la suerte. Cuando conseguí vencerle dos veces consecutivas lo estuvimos celebrando una semana seguida a limpia francachela. A partir de ahí dejé de ser su pupilo y me convertí en su igual.


En 1234 Teobaldo I, mediante un tribunal elegido por él mismo, entregó Cordobilla a Sanz Díaz y Diego Sánchez. En 1236 decidieron que, dada la riqueza que les había proporcionado su posesión, iban a organizar una semana entera de fiestas en plan "panem et circenses" incluyendo banquetes, malabaristas, trovadores y un torneo a lo largo de los siete días con los mejores del escalafón. Las fiestas se celebraron desde el martes 9 hasta el lunes 15 de septiembre.


-Ferox y yo, como era lógico, fuimos recibidos y agasajados como auténticos héroes. No nos faltó de nada: banquetes, chicas aduladoras, algunas de ellas muy dispuestas a vigilar de cerca el sueño de los campeones. En el torneo fuimos pasando fases y, como era ya un poco habitual, nos plantamos los dos en la final.

-Suerte Furtado. Recuerda todo lo que has aprendido conmigo y que gane el mejor. A ser posible que sea yo- dijo Ferox con una pícara sonrisa.

-Lo mismo te deseo luchemos como caballeros que somos. Demos un espectáculo que no olviden en mucho tiempo.

-Hubo varios encontronazos a cual más brutal. La gente gritaba entusiasmada. Cada envite era más duro que el anterior. Y, en uno de ellos, en el choque, la lanza de Ferox estalló en una nube de astillas y una de ellas, levantándome la visera del yelmo se incrustó en mi ojo derecho. Se hizo un silencio sepulcral mientras yo me mantenía sentado en mi caballo con el cuerpo encorvado sin atreverme a retirar el yelmo mientras unos gruesos goterones de sangre iban impregnando la gualdrapa de mi montura. Me llevaron a la tienda en la que atendían a los heridos. Un físico tiró de la astilla que sobresalía de la visera y arrastró con ella el globo ocular. El público estaba dividido: unos pensaban que Ferox, celoso de mis éxitos, había manipulado la lanza y otros pensaban, y acertaban, que había apuestas muy fuertes a la baja cuando yo era el favorito y los que habían hecho esas apuestas manipularon el armamento. Ferox no pudo superar el accidente y, creyéndose culpable por no haber vigilado debidamente las armas, se retiró y lo perdí de vista durante un largo tiempo. Yo seguí en los torneos venciendo en gran parte de ellos pero ya no era lo mismo. Echaba en falta a mi amigo y mentor. Recordaba las noches en las que, contemplando las estrellas, hacíamos planes de comprar algún señorío y dedicarnos al cultivo, la ganadería y la vida bucólica. Se me escapaban las lágrimas pensando qué haría mi amigo. Me llegaron informaciones de que andaba de pueblo en pueblo, de taberna en taberna, contando su triste historia a cambio de una jarra de vino o cuatro monedas despreciables.

-En septiembre de 1238, volví a Cordobilla para participar en otro torneo. Aunque yo no era especialmente creyente no dejé nunca de respetar la costumbre que me inculcó Ferox de ir, la víspera de un combate importante a la iglesia de la villa, encender unas velas, rezar un rosario y dejar un óbolo generoso en el cepillo. "Algo hará" solía decir Ferox. Cuando salí de la iglesia, al pasar por un callejón cercano a la taberna, me encontré a tres caballeros que acosaban a un pobre diablo. Le pinchaban con sus espadas y él, que apenas se sostenía en pie, se defendía de mala manera. Arremetí con mi caballo a galope y blandiendo la maza les arreé tres mazazos que los dejó totalmente descalabrados. ¡Qué sorpresa la mía cuando vi la cara del atacado!.

-Ggggfffoño el "Tuerto". Afffffve campeón los que soffffffbrevivimos de mala manera te fffffaludan. ¿No me pagarías una jarra de fffffffuen vino?

-No pude reprimir mi ira, descendí del caballo, me lo eche a hombros y lo llevé hasta el abrevadero donde lo tiré si miramientos. Cada vez que sacaba la cabeza le dejaba respirar y lo volvía a meter.

-Para, para, para ya hombre que creo que se me está pasando el mareíco.

-Te vas a venir conmigo a dormir, en mi habitación. Mañana mismo compramos un buen caballo, armadura y gualdrapas. Las marcamos con tus puñeteros leones rampantes.

y empezamos a entrenar para que recuperes la forma física y la actitud combativa. Vas a probar en tus carnes lo que me hiciste para convertirme en leyenda.

-¿No me guardas rencor?. Yo fui el culpable de la pérdida de tu ojo.

-Pero eres memo o ¿qué?. No fuiste tu ni la mala suerte. Fueron unos joputas que habían apostado todo lo que tenían a tu favor y tenían que asegurarse de que me dabas candela.

-Una jarrica de vino para celebrarlo caerá o ¿qué? ¿cómo lo ves?

-Tienes dos opciones, Ferox: te doy un dinero suficiente para que vayas cavando tu tumba taberna a taberna hasta que te maten en un callejón o te acostumbras a que, a partir de hoy y durante un buen tiempo, solo vas a beber agua hervida.

-¿Todo volverá a ser como antes Furtado?

-Llámame "Tuerto", todo el mundo me llama así y a mi me gusta porque, mal que te pese, me dejó tuerto el mejor caballero que he conocido en mi vida. Y, por supuesto que todo va a seguir igual que antes o mejor porque te debo mis éxitos y tu me debes un ojo mamón.


El Tuerto se tomó un respiro mientras paladeaba unos sorbos del famoso licor de peloticas que destilaba Ekaitza.


-Y ¿ahí acaba todo?- preguntó Ekaitza. -Me encantaría que me contases más cosas el hombre que me salvó la vida y me enseñó todo lo que sé.

-Otro día, Ekaitza, otro día- contesto el Tuerto conteniendo las lágrimas a duras penas.


SAN MARTIN. GALAR. CENDEA GALAR, NAVARRA.



SAN MARTIN. GALAR. CENDEA GALAR, NAVARRA.


Accesible en coche. Sin problemas para personas con movilidad reducida.

¿Románico? ¿Románico tardío? ¿Protogótico?...¿Qué sé yo?. Emocionante, para mi es emocionante. Yo la describiría, como todas las que hago últimamente, como un románico que coquetea con el gótico.

Un tímpano, supongo que bastante posterior, más que curioso.


FEROX 3


Los dominicos aparecen a principios del siglo XIII como una orden de predicadores. El papa Honorio III la aprobó en 1216. Algunos de ellos se caracterizaron, en sus primeras épocas, por una defensa de la fe a ultranza y la utilización de métodos brutales para corregir lo que consideraban desviaciones del dogma. Detrás de los más desalmados se escondía un temperamento sádico muy superior a su fe.

En 1231 el papa Gregorio IX crea la Inquisición Pontificia con el objetivo de perseguir la herejía. Algunos frailes vieron en esta institución un método para justificar sus desmanes en la lucha contra el mal.

Hay constancia de su presencia en Pamplona en 1230, instalados en la ermita de Santiago. Se dedicaban al culto y la atención espiritual de los habitantes de la zona. A esta comunidad recogida y centrada en el culto llegó, en 1237, Fray Guy de Galar (no lo busquéis que es producto de mi imaginación). Un navarro, nacido en Galar, afrancesado y enamorado de la recientemente creada Inquisición que llegaba con el morro caliente por la tibieza de algunos frailes y con la intención de demostrar que era mejor el terror que la compasión.

Afortunadamente no duró mucho en Pamplona. Teobaldo I vio en él un buen elemento como guía espiritual y traductor y se lo llevó a la Cruzada de los Barones para la atención de la tropa.

El Tuerto siguió contando la historia cuando, al día siguiente, el sol arrojaba los últimos rayos.


-El rey, como ya sabéis, me llamó para que protegiera su flanco izquierdo. En una reunión informal le dije a Teobaldo:

-Señor, Ferox está entre nuestras tropas, ¿lo sabíais?

-No tenía ni idea Tuerto. Era tu rival en los torneos y hubo dudas de si tuvo algo que ver en la pérdida de tu ojo ¿no? y, sin embargo, se decía que era tu amigo. Gran paladín. ¿Por que me lo preguntas?

- Yo me sentiría más tranquilo si él protegiese tu flanco derecho.

-No se hable más. Tráelo y que empiece sus funciones ya.

-Transcurría la cruzada sin mayores problemas, apaciblemente. De vez en cuando Ferox con un grupo de soldados y conmigo inspeccionábamos el campo sarraceno para recabar información. En una de esas incursiones conocimos a una mahometana de nombre Carima que vivía separada de cualquier núcleo habitado,. A partir de entonces fue como si le hubiésemos puesto a Ferox las orejeras de un caballo. Solo veía en la dirección de Carima y lo peor era que ella le correspondía. La situación empezó a ser insostenible porque, cada noche que Ferox tenía libre atravesaba las líneas en busca de su amada. Como suele pasar, tanto va el cántaro a la fuente que...

-Estoy embarazada- palidez de Ferox. Sabía que los problemas por las dos partes iban a ser muy serios pero, en el fondo, se alegraba de la noticia.

-Tarde o temprano tenía que pasar, as envidias son así. Algún malnacido fue a calentarle la oreja al fraile diciéndole que Ferox pasaba casi todas las noches en brazos de su amante musulmana. Fray Guy no daba crédito:

-¡Con una musulmana!. ¡Verriondo de los coxones!. Y seguro que, además de pasársela por la piedra, le pasa información.

-A la vuelta de una de sus excursiones fue apresado por un grupo de soldados dirigidos por Fray Guy. Lo llevaron ante el rey con la acusación de ser un traidor. El fraile solicitó a Teobaldo que le permitiese interrogarle para obtener datos de sus escapadas al campo sarraceno. El rey, ingenuo él, aceptó y le pidió por favor que no se comportase brutalmente con Ferox. Lo llevaron a la tienda del clérigo, muy apartada del campamento.

-Traedme la cigüeña.


La cigüeña es un artilugio que, aparentemente, no es muy terrorífico pero que, posiblemente, esté entre los tres más salvajes de los utilizados por la inquisición. Es un cepo que atrapa el cuello, las muñecas y los tobillos colocando el cuerpo en posición fetal. Al poco tiempo empiezan a producirse contracciones tetánicas por este orden: abdominales, periné, glúteos, isquiotibiales, gemelos, músculos del cuello, pectorales, dorsales y, al final, todo el cuerpo en una salvaje contracción insoportable que no se puede solucionar porque no hay posibilidad de estirar y cambiar de posición los miembros.


-A pesar de estar alejados, los gritos llegaron hasta el campamento. Teobaldo no los escuchaba o no quiso escucharlos. Reuní un grupo afín y decidimos que no íbamos a dejar a un amigo en la estacada. Manipulamos con jugo de adormidera unas jarras de vino destinadas a la cena de los torturadores y vigilantes seleccionados por el frailongo y, cuando todos dormían a pierna suelta, liberamos a Ferox. No se podía mover, lo movíamos y gritaba despavorido. Lo fuimos estirando poquito a poco para poder echarlo encima de un caballo.

-Una soga, buscadme una buena soga- grité indignado por la salvajada que habían hecho con él.

-Mientras los demás ponían bocabajo en un caballo a Ferox entré en la tienda del fraile, le eché la cuerda al cuello y sacándolo a rastras, gritando como un cerdo, lo colgué de un árbol. Poco a poco, con el caballo al paso y Ferox echado en él y con un enorme sufrimiento, se le fueron estirando los músculos. Pero nos costó toda una noche de masajes y estiramientos para recuperarlo medianamente. Le dimos un dinero que habíamos recolectado entre todos, le dejamos el caballo y le instamos a que desapareciese de aquellos escenarios y volviese a Navarra por su cuenta.

-El rey me llamó por la mañana del día siguiente.

-Tuerto, Ferox ha desaparecido, sus vigilantes todavía están echando una coscadica, el fraile parece una pera colgando de un árbol. Tu de esto ni idea ¿no?.

-No señor. De Ferox no sé nada y del fraile...se rumorea que no ha podido soportar los remordimientos por sus maldades y se ha suicidado.

-Y cuando ya me marcha escuché la voz del rey:

-Oyeee Tuerto, ¿no te habrá visto alguien no?.

-Ya no volví a ver a Ferox. Últimamente me llegaron rumores de un caballero que se escondía por estos bosques y me dije: ¿por qué no?. Puede ser tranquilamente.

-Y eso es todo Ekaitza, ¡me habría gustado tanto volverlo a ver!. Y ahora ¿qué? ¿cual es el plan?.

-La verdad es que tengo un plan y os necesito pero puedo esperar hasta mañana para explicarlo. Sería un delito despreciar esta luna llena, agradece su luz y, cuando el bosque despierte y se empiece a empapar de su alegría habitual, hablamos de lo que vamos a hacer.


SAN ESTEBAN. ESPARZA DE GALAR. CENDEA DE GALAR, NAVARRA.



SAN ESTEBAN. ESPARZA DE GALAR. CENDEA DE GALAR, NAVARRA.


A ocho kilómetros y medio de Pamplona. Viaje cómodo. Buenas carreteras. Accesible en coche hasta la puerta. Sin problemas para personas con movilidad reducida. Yo tuve la suerte de encontrarla abierta porque Julia estaba haciendo un mantenimiento. Más tarde llegó Agustina y, de charla con las dos y con mi chica, nos fuimos enterando de los avatares que le han afectado últimamente.

Si vas a visitarla y tienes la suerte de encontrar a Julia, te podrá abrir la puerta para que visites el interior que es muy interesante.

¿Qué te voy a decir? Románica coqueteando con el gótico.

Mira, cuando trabajo sobre un texto de los que comparto con vosotros lo asocio a una música determinada de raíces medievales. La música y las fotos me inspiran la historia. En este caso la música que he utilizado es el disco Below the salt de Steeleye Span. Te lo digo porque puede ser una experiencia diferente leer el texto y ver las fotos escuchando esta música. La tenéis gratuita para escuchar en cualquier plataforma de las habituales.


LA SAL


En la edad media el condimento más importante era la sal. Era indispensable para la conservación y curación de algunos alimentos y para disimular el estado, más que dudoso muchas veces, de los alimentos. La categoría de un banquete solía ser juzgada por la cantidad de bandejas con sal que había en el centro de las mesas. Se hacían auténticas fortunas dependiendo de la oferta y la demanda de ella.


Amaneció en el bosque y, con los primeros rayos de sol, los trinos de los pájaros empezaron a despertar la mañana.

-Buenos días Tuerto. Ferox intuía que, tarde o temprano, aparecerías por aquí y me dejó algo para ti.


Ekaitza le tendió una especie de mausoleo de marfil en miniatura. Contenía gran cantidad de escenas, habilidosamente labradas, de torneos, batallas y algún que otro lance de amor. Unos artísticos caracteres rodeaban la caja exaltando la amistad "Ubi amici , ibidem opes" (Donde están los amigos, ahí están las riquezas).

-¿No vas a abrirlo?. El Tuerto levanto la tapa y dentro, compitiendo con el color de sus ojos, un anillo con una esmeralda tallada con forma de ojo humano con una realidad asombrosa. Dentro del aro una leyenda que decía Vires acquirit eundo (la fuerza se adquiere marchando). Debajo del anillo un pequeño pergamino que decía: Estamos en paz Tuerto, te devuelvo el ojo.


No pudo contener las lágrimas. Demasiadas emociones en pocos días.

-Bueno...vale ya de nostalgias. Vamos a lo que nos interesa. Tú tienes un plan y nos necesitas ¿me equivoco?.

-Reúne a todos y hablamos- contestó Ekaitza. Miraba sucesivamente a los ojos de todos los componentes de la banda que estaban sentados en corro alrededor del fuego.

-Peio, el malnacido que quiso violarme siendo niña y que perdió lo que consideraba su hombría en el intento, tiene una costumbre que puede resultarle muy perjudicial y que le va a doler mucho más que el chandrío que le hice yo. Todos los años cobra a sus aparceros después de la vendimia.

-¡Qué bueno! asaltamos a los recaudadores y le robamos todo lo recaudado- dijo el Licencias frotándose las manos.

-Mejor que eso, Licencias.

-Todo lo que recauda en un año lo invierte en tres carros cargados hasta arriba de sal. Hace la compra en Salinas de Pamplona y las vende en diferentes mercados cada año. Aunque cambian los recorridos cada viaje son tan torpes que, en cada ruta, hacen lo mismo siempre. En la operación multiplica por diez su inversión. Y yo sé, según que camino tomen al salir de Salinas, lo que van a hacer exactamente. Cuando tengamos la información de la salida los pillaremos en algún sitio totalmente desprevenidos y ahí daremos el golpe y robaremos los tres carros.

Llegado el otoño montaron una vigilancia exhaustiva de Salinas de Pamplona. Los hombres de Peio llegaron una mañana fresquita de la primera semana de octubre. La salida la hicieron en dirección a Esparza de Galar. La información la tenía Ekaitza en poco tiempo, reunió a toda la banda y se dirigieron a ese poblado. Iba silbando y cuando paraba y sonreía. En un momento determinado soltó una carcajada:

-Bobos, son bobos. Seguro que dirige la caravana "El Centollo". Nos vamos a hartar de reir. La ruta de Estella-Logroño-Burgos.

El Centollo, llegados a Esparza, tenía siempre el mismo ritual. Todos los componentes de la expedición iban a la iglesia para oír misa y un solo vigilante en cada galera. Nunca habían tenido un problema y ¿por qué cambiar las costumbres?.

Cuando toda la comitiva estaba dentro de la iglesia, la banda del Tuerto salió de varias callejas y atrancó fuertemente la puerta del templo. El Zarpas, con el Bidáctilo y el Trampas, se dirigió hacia los carros.

-¿Quién está al mando de este transporte?

En el pescante de uno de los vehículos estaba un hombre rechoncho, cuerpo redondo y extremidades cortas. Y, moviendo estas aparatosamente, clamaba:

-Casoensos, casoenlaba, casoendiorobaco.

-A ver tú, Centollo, bájate inmediatamente del pescante o te bajo yo de un sordabirón que das tres vueltas a la iglesia a limpia voltereta- le amenazó el Zarpas.

-Pero, pero, pero ¿cómo sabíais que íbamos a venir por aquí y lo que íbamos a hacer?- lloriqueaba compungido el Centollo. -Peio nos va a capar.

-Bueno, así os hará iguales a él- no podía aguantar la risa Ekaitza. -Mira Centollo: cuando se utilizan las misma estrategias de desplazamiento suele suceder que alguien sabe a donde vais y lo que vais a hacer y...puede sucederos un percance en el camino. Nada importante, un pequeño tropezón.


Aparecieron los pocos vecinos que habían quedado sin ir a misa y observaban la situación intrigados. La esposa del señor de la Cendea se había quedado sin ir a la iglesia porque estaba preparandole una fiesta de cumpleaños junto con sus dos hijas. Al percatarse de la situación se dirigió a la única mujer del grupo.

-Nuestros vecinos están ahí dentro encerrados. No sabemos cuanto rato van a estarlo y, pueden tener problemas de sed, de necesidades habituales...¿los vais a tener mucho tiempo?.

-Si todo va bien no será mucho tiempo. No te preocupes, hemos dejado dos barriles de vino en la iglesia. Sed no van a pasar. Respecto a las necesidades...ya se apañaran. Tu marido es bueno organizando cosas. Buscará una solución, no te preocupes.

Si les salía bien sería el negocio del año: ricos y con Peio medio arruinado. Pero...tengo que pensar que hago con ellos...¿los hago ricos?. ¿Arruinamos a Peio?. Bueno...tengo tiempo hasta la semana que viene para pensarlo. No seáis impacientes.


SAN LORENZO. AZOZ, NAVARRA.



SAN LORENZO. AZOZ, NAVARRA.

Siglo XIII. Acceso con coche. Viaje cómodo, quince minutos desde Pamplona. Con alguna dificultad para personas con movilidad reducida. Está rodeada de césped y el acceso frente a la portada tiene ocho escalones. Para inspirarme en la edición de la iglesia y el texto he utilizado el disco A maid in Bedlam de John Renbourn group.

LOS DOCE APÓSTOLES

Los primeros rayos de sol disipaban la niebla en Eraso. La banda se desperezaba y, aunque desayunar se consideraba una frivolidad y un alarde propio de algunos nobles solo, María les había preparado unos tazones de leche con unas sopas de pan duro para empapar.

-Casoenlabatuta Tuerto, no quiero volver, ni hablar de volver. Peio me va a hacer responsable de su pérdida y me temo lo peor. ¿No puedo quedarme con vosotros y pasar a formar parte de vuestro grupo?- suplicaba el Centollo.

-Eso- contestó el Tuerto -y con los dos colegas más, que por cierto no sabemos ni cómo se llaman, ya llegamos a formar los doce apóstoles del bosque.

-Se llaman Unai y Gorka, son gemelos aunque no se parecen nada. Ni tan siquiera sé si quieren quedarse con nosotros.

-¿Con nosotros? ¿ya cuentas con que te aceptamos?.

-A ver, Tuerto, soy un buen estratega y algo podré organizar. Aceptadme y no os arrepentiréis.

-¿Buen estratega?. Pero...si se te ve venir a la legua. Mira, habla con los gemelos, yo hablaré con mi grupo y veremos qué se puede hacer.

Ekaitza sabía que el Centollo estaba harto de servir a Peio que solo le había pagado sus, buenos o malos servicios, con desprecios y algún latigazo que otro. Se mostró partidario de aceptarlos a prueba a él y a los gemelos si querían. Mantener una vigilancia sobre ellos y decidir a medio plazo. Se les comunicó la decisión y estallaron en un júbilo desaforado.

-Mira Centollo, Ekaitza confía en ti y, para mí, lo que diga es palabra de dios. Te voy a encargar un primer trabajo de responsabilidad: vas a coger a Katherina y sus dos hijas, tres mulas y me las llevas hasta Galar. Las dejas allí y que alguien del pueblo se desplace hasta Esparza de Galar y avise a Arnalt de que están sanas y salvas. Si de paso consigues vender las tres mulas sin que quede rastro que pueda seguir Peio te recibiré con los brazos abiertos.

Y además te van a acompañar los gemelos como protección. Si me falláis te juro que no voy a dormir hasta que os vea colgados de una encina.

Remón acompañó a la comitiva hasta sacarlos del bosque, no sin darles antes veinte vueltas para desorientarlos totalmente. Cuando los tuvo en la linde del bosque les advirtió:

-Estaré aquí dentro de dos días a la hora sexta. Si no estáis olvidaos de Ekaitza, del Tuerto y de su banda.

A los dos días, a la hora tercia, ya estaban esperando el Centollo y los gemelos sentados a la sombra de un árbol. A la hora sexta, como habían quedado, apareció Remón sonriendo:

-Ya veo que habéis andado listos. "Rancando pa" dentro- les volvió a dar varias vueltas y paseos por el bosque antes de llevarlos al camino que conducía a los claros.

Llegados a la casa sacaron orgullosos los dineros obtenido por la mulas. El Tuerto sonrió satisfecho, recogió el dinero y se retiró.

-Tuerto ¿estamos admitidos?.

Era la hora nona, entraban en la casa el Bidáctilo, el Licencias y el Zarpas que los habían seguido todo el camino para observar su comportamiento y, desde la misma puerta dijeron al unísono:

-Estáis admitidos...pero provisionalmente. Ya veremos más adelante. Hay que reconocer, Centollo, que estratega...no sé, pero astuto negociando ventas lo eres y mucho.

-Hablando de ventas- intervino Ekaitza -venid todos para aquí que tenemos que planear la forma de sacar el primer carro y buscar mercados para vender la sal. ¿proposiciones?.

-Yo propongo ir por Pamplona, Arre a Santesteban y, desde allí, a la costa. Nadie nos va a buscar en esa ruta. Y, una vez en el mar, no vamos a tener ningún problema para vender rápido la mercancía- era el Licencias el que hacía la sugerencia.

Se aceptó la propuesta por unanimidad, se pusieron en camino y, una vez llegados a Arre el Centollo se dirigió al Tuerto:

-Casoensoria, casoentolmonario, casoenlaba. Algo va mal, es una intuición pero creo que nos están siguiendo dos hombres de Peio.

-Nos desviamos un poco hacia el oeste, vamos a Azoz y nos escondemos allí hasta que veamos si nos siguen o no.

Ocultaron el carro tras la iglesia de San Lorenzo y esperaron acontecimientos.

El Zarpas, el Licencias, el Tuerto y los dos franceses apresaron a los dos perseguidores y los llevaron hasta el pueblo. Contaron que los hombres de Peio estaban desperdigados por todos los caminos intentando recuperar los tres carros de sal.

El Tuerto dio la orden de partir. Ataron al carro a los dos hombres de Peio y reemprendieron la marcha.

-Centollo, pregunta a ver si podemos subir al carro- dijo uno de los apresados.

-Tuerto, los señoritos quieren subir al carro.

-No te xode, hay que tener los "güevos cuadraus pa" pedir semejante privilegio. A ver si les voy a hacer recoger los cagajones de las mulas a mano. ¿Será posible?.

Llegados al valle de Santesteban de Lerín se dirigieron a la villa que daba nombre a la región. En un bosquecillo que distaba una legua del poblado, ataron en pelota picada a los dos mangarranes a sendos árboles y, a pesar de su desaforado griterío continuaron viaje hasta Hondarribia, villa que perteneció a Navarra pero que en 1200, por conquista, choriceo o chalaneo, pasó a formar parte de Castilla.

A partir de esa villa y desplazándose hacia el oeste, siguiendo la línea de la costa y recalando en todos los mercados vendieron toda la sal al por menor a un precio mucho más elevado de lo que sería normal.

Dos meses después, llegados al refugio, se planteó el problema de qué hacer con la pastizarra.

-A ver- el Tuerto se dirigió a todo el grupo- cuando vendamos los otros dos carros tendremos el dinero suficiente para que cada uno de nosotros pueda retirarse y montar algún negociete o comprar unas tierras y dedicarse a vivir de un trabajo honrado.

Todos asentían pero con una especie de tristeza por abandonar el grupo.

-Hay otra solución- dijo Ekaitza, -pero tengo que madurar la idea. Mañana lo hablamos, esta noche lo tengo que pensar a ver si, transcurrido el sueño, me sigue pareciendo tan buena como ahora.

Estaréis pensando: y ¿qué pasó con los hombres de Peio?. Nada importante. Los rescataron, ateridos de frío, unos vecinos de Santesteban los llevaron a una curandera que habitaba en el bosque y que dictaminó que los individuos tenían fiebre de pulmón y que, en el mejor de los casos, si salían vivos, se iban a tener que pegar un mes en su chabola.


-Yo no voy a cobrar nada pero...estos comen, beben, consumen hierbas medicinales y todo eso tiene un precio que yo no puedo asumir. ¿Alguien se hará cargo de esos gastos?.

Mientras tanto en su refugio la banda hacía planes.


-Los otros dos carros ¿cómo los venderemos?. ¿Alguien tiene una idea?- Preguntó el Manco.

-Creo que algo se me ocurrirá- contestó el Centollo.

-Coñe Centollo, si va a ser vedad que vales para algo...


CRIPTA DEL MONASTERIO DE LEYRE. YESA, NAVARRA.



CRIPTA DEL MONASTERIO DE LEYRE. YESA, NAVARRA.

Accesible en coche. Viaje cómodo desde Pamplona. Todo autovía excepto los cuatro últimos kilómetros en subida pero con buena carretera. Con problemicas, salvables, para personas con movilidad reducida.

Me movía yo a gusto entre iglesias tardorrománicas o protogóticas o ... vete tú a saber...

Pero día sí, día también me venían a la mente los grandes monasterios. Me daba mucha pereza enfrentarme a ellos porque ya existen muchas publicaciones y porque son muy trabajosos. Me he armado de valor y, con la intención de no liarla parda, me he enfrentado al Monasterio de Leyre.

Abierto de lunes a domingo a partir de las 10:00. Pago de 3,50 y una fianza de seis por la llave que te dejan y que abre la cripta y la iglesia. Aunque os voy a poner muchas fotos para la gente que no puede desplazarse, no es lo mismo que estar dentro. La sensación que se siente en la cripta y en la iglesia no la pueden reflejar las fotos.

ALAIA.

La banda estaba preparando la venta de los dos carros de sal. Esta vez tomó la palabra el Centollo y, con sus consabidos juramentos y gesticulaciones, propuso salir por la noche para pasar por Berrioplano, por caminos alejados del pueblo, hacia maitines.

-El objetivo es llegar a Esa (actual Yesa), a 10 leguas de Pamplona para cenar y buscar cobijo para dormir y acomodo para las bestias. Si todo va bien, podremos vender los dos carros en la Jacetania dos días después. Si va mejor, igual vendemos todo antes.

Dicho y hecho. Se pusieron en marcha y a la hora prevista llegaban a un mesón en Esa. Hicieron dos turnos de vigilancia y el segundo turno, en el que iba Ekaitza entró a cenar. Se acercó una hermosa mujer de unos 35 años y, con una especie de sonrisa forzada preguntó qué iban a cenar.

-¡¡¡Amatxo!!! ¡¡¡amatxo!!! ¡Dios santo, no lo puedo creer!. ¡Estás viva!. Me dijeron que Peio te había dado caza y te había matado.

-¡¡¡Udara!!! mi niña. Yo también te había dado por muerta.

Abrazos, besos, lágrimas, sonrisas, más besos. -¡Qué guapa estás! ¡tú si que estás guapa!-. Lágrimas de alegría.

El mesonero salió dando voces:

-Alaiaaaaaaaa no te pago para que confraternices con los clientes. Toma el pedido inmediatamente.

El Tuerto se levantó calmadamente, con una sonrisa y le puso en el cuello un puñal afilado.

-A ver cómo te lo explico mamón: esta chica a la que has llamado Alaia es la madre de Udara, nuestra Ekaitza, y yo, que soy todo un caballero, he decido que, si ella no dice lo contrario, ya no trabaja para ti y que se va a sentar a la mesa conmigo, si quiere, porque yo la invito. ¿Alguna objeción?. Pues ¡ale! tomando nota y ya, de paso vete buscando otra chica para que trabaje aquí porque Alaia, si así lo decide, dormirá esta noche con nosotros en el mesón y mañana se despedirá de ti, mendrugo.

-Perdón señor, no sabía que la conocían. Les atiendo ya mismo.


Y hago un inciso para deciros que Alaia tenía la hermosura de su hija Ekatiza pero con una pátina de madurez que deslumbraba a los hombres. Había sido madre a los 16 años y, después de perder a su marido en un incendio provocado por Peio, y creer que su hija había muerto a manos de semejante canalla, había dejado de hacer honor a su nombre y la alegría había desaparecido de su rostro. La sonrisa que iluminó el mesón cuando vio a su hija enamoró a toda la banda.

-Por supuesto que me uno a vosotros. He encontrado a mi hija y no pienso separarme de ella y además- dijo pasando el brazo por el de el Tuerto, siempre me han atraído los caballeros guapos y con carácter. Pero, antes de partir, me gustaría poner unas velas en la cripta del Monasterio de Leyre. Es algo que hago habitualmente pidiendo a Dios que me devuelva a mi niña.

El tuerto se ruborizo como un quinceañero y las mariposas...´¿qué digo mariposas?, una bandada de estorninos haciendo dibujos en todas las direcciones se instalaron en su estómago.

-No se hable más- dijo el Tuerto -mañana todo el mundo, menos una guardia reducida, a la cripta a misa y encargamos a los frailes que nos canten un Te Deum o veinte, si hace falta.

-Tuerto- dijo el Centollo- subimos con los dos carros porque, a nada que pueda le vuelvo loco al ecónomo y le encajo un carro por lo menos.

-De acuerdo Centollo, toda la negociación de las ventas la pongo en tus manos.

Al día siguiente subieron al monasterio. Ekaitza iba del brazo del Zarpas. Contentos los dos, oye, pero...de repente...el Zarpas se puso lívido, no le salía el habla. Dos caballos, especiales, dos gualdrapas, flores de lis...ira. El bidáctilo se dio cuenta y le puso la mano en el pecho..

-Quieto Zarpas, todo a su tiempo, déjame a mi que maneje la situación. No te preocupes, te los voy a dejar para que hagas con ellos lo que creas oportuno pero no ahora, aquí hay mucha gente, déjame que los enrolle para facilitar la acción y que no queden testigos. Aguanta por favor. Ekaitza apártalo de estos dos caballos y de sus dueños hasta yo te lo diga. No le pierdas ojo por favor, si lo sueltas se va a buscar la ruina.


PORTA SPECIOSA MONASTERIO DE LEYRE. NAVARRA



EL ECÓNOMO


Salía nuestra banda de la iglesia de San Salvador de Leyre donde había asistido a misa y al canto de un Te Deum que celebraba el reencuentro de Alaia con su hija Ekaitza.


Fray Santiago de Leitza estaba revisalseando en los carros de la sal.


-Qué, reverencia, ¿os gusta lo que véis?- el Centollo se acerca lentamente y con una sonrisa en la boca.

-Gustar ya me gusta a mí. Mal no nos vendrían estos carros. Tiempo ya pasaríamos sin tener que comprar.

-Sal de primera calidad, reverencia, y espero que saquemos un buen precio en los mercados de la Jacetania- observa el Centollo.

-Vender...igual seria mejor aquí. Viaje no tenderéis que haser. El camino peligoroso es ¿eh?.

-En eso tenéis razón pero...en Jaca vamos a sacar una fortuna por esta sal.

-Hablar se puede ¿eh?. Esos carros...mucho valen o ¿qué?

-En Jaca podríamos sacar...unas dos mil quinientas doblas de oro vendiéndola al por menor.

-Muchos dineros van a ser. Viaje largo y peligoroso. Igual no poderéis llegar. Tres carros le han robado a un ciudadano honrado, se cuenta por ahí...no saberéis nada de eso ¿eh?.

-¡Pobre hombre!- contesta el Centollo -con lo cara que va la sal. No tenemos ni idea de eso que nos dices. Están los caminos muy mal, hay mucho maleante suelto.

-Mil doblas ya os daría yo por los carros eh. Buen negocio haséis conmigo y evitáis los maleantes del camino.

-Casoensoria, casoensos, casoendiorobaco- el Centollo hacía unos aspavientos con los brazos que parecía que se iban a descoyuntar -¿me queréis buscar la ruina?. Un fraile como vos debería ser más generoso con un pobre hombre como yo. Dos mil doblas y no se hable más.

-Cuidar la boca estaría bien ¿eh?. Poderíais ir al infierno con esa boca sucia. Esto, terreno sagrado es, no profanes ¿eh?. Mil doblas y regalo bueno haré: un carro con cosas del monasterio. Jamones, embutidos, dulces, licores...


El Centollo sabía que, exagerando la nota, iba a conseguir en la Jacetania mil quinientas doblas.


-Mira fraile, ya no te llamo ni reverencia ni leches. Vamos a hablar aquí de trilero a trilero. Mil setecientas y los productos del monasterio.

-Válgame dios rufián. Abusando quieres de un pobre fraile. No poderé explicar al abad estos gastos tan grandes. Mil doscientas y los regalos.

-Pero ¿de dónde os habéis "escapau" frailongo, de un zoco árabe?. Ni pa ti ni pa mi, mil quinientas y los regalos.


Unas manos que se estrechan y el negocio está cerrado en las últimas condiciones. El fraile está contento porque piensa que le sale bastante más barata que obteniéndola por otro cauce. El Centollo no da brincos de contento porque está mal visto. Está convencido de que ha hecho el negocio del siglo. Espera sacar otras quinientas, seiscientas doblas o más por los productos regalados.

***

En un corro aparte está el resto de la banda junto con Alaia.


-Jean Paul e Hubert vais a ir a dónde estás esos dos alazanes. Esperáis a que salgan los dueños y entabláis conversación con ellos. Se alegrarán de encontrar a dos compatriotas. Los enrolláis para que vengan con nosotros en dirección a Jaca. No creo que haya ningún problema. Y...más adelante, en el camino, ya hablaremos.

Todos sabían que esos dos desalmados habían violado y asesinado a la mujer del Zarpas y un campesino que intentó ayudarla. Y los franceses, eran los primeros interesados en restaurar el honor patrio.

***

La conversación entre los cuatro franceses se produjo en su idioma. Yo entiendo que el estudio del francés está en desuso. A mi me abrasaron vivo en el bachillerato con el francés y por eso voy a necesitar tres o cuatro días para traducir todo lo que hablaron en Leyre y en el camino. Yo hago lo que sea por conseguir vuestra satisfacción.


SAN SALVADOR DE LEYRE EXTERIOR. NAVARRA

EXTERIOR DE LA IGLESIA DEL MONASTERIO DE LEYRE


Accesible en coche. sin problemas importantes para personas con movilidad reducida.


LA DEPREDADORA

Dos caballos amarrados a dos herraduras, incrustadas en un sillar, esperaban pacientemente a sus dueños. Un alazán con cabos rubios y un castaño retostado con cabos negros. Ambos muy musculados, bastotes pero que llamaban la atención a distancia.

Jean Paul e Huber se aproximaron a ellos y admiraron la hechura de las dos bestias.


INCISO: como os he dicho en una publicación anterior, gran parte de las conversaciones se produjeron en francés. Pero yo soy buena gente y os las voy a poner traducidas.


-¿Qué, os gustan nuestros caballos?

-Son peculiares. ¿De qué raza son?.

-Son bretones. Los mejores caballos para labores de campo y, sobre todo, para las guerras. Estos son caballos para un guerrero. Fuertes, valientes, obedientes. Por cierto, habláis muy bien nuestro idioma para ser navarros.

-No somos navarros, somos dos francos que estamos haciendo el camino de Santiago y nos hemos juntado temporalmente con un grupo para hacer algunos negocios que nos den suficiente dinero para no tener problemas económicos en lo que dure nuestra aventura.

-Nosotros estamos de vuelta del Camino y en dirección a casa.

-Yo creo que iremos, temporalmente, por esa ruta. Nos encantaría que os unierais a nuestro grupo y nos contaseis cosas de la peregrinación durante las jornadas que estemos juntos. Se ha hablado de ir a Osturit (Astorito, despoblado actualmente) y, más tarde a la Jacetania.

-Encantados de ir con vosotros.

Jean Paul e Huber presentan al grupo a los dos compatriotas.

-Aloys y Dicun para los amigos.

-Bienvenidos al grupo- dice el Tuerto -tradúceles Hubert.

-No hace falta Tuerto, lo han entendido.

***

Nuestro peculiar grupo se dirige hacia Osturit (pueblo medieval desaparecido, cerca de lo que hoy es Puente la Reina de Jaca). Por el camino los dos franceses van contando sus aventuras más o menos exageradas. Pasado Berdún se detuvieron a hacer un descanso en un pequeño bosque como a una legua de la población. La escasez de presas había obligado a las alimañas a descender buscando las cercanías de los poblados. En el recorrido habían visto una manada de lobos y querían estar preparados para un improbable ataque. Sentados alrededor de un fuego los franceses contaban sus aventuras.

-Y, ¿de mujeres? ¿cómo habéis andado de mujeres?.

-Pues...bastante bien, Hubert, solo se nos resistió una en todo el camino. Habíamos ido a una herrería con la intención de herrar los caballos pero el herrero no estaba. Su esposa era bellísima y, desde un principio quisimos tener algo con ella. Se negó rotundamente, se defendió con uñas y dientes. La verdad es que nos propasamos y, accidentalmente, le produjimos la muerte a ella y a un campesino que vino a ayudarla. No era nuestra intención, pero...las cosas vienen como vienen. Solo queríamos divertirnos un poco.

-Pero...por dios...¿no os habéis arrepentido de semejante barbaridad?

-A ver, si y no. Si lees a Aymeric Picaud te enterarás de que la gente navarra no se pueden considerar humanos. Son una especie de salvajes que van por ahí enseñando sus partes al fuego y copulando con las bestias... esos animales no tienen los mismos derechos que las personas.

Solo una persona, además de los dos franceses, se estaba enterando de esta conversación y en un momento dado, ante tales barbaridades, decidió intervenir.

-Mirad, soy el Tuerto y, a ratos, soy el jefe de esta partida. Durante dos años estuve militando entre Valcarlos y Donibane Garazi (Saint Jean de pie de port), es una zona en la que, a pesar de que se habla euskera como idioma predominante, se mueve mucho feriante que habla vuestro idioma, lo entiendo perfectamente y, después de todo lo que he escuchado os voy a someter a un juicio popular. ¡Prendedlos y desarmadlos!.

El Tuerto reúne al grupo en una zona apartada de los franceses y les cuenta lo que ha escuchado suavizando algunos términos para no herir más de lo necesario al Zarpas.

-No merecen la más mínima compasión, yo mismo les arrancaré la vida. Que cuelguen de un árbol. No merecen piedad- el Zarpas quería acabar cuanto antes.

-Zarpas- Ekaitza le acariciaba suavemente un brazo mirándole a los ojos -tranquilízate. Si algo tienes que te hace grande, además de tu complexión, es la bondad. La venganza te causará una herida difícil de cauterizar y, si alguna vez llegamos a algo, no quiero que arrastres más amarguras de las necesarias. Si los matas tú te vas a arrepentir toda la vida. Creerás que te has comportado como ellos. Yo tengo otra idea.

-Dinos qué piensas- interviene el Tuerto.

-Yo les daría la oportunidad de defenderse. Les ofrecería vender cara su vida enfentándose a alguien del grupo y que el elegido decida la forma de combatir.

-Estás loca Ekaitza- el Zarpas no daba crédito -no quiero darles la opción de salir victoriosos.

-No, no. Atended, vosotros sois buena gente. Si mataseis a estos desalmados os remordería la conciencia y llevaríais esa carga toda la vida. Por las noches pensaríais que deberíais haberlos entregado a la justicia. Yo quiero hacer una apuesta fuerte. Propongo darles a elegir a uno o una de entre todos nosotros exceptuando a Alaia. Son tan cobardes que me van a elegir a mi y yo no voy a tener ningún remordimiento porque soy cazadora.

-Soy una depredadora y no siento piedad por las presas que cazo ni remordimientos por haberles dado muerte. Es más, la muerte que les daré será la que merecen dos alimañas como ellos.

-Y ¿qué pasará si no sales victoriosa?- el Zarpas no quería ni oír hablar de esa solución.

-Si no logro darles caza, cosa improbable, los tendréis que dejar ir. Pero eso no va a suceder.

Todos, excepto el Zarpas y Alaia, votaron a favor de la proposición. Habían visto clavar dos flechas en los calzones del Tuerto dejándolo apresado en un árbol y no tenían ni la menor duda de que iba a elegir el arco y que los franceses no iban a salir vivos del encuentro. Pero internamente pensaban que, si por alguna extraña razón, conseguían malherir y anular a Ekaitza no iban a parar hasta tenerlos colgando de un árbol.

***

Los dos franceses, atados a un árbol y vigilados toda la noche, no pegaron ojos. No se puede decir que la banda durmiese bien. Pero todos, excepto Alaia que desconocía las habilidades de su hija, tenían la certeza de que Ekaitza iba a terminar con ellos con facilidad.


SAN BABIL. PUENTE LA REINA DE JACA HUESCA. (COTO DE CAZA, PELIGRO)


SAN BABIL. PUENTE LA REINA DE JACA HUESCA.

Me sorprendió lo sencilla y bonita que es. Difícil de encontrar. El google maps te mandará por Santa Engracia. Yo subí por un camino cercano a Puente la Reina de Jaca (unos dos o tres kilómetros a la derecha en dirección Pamplona). No está señalada.

¿Acceso en coche? Depende del aprecio que le tengas. Yo subí con un Golf, sin problemas, con mucho cuidado. Imposible para personas con movilidad reducida.

A ver cómo os explico esto: está dentro de un coto de caza mayor (jabalíes) que suele estar cerrado. Nosotros estuvimos un viernes al mediodía y el camino estaba abierto, supongo que para facilitar el acceso a los cazadores. Cuando estábamos echando el vistazo preliminar a la ermita, a menos de cien metros de dónde estábamos se oían las jaurías de perros, se veían los cazadores con vestimentas reflectantes y se escuchaban los disparos de las escopetas. ¿Pasé miedo?...sí, mucho. ¿Merece la pena?...ahora que tengo las fotos no volvería.


He utilizado, como ambiente de inspiración, el disco Folk songs of olde England de Tim Hart y Maddy Prior.


EL JUICIO


Aloys y Dicun no habían pegado ojos pensando lo que se les venía encima.

-Tuerto ¿me dejas hablar a mi y organizar lo que va a suceder en breve?. Confía en mi.

-Confío en ti plenamente Ekaitza.

-Gracias Tuerto. No os vais a arrepentir.

Ekaitza se dirigió hacia los franceses:

-Lo que habéis hecho no tiene nombre, pero me voy a mostrar compasiva y os voy a dar la posibilidad de salvar vuestras vidas. Mirad en dirección a ese bosquecillo que tenemos enfrente. Al atravesarlo, si llegáis, encontraréis una ermita, San Babil. Si conseguís tocar la espadaña antes de que yo os de muerte, os perdonaré la vida. Será la señal que Dios nos manda. A cuarenta pasos de aquí, clavaré en la hierba dos cuchillos. Hasta que no lleguéis a ellos yo no voy a iniciar ninguna acción. A partir de cuando los tengáis en la mano, corred porque no voy a tener piedad.Los dos franceses estaban emocionados. Sonreían autosuficientes mirando a Ekaitza.Veían bastante fácil escapar de su destino. Eran fuertes, podían correr mucho, tenían dos cuchillos para defenderse y una joven no era enemigo para ellos. Habían observado que portaba un arco pero no pensaron que podría acertarles una vez ganada la distancia de cuarenta pies.

Comenzó la acción. Los dos franceses, confiando en que Ekaitza iba a respetar las normas, se pusieron en marcha e iban hacia la zona dónde estaban los dos cuchillos tratando de plantear una estrategia para salir indemnes de aquella situación. Encontraron los cuchillos y salieron corriendo, en dos direcciones diferentes, hacia el bosque. Se escuchó el silbido amenazador de una flecha y un impacto seco golpeó la parte baja del Sóleo de Aloys seccionándole el tendón de Aquiles. Una segunda flecha buscó y encontró la rótula de Dicun, la hizo trizas arrancando el tendón rotuliano. Muy limitados en el movimiento se unieron para, apoyándose el uno en el otro, desplazarse de mala manera. Otras dos flechas, en un espacio reducido de tiempo, inutilizaron las dos piernas que les quedaban en uso. Imposible correr, imposible andar; se arrastraban tirando de los arbustos y matojos desollándose las manos con las espinas.


-Ánimo Aloys, podemos conseguirlo. Dios está con nosotros, nos va a librar de esta cuadrilla de salvajes.

-No sé Dicun, estoy viendo la ermita en un claro hacia la derecha. Vamos a andar muy justos, Ekaitza ya nos estará pillando y seguro que, la muy perra, esperará a darnos muerte cuando estemos a tres o cuatro pasos de la espadaña.

-Ekaitza, si no te das prisa van a llegar a la ermita y los vas a dejar salir vivos.

-Tranquilo Zarpas. Alea jacta est, que me solía decir Ferox.


Veinte pasos para llegar a la ermita. En la lejanía veían a Ekaitza. Podían llegar, un esfuerzo más, no importaba el sufrimiento, era su vida. Diez pasos, cinco. Ekaitza no tenía prisa por llegar. Tres pasos, dos, uno.


-Dios ha hablado Ekaitza, somos libres, no puedes darnos muerte. Reían a carcajadas. Dios está con nosotros. Dios nos ama. ¡Alabado sea Dios! Cumple tu palabra. Tenía razón Aymeric. No sois más que una pandilla de mierdosos.


Ekaitza se acercó hasta una distancia prudencial para no estar al alcance de los cuchillos. Desde la linde del bosque varios pares de ojos vigilaban toda la acción. Poco a poco, al olor de la sangre, la manada de lobos, que los venía siguiendo desde Berdún, fueron saliendo al claro. El hambre y el olor de la sangre y la desesperación los había llevado hasta allí. Lentamente se fueron acercando. La joven no movía un músculo de la cara. El lobo alfa miró directamente a los ojos de la mujer. Esta señalo con un dedo el suelo y el jefe de la manada se acercó a ella, le lamió una mano y se echó a sus pies. Había reconocido en la mirada la luz de la madre.


-No Ekaitza nooooo, no puedes hacernos esto. Dios ha hablado. Nos ha perdonado la vida. Somos libres. Lo habías prometido. ¿Pero qué pasa? Dios santo ¿tienes poder sobre los lobos?, ¿quién eres?.

-Bueno, yo os perdono la vida. Si Dios se ha apiadado de vosotros, no tendrá ningún inconveniente en salvaros de los lobos.


La joven les dio la espalda e inició el camino hacia el campamento, el macho alfa hizo ademán de seguirla pero un gesto de Ekaitza le hizo desistir. El lobo entendió perfectamente la señal, esperó a que desapareciera por el bosque y lanzó un ataque salvaje, seguido de toda la manada, contra los dos desafortunados. Se defendían como podían con sus cuchillos pero, evidentemente la suerte estaba echada.

-Ekaitzaaaaaaaaaaa Traidoraaaaaaaaa, PERRAAAAAAAAAAA.

-Un aullido estremecedor corto el aire. El aullido de la madre.

-Perra no, LOBA, murmuraba la joven.

Al llegar al campamento la rodearon todos.

-¿Qué ha pasado, Ekaitza?. Hemos oído el aullido de los lobos. ¿Que ha pasado con los dos franceses?

-Los lobos no van a seguirnos más, ya no tienen hambre. Los franceses han tenido la muerte que merecían. Y no los hemos matado nosotros.

***

El Centollo se rascaba la coronilla mientras observaba varios buitres y un quebrantahuesos volando en círculo esperando a que los lobos terminasen su festín para hacer desaparecer hasta el último vestigio.

***

-Habrá que vender los jamones y todo eso ¿no?- Estaban a finales de abril de 1257.

El Licencias tomó la palabra:

-En el año 758 un ejército musulmán intentó conquistar Jaca. Los jacetanos, a las órdenes de Aznar Gonzalez estaban vendiendo cara su piel pero llevaban las de perder ante un ejército muy superior. Amparadas por la niebla primaveral, todas las mujeres de Jaca se unieron a la lucha con lo que tenían a mano, sartenes, cuchillos, tijeras. Los musulmanes, confundidos en la niebla, pensaron que eran refuerzos y abandonaron la batalla. Desde entonces se celebra, el primer viernes de mayo, con fiestas, torneos, justas...Si vamos a Jaca el martes 1 de mayo y montamos un tenderete, venderemos todo en cuatro o cinco días.

-No se hable más- dijo el Tuerto. -Con suerte me encontraré con antiguos rivales y podremos charlar echando unos tragos.


Ekaitza se dirigió al Manco, que descansaba recostado en un árbol:

-Mira Manco, he recolectado unas dos docenas de espinas ensangrentadas. Los dos franceses se agarraban a lo que podían para arrastrarse. Seguro que tú sabes qué hacer con ellas.

-Seguro que sí Ekaitza. Sé qué voy a hacer con ellas, se quién va a ser el encargado de negociar la venta y estoy seguro de quién será el comprador. Voy a ir haciendo los certificados.


CATEDRAL DE SAN PEDRO. JACA, HUESCA.




CATEDRAL DE SAN PEDRO. JACA, HUESCA.

Esta es la madre del cordero, la que marca las directrices del románico del Camino de Santiago. En el centro de la ciudad. Sin problemas para personas con movilidad reducida.

Ya sé, ya sé...me vais a decir: oyeeeee que esas bóvedas son góticas...A ver, entré tarde, a punto de cerrar, un señor me apremiaba a salir. Fui tirando fotos como pude para poder poner algunas del interior y, aunque pensé en intentarlo, veía muy complicado desmontar las bóvedas para hacer las fotos. Así que os contaré que ahí debió de haber una cubierta de madera que se quemó y lo que pusieron después fue un apaño a la moda. Y seguro que seguís diciéndome: ¿y ese escudo del Vaticano?...Pero vamos a ver: ¿te has fijado en el escudo y no te has fijado en las dos figuras de un tetramorfos trasplantadas seguramente?

La última foto muestra la Vara Jaquesa, curiosa medida que determinaba, con sus 77 cm. y sus subdivisiones lo que regía en el mercado de Jaca.


LA SANTA ESPINA.


La banda había llegado un martes 1 de mayo de 1257 a Jaca. Instalaron su campamento en la plaza del mercado, la de la catedral, enfrente de un palenque que se había montado para celebrar torneos, justas y bailes y disfrutar del primer viernes de Mayo.

El miércoles 2 pusieron un puesto, formado por los dos carros un mostrador y un toldo, con todo lo que habían traído del Monasterio de Leyre. Al frente del mismo estaba el Centollo, que había demostrado una especial habilidad para las ventas. Le ayudaban el Manco y Ekaitza y, un poco más adelante, el Licencias y el Tuerto cantaban a los cuatro vientos las excelencias de los productos que se exhibían mientras el Bidáctilo, el Zarpas, el Trampas, Unai, Gorka, Hubert y Jean Paul vigilaban discretamente formando un círculo amplio alrededor del puesto.

Los primeros interesados se iban acercando:

-¿A cuanto va el pernil?

-A trescientas doblas de oro.

-¿Estáis loco? En otro puesto puedo comprarlo por cincuenta doblas.

-Seguro- contestaba el Centollo. -pero ese pernil que decís no se habrá criado en encinares del Monasterio de Leyre, ni habrá hozado escuchando alabanzas al Señor y cantos gregorianos . No habrá sido bendecido por el mismo abad del monasterio, un santo varón. Unos huevos fritos con unas chulas de nuestro pernil tienen casi indulgencia plenaria. Cualquier producto de este monasterio es una alabanza al Señor.


Apareció una hermosa mujer, con un vestido verde esmeralda un escote más que generoso y discretamente enjoyada. La gente le abría paso y miraba para otro lado a pesar de que la mayoría había estado en tratos con ella. No le daba importancia, sabía que tenía que ser así. El Centollo no paraba de mirarle indiscretamente con ojos lujuriosos.

-A ver tu simplón, deja de mirarme el regacho y ponme tres perniles que tengo un banquete el día 4 y quiero lo mejor en mi mesa. Y ponme también un surtido de todos los dulces que tengas. Y por cierto: ¿qué es ese elixir rojo que estáis bebiendo?

.

Se trataba del famoso elixir de un alcohol anisado que maceraba unas bayas silvestres y que fabricaba Ekaitza.

El Centollo, barruntando una buena venta modificó sutilmente y con toda su jeta la autoría del brebaje y le dio a beber una copita a la clienta.

-Ay señora, este bebedizo es una especialidad que destilan los monjes para ponerse en contacto con la divinidad. No se lo puedo vender. Es escaso y de un alto valor. Las mujeres ricas, cuando pueden conseguirlo lo utilizan, en pequeñas dosis, para aliviar los dolores del menstruo. Además, como sentenció un oriental que hacía el Camino, tomado con moderación después de las comidas alegra el espíritu y facilita la conversación. Tomado en exceso produce euforia, en un principio, después un estado de ebriedad y, al día siguiente, un dolor de cabeza espantoso. Tendría que poner un precio tan elevado a la venta que no merece la pena ni anunciarlo.

-A ver, zángano, ¿me has visto regatear? ¿me has visto poner alguna objeción a los precios?.

-Señora, el elixir va envasado en botellas de vidrio para conservar sus propiedades y no puedo vender cada botella por menos de 100 doblas.

-Me vas a poner 10 botellas.


Se trataba de una joven muy conocida en Jaca por su hermosura y por regentar una casa que todo el mundo conocía pero en la que nadie había estado. Y los que más silbaban hacia el techo, cuando salía en una conversación o cuando se cruzaban con ella, eran los clérigos.

-Todo será...dos mil quinientas doblas de oro.

-A ver "pasmau". Tú ¿como te llamas?

-Me llaman Centollo señora.

-Pues mira Centollo, yo soy Amanda y no pienso darte más de 1800 doblas por todo.

-Alabado sea el Señor. El centollo abría y cerraba los brazos en un aspaviento pretendidamente colérico. ¿No decíais que no regateabais? Bien sabe Dios que estaría toda una tarde discutiendo con vos solo por tener fijos en mí esos maravillosos ojos verdes pero...por menos de 2400 va a ser imposible.

-Centollo... déjate de halagos y piropos que a mí no me engañas. Tienes pinta de rufián pero...yo, a pesar de mi corta edad, llevo mucha vida trajinada. Seguro que, además de lo que está a la vista, hay cosas que escondes y que tienen mucho más valor. Vamos a dejarlo en 2000.

-2200 y os hablo de esas cosas con las que vos también podréis sacar un beneficio.

-No se hable más, carga un carro con todo lo que he comprado y llévalo a mi casa. Una criada mía se quedará aquí para acompañaros. Cuando llegue el carro recibirás el pago y hablaremos de lo que tienes escondido y, no me mires con esos ojos lujuriosos que no es lo que estás pensando.


El Centollo y la criada se trasladaron en uno de los carros hasta un palacete que estaba al norte en las afueras de la ciudad.

-Bienvenido a mi casa Centollo- le recibió Amanda y le entregó un saco de piel con las 2200 doblas -¿hablamos de eso que traes escondido?

El Centollo abrió lentamente una bola de cuidadas telas que contenía un curioso tesoro.

-Dos espinas de la corona que ciñó nuestro Señor. Aquí llevo su correspondiente certificado firmado por Alejandro IV. Valen una fortuna. Vos conocéis a todos los que hay que conocer en Jaca y alrededores, una confidencia al oído de la persona adecuada puede hacer que se interese por estas dos espinas. Yo sacaré un beneficio y vos 20% del total de la operación. Mi precio final, una vez regateado será de 5000 doblas de oro. Tenéis que hacerle creer que no pienso deshacerme de ellas por menos de 7000. Al final, regateo incluido a mi me quedarán 4000 y a vos 1000. Y de paso podremos cerrar el negocio con algún beso, alguna caricia o algo más, si se tercia.

-Vamos a ver tontolaba, estoy de acuerdo en todo menos en la parte final. Yo voy a buscar a la persona adecuada. Le voy a calentar la oreja y voy a despertar su codicia. Y, cuando los ojos le hagan chiribitas, lo mandaré a buscarte en tu puesto. Regatea con él, dile que se las dejas en 5000 porque va con recomendación de una conocida dama. Los dos sacamos beneficio a pesar de que intuyo que esas reliquias son más falsas que tu curriculum de comerciante honrado. De la parte del fornicio, si esperas algo, olvídate. Eres bueno para los negocios pero no te acabo de ver en la cama resoplando y jurando en arameo porque no das la talla... Cuando haya encontrado al pardillo, te mandaré una criada y te acercarás a esta casa que todos conocen y nadie ha estado para concretar nuestro plan.


El Centollo emprendió la vuelta al campamento haciendo sus cuentas: doce pares de espinas a 4000 doblas...de esta nos retiramos.


SAN SALVADOR DE LEYRE INTERIOR. NAVARRA


SAN SALVADOR LEYRE, INTERIOR. LEYRE, NAVARRA


Accesible en coche, sin problemas para personas con movilidad reducida.


LA SEMANA LOCA


El Tuerto fue reconocido por los organizadores del torneo de Jaca y le propusieron algo singular: un enfrentamiento "amistoso" y honorífico con el ganador. Se ofrecieron a buscarle todo lo necesario, incluso caballo, si fuese necesario.

-Caballo no hará falta. Tengo dos caballos a los que no se aproxima ninguno de los que están peleando aquí.

Llegado el día le tocó enfrentarse a Julen, un joven que era un chavalico que empezó a competir cuando el Tuerto se retiraba. El joven estaba emocionado, había ganado cantidad de torneos y quería enfrentarse al que consideraba su ídolo y el mejor de todos los tiempos.

Se sucedieron varios ataques que fueron aumentando de intensidad según se iban produciendo; llegaron a ser muy duros pero sin ser brutales. Julen tenía la ventaja de estar muy entrenado y el Tuerto tenía otra ventaja que ni él mismo sabía: parecía que su caballo había competido en cientos de torneos y que se anticipaba, por intuición, a los movimientos del contrario. Después de media hora de romper lanzas y realizar una lucha en el suelo en la que se produjeron unas cuantas magulladuras, los jueces dieron el combate por empatado para regocijo de los dos contendientes y de todos los espectadores.

-Oye Tuerto, te compro ese caballo, pídeme lo que quieras. Total, tu ya no te vas a mover en los torneos ni te vas a ir de guerras y ese caballo es excepcional. Nunca he visto nada igual. Lucha solo, sin órdenes. Sabe lo que hay que hacer en cada momento.

El Centollo andaba con la antena puesta y pensando para sí mismo: -sigue alabando a la montura que cada vez que la ensalzas sube el precio 2000 doblas.

-No sé Julen, habla con el Centollo que es el que se encarga de las ventas que hacemos en el grupo. Yo no tengo inconveniente en que te lo venda.

Dicho y hecho. Julen buscó al Centollo y le propuso la compra del caballo.

-Ufff, es complicado Julen, ¿cuanto se puede pagar por un diamante exclusivo? No sabría ponerle precio pero...por decir algo...no menos de 30.000 doblas de oro.

-Me parece un precio muy elevado, a pesar de que el animal es único. Te ofrezco 20.000.

-El animal no es único, tenemos otro igual y es idéntico pero con otra capa de pelo. Te puedo ofrecer los dos por... digamos...50.000 doblas y es una adquisición regalada.

-30.000 los dos sería un buen arreglo.

-Ni hablar. 40.000 o me los llevo para casa que ya encontraré otro comprador que aprecie estas dos joyas.

El Centollo, que como sabéis era un lince para las ventas, había visto desde el principio que Julen se había encaprichado de los caballos y que estaba haciendo sus cábalas sobre un negocio que, si lo gestionaba bien, podía salirle gratis. Aunque, en el fondo, no quería deshacerse de una de las monturas.

-No se hable más Centollo, mañana a primera hora tienes el dinero.

Unas manos que se enlazan y el Centollo que se va silbando una alegre melodía y pensando que había hecho, a costa de los franceses comidos por las fieras, el negocio que los iba a hacer muy ricos.

Cuando llegó al campamento le estaba esperando un clérigo con la cogulla cubriéndole el rostro.

-¿Sois el Centollo? Alguien me ha hablado de vos y algo que podríais tener para mi.

-Sí, lo soy y lo que creéis que tengo para vos vale 7000 doblas.

-Demasiado dinero.

-La catedral se beneficiará con esa reliquia.

-No es para la catedral, se trata de que quiero hacer un regalo a mi hermana, abadesa del Monasterio de Santa Cruz. ¿no me lo podríais dejar en 3500 doblas?

-A ese precio pierdo dinero: el desplazamiento a Roma, la comisión de Su Santidad, la autentificación de las reliquias, la vuelta. Todo eso ya cuesta como mínimo las 3500 doblas. ¿Qué gano yo con vuestra oferta?

-¿4000?

-5000 y porque venís recomendado por una dama que se mueve bien en la paradoja, una dama que tiene a la vez buena y mala reputación, que es y que no es y a la que vos visitáis a menudo y...no quiero decir nada con esto.

-Sea.

***

Partieron de Jaca y dos jornadas después estaban en el Monasterio de Leyre dando gracias por su exitoso viaje a la Jacetania.

Fray Santiago de Leitza vendía, entre los productos del monasterio, unas bolsitas de sal que presumiblemente, según él, había bendecido, en su día, Fray Virila.

-Qué, frailongo, menudo negocio estás haciendo con la sal.

-Ya vender... poco a poco se vende, algún beneficio sacar ya hasemos eh.

-Fray Santiago, por aquí por los alrededores, y me refiero a las cinco villas y así...habrá algunas iglesias que necesiten reliquias ¿no?.

-Reliquias siempre necesitan, las moscas a la miel suelen venir eh. ¿Traes algo o qué?

En un apartado el Centollo le presenta al fraile los diez pares de espinas de acacia con sangre coagulada y acompañadas de sus correspondientes certificados de autenticidad.

-Mira Fray Santiago. Precio fijo, 50.000 doblas y no me empecéis a regatear que ya veo el negocio que habéis hecho con la sal. Menudo pájaro de cuentas estáis hecho.

-30.000

-Pero que perro sois, frailongo, 40.000, me pierdo de vuestra vista y no os vuelvo a molestar en la vida.

-Vale, igual eso de no molestar sobra o así. Si encuentras cosas para vender...volverte a ver y haser negocio ya me gustaría a mi eh.

***

Cerrado el último negocio el Centollo reunió a todo el grupo para darles cuentas del resultado del esa semana de locura.

-Todo lo que llevábamos del monasterio.......................................4500 doblas

-Venta a Amanda............................................2.200

-Los dos caballos bretones ..........................................40.000

-Dos mulas y dos carros................................................10.000

-Un par de espinas de la corona..................................................5000

-Comisión de Amanda................................................-1.000

-Diez pares de espinas de la corona para Fray Santiago.............................................40.000

-El resultado es .....................................................100. 700 doblas de oro.

-Yo...ahí lo dejo. Caballeros: somo ricos, muy ricos. Cuando lleguemos al refugio de Eraso deberíamos tomar una decisión. Además de regalarle a Remón las dos mulas que quedan por las molestias que les hemos ocasionado, deberíamos hablar del futuro.

-Os dije que yo estaba pensando algo- Ekaitza había fijado la atención de todo el grupo. -En Eraso os propondré un plan, no es imprescindible que os unáis todos pero...es una forma "legal" de hacer negocios y que nos puede duplicar o triplicar lo ganado. Nos moveríamos en la línea divisoria de la legalidad. Y...Centollo, me estás empezando a caer muy bien. Esa consideración con Remón no la esperaba yo eh.

.

-Vale en Eraso hablamos- contestó el Manco- aunque la verdad es que todos asentían con más o menos convencimiento.


SAN MIGUEL ARCANGEL VILLATUERTA.




SAN MIGUEL ARCANGEL VILLATUERTA.


¿Accesible en coche? Sí, pero hay que conocer el camino. Yo me he fiado de Google Maps y me ha dejado debajo de la ermita a unos trescientos metros. Pues eso, trescientos metros, cuesta arriba por un caminejo y jurando en arameo contra google y su prima.

Al llegar al merendero que hay en la explanada donde está ubicada he visto, para mi desesperación, cual era el camino para subir en coche y, como me siento generoso y sé que vas a querer ir, te lo voy a explicar.

De la Autovía del Camino, dirección Pamplona-Estella, entras en la primera salida a Villatuerta, pasas todo el pueblo y sigues en dirección a Estella, unos doscientos metros antes de llegar a la curva donde se encuentra el cruce a Tafalla verás un camino a la izquierda. Ese camino termina en la ermita. Está en buen estado con lo que tu coche no sufrirá. Si el terreno está seco puede ser practicable para personas con movilidad reducida.

Posiblemente la iglesia más antigua de Navarra. Perteneció a un monasterio hoy desaparecido. Y...¿por qué os la traigo hoy aquí?. Pues...verás:

Las iglesias que publico son, casi todas, tardorrománicas, protogóticas, llámalas como quieras. Son del siglo XII y principios del XIII.

En esta ermita, posiblemente la más antigua de Navarra que se conserva en pie, se encontró una lápida y varios relieves prerrománicos, entre ellos la imagen más antigua de San Miguel de Aralar. Todos ellos hoy en el museo de Navarra.

La lápida dice que la iglesia fue erigida en el reinado de Sancho Abarca, finales del siglo X. Aunque los carteles la datan en el XI, algo que no puede ser porque Sancho murió a finales del X.

La información sobre esta ermita y sus relieves la he encontrado en alguien al que suelo seguir porque sus conocimientos del románico navarro son excepcionales. Julio Asunción. Las fotografías de la lápida y los relieves, que se conservan en el Museo de Navarra, son suyos. Y, como es preceptivo, los utilizo con su consentimiento.

http://arte-historia-curiosidades.blogspot.com/.../ermita....


ANDORÍ


Los historiadores me van a tirar piedras porque voy a situar a este gitano en Lerín en 1200, cuando las primeras migraciones de gitanos procediendo de Oriente se produjeron hacia 1400 y la primera referencia en Navarra data de 1435. Pero en todas las culturas, en todas las historias, hubo un pionero que decidió que su mundo se le quedaba pequeño y salió con lo puesto a hacer "turismo". Uno de estos fue Andorí (Golondrina).

Te veo escéptico, me miras como con un ojo rebrincado y piensas: -este pedorro se lo está inventando por todo el morro. Pues...igual sí. Tú mismo.


A ver, os explico, yo nací en Lerín, hijo de un veterinario, me gustaba acompañarle en verano cuando iba a visitar ganado, sobre todo cuando lo hacía a las cuevas del Paredón donde habitaban los gitanos en los años cincuenta del siglo pasado. Eran especialistas en el comercio de reses de todo tipo y tenían una peculiar forma de negociar: Cuando vendían hablaban en duros y cuando compraban hablaban en reales y en ese trasiego de valor de la moneda salían ganando siempre.


Yo tenía un amigo de mi edad al que llamaban Aracatanó (el guardian), yo le llamaba Araca. Le llamaban así porque a él le contaban todas las ancestrales historias de su etnia para que las guardase y las transmitiera a su generación y sobre todo al siguiente guardián. Y Araca, siendo niños, me contó la historia.

Me contó que en 1200 Andorí (golondrina) se instaló en las cuevas de Lerín, formó una gran familia y se dedicó al mercadeo de ganado por todo Navarra. Todos se dedicaron al ojeo y compraventa. Siendo ya mayor tuvo un hijo en 1230 con una jovencita. Decidieron llamarle Chitó porque era, desde muy niño, más listo que el hambre. Enseguida demostró que tenía un arte especial para la venta pero...él veía que en su familia, con una reata de hermanos como para llevar a hombros un paso de Semana Santa, era el último mono y que nunca iba a prosperar.

Un viernes 3 de agosto de 1246 pilló cuatro cosas, no se despidió de nadie y se fue para Estella. Enseguida empezó a destacar por sus habilidades y en poco tiempo era un gitano guapo, elegante y, aunque era un poquito rechoncho, era muy atractivo para las mujeres de la zona. Empezaron a llamarle el Centollo por su constitución y las gesticulaciones que hacía, cuando estaba enfrascado en una venta, acompañadas de todo tipo de juramentos.

Cuando tenía 18 años se enamoró de Mencía, una moza guapísima de Villatuerta, y consiguió llevarla al altar. Se casaron en la iglesia de un monasterio en la misma villa y, bajo un relieve de San Miguel Arcángel, se prometieron fidelidad eterna.

Dos años más tarde, estando Mencía embarazada contrajo unas fiebres que aparecían y desaparecían cada tres días y en poco tiempo murió y el fruto de su vientre con ella.

Chitó (el Centollo) marchó a Pamplona, donde nadie le conocía, y se dio a la bebida y a las noches que acababan con su cuerpo tirado en la calle. Su fortuna, acumulada durante cuatro años, se fue diluyendo en vino, invitaciones a los que se aproximaban al olor de las monedas y mujeres de amargas noches y alegres tintineos de bolsa.


Cuando más hundido estaba apareció en su horizonte un señor de Berrioplano, Peio.

-Oye, yo te he visto a ti en una feria de ganado en Estella. Tu eres el Centollo.

-Si tienes unas monedas dámelas y si no lárgate con viento fresco y déjame tirado con mi perra vida.

-Para, para, Centollo. Yo me dedico a diferentes negocios y uno de ellos es la compra-venta de ganado y ahí es donde te necesito. Te he visto vender y eres un fiera. Si te vienes conmigo te aseguro un buen sueldo, techo y comida.


Chitó aceptó a regañadientes a sabiendas de que tenía los días contados si seguía con ese ritmo de vida.

Pero la la realidad resultó ser un poco diferente. Peio demostró ser un déspota. El sueldo no era lo prometido, el techo era una cochiquera y la comida...a veces los cerdos comían mejor que él. Pero tenía muy claro que si no tenía una rutina fija iba a caer en las noches de abismos y desesperación.

Un día Chitó (el Centollo) salió al frente de tres carros para comprar sal y, en el camino, fue asaltado por una banda de "desaforados" comandada por tres jefes: el Manco, el Tuerto y Ekaitza y...el resto, si me habéis seguido, ya lo conocéis: se unió a ellos, encontró una familia que le arropaba y que le confiaba el manejo de las negociaciones de ventas y adquisiciones y decidió que, temporalmente y a raíz de unas cuantas ventas que habían producido una fortuna a repartir entre todos, se iba a quedar un tiempo con ellos. Pero, con los bolsillos llenos y la vida resuelta, solo pensaba en devolverle a Peio la mala vida que le había dado durante un buen tiempo.


Seguro que estáis pensado: -oye pedorro, ¿no nos piensas contar lo que quiere hacer Ekaitza con la fortuna acumulada en este último año? Nos tienes en ascuas mamonazo.

-Creo que la decisión de la chica va a tener que esperar una jornada más. Algo me taladra el cerebro pero...tengo que encontrar la ubicación adecuada.


CLAUSTRO DE SAN PEDRO DE LA RUA. ESTELLA, NAVARRA.



CLAUSTRO DE SAN PEDRO DE LA RUA. ESTELLA, NAVARRA.


Un claustro para perderse un día entero entre sus paredes. Cada columna, cada capitel, cada piedra merecen una larga reflexión. Si algún día lo creo aconsejable pondré todos los capiteles que he fotografiado que son un montonazo. Hoy solo os pongo algunos de ellos.

Accesible, hasta las proximidades, en coche. Problemas, no insalvables, para personas con movilidad reducida.

La música que he utilizado para inspirarme en esta historia y editar las fotos ha sido una lista de Youtube de Tim Hart y Maddy Prior, antes de ser componentes de Steeleye Span.

https://www.youtube.com/watch?v=MPCizqSHZOg...


AARÓN


Nuestra cuadrilla había vuelto a Eraso tras su productivo periplo por el monasterio de Leyre y el reino de Aragón. Entre unas cosas y otras, de un lado y de otro, unos ahorros por aquí, cuatro reliquias por allá y las artes de venta del Centollo, cada componente tenía ahorrado un mínimo de 10.000 doblas de oro. ¿Qué hacer con ellas? ¿Disolver la banda? ¿Buscarse la vida cada uno por su cuenta?.

-Ekaitza- el Manco llevaba un par de horas, desde el amanecer, paseando por los alrededores y rumiando su situación, -nos hablaste de un plan que tenías. Sería hora de reunir el grupo y plantear el futuro.

-De acuerdo Manco, reúne a todo el mundo.


Todos estaban expectantes con la curiosidad reflejada en los ojos.

-Es cierto que tengo un plan, pero no puedo plantearlo claramente hasta que vuelva de un viaje que tengo que hacer, con mi madre, a Estella. Una vez volvamos de este viaje tendremos claro si es rentable y si os interesa a cada uno de vosotros.

-Yo os acompaño- dijo el Tuerto, -no puedo dejaros ir solas por esos caminos de dios.

-Yo también- añadió el Zarpas.

-Y...¿si vamos todos?- esta vez era el Licencias el que hablaba, -el camino es peligroso y en Estella ya nadie se acordará de nosotros.

-De acuerdo pero, solo mi madre y yo vamos a movernos para hacer la gestión de la que os he hablado. Vosotros, mientras tanto, moveos por las tabernas, seguro que entre los vapores del vino y el frufru de ropas de moza lozana os enteráis de cositas interesantes.


Llegadas a Estella, Alaia y Ekaitza se dirigieron a la aljama judía para concertar una cita con Aarón Ezkerra.

-Alaia, te daba por muerta y ¿Udara?...el caso es que escuché a un juglar cantar las aventuras de una arquera de Añezcar. Creía que era una leyenda, el la llamaba Ekaitza y aseguraba que hablaba con los animales, que estos le obedecían y que, si necesitaba comer, a setenta pasos era capaz de acertar en el corazón de una torcaz en vuelo. No sé por qué, en mi imaginación romántica, en mis sueños, siempre pensé que esa arquera era Udara. Para hablar de negocios es mejor que nos reunamos los tres mañana a la hora tercia en el claustro de San Pedro de la Rúa.

-Pues...sí, querido Aaron, efectivamente esa arquera que describió el juglar era mi hija.

-Y... ¿Cómo es que, siendo judío, nos has citado en este claustro?.

-Un dios, otro dios...¿qué más da? es el sitio que me trasmite la paz que necesito para realizar reuniones importantes. Estas enormes rocas que nos rodean atraen energías que desconocemos, las encauzan y las concentran en este punto. Este lugar ya era un centro de ritos y reuniones antes de que los cristianos llegaran. Y, además, las autoridades eclesiásticas y yo nos entendemos bien, tenemos negocios en común.

-Cuando naciste, Udara, tu padre y tu madre se acercaron a mi y me propusieron poner una pequeña cantidad de dinero cada año para que yo lo manejase de forma que, cuando fueras mayor de edad, tuvieses una pequeña fortuna que te ayudara a salir del mundo en que ellos vivían. Y así fue hasta la muerte de tu padre. Yo os había dado por muertos a todos, pero siempre tuve la pequeña esperanza de que, por lo menos tú, Udara, siguieses viva a pesar de que se había perdido tu rastro. El caso es que hoy tienes en mi empresa una fortuna más que notable. Y ahora os pregunto: ¿qué hacemos?. Necesitaría dos o tres días para reunir el dinero y devolverle su fortuna a Udara.

-No, Aarón, sigue administrando mi dinero. Yo he venido a proponerte algo. Formo parte de un grupo y "trabajando duro" hemos reunido fortunas individuales más que notables. Cada uno del grupo puede tener entre diez y quince mil doblas de oro. ¿Sería posible que ellos te diesen una importante cantidad de dinero y tu se la administrases de la forma en que lo has hecho con mi fortuna y multiplicases su fortuna de forma importante?.

-Por supuesto Udara. Yo no tengo ningún problema para hacerlo si ellos aceptan mis condiciones.

-Y...¿qué condiciones son esas?.

-En este caso tenemos que obtener beneficios cada uno de ellos y yo. No quiero riesgos. Me vería obligado a intentar sacar el máximo rendimiento al dinero o sea que, sin llegar a la usura, podría hacer varios préstamos con cada partida con garantías de cobro y aplicando el tope de intereses que me permiten las leyes del reino. Esos intereses los repartiré mitad y mitad con cada uno.

-Vale hablaré con ellos y supongo que la mayor parte aceptaran este negocio. A fin de cuentas lo que quieren es llevar una vida tranquila con sus ahorros produciéndoles unos beneficios que les permitan vivir como señores.

-Bueno pues... a ver...ponlos en antecedentes y dentro de dos días a esta misma hora nos vemos aquí y trazamos una perspectiva de futuro halagüeña para todos.

-Udara o Ekaitza ¿cómo prefieres que te llame?.

-Ekaitza me trae mejores recuerdos.

-Perfecto, y...por cierto ¿sabes algo de Peio?

-No, ni quiero, ya me tome la justicia por mi mano.

-Yo tengo una información que podría interesarte mucho y que podría marcar tu futuro. Solo necesito atar unos cabos.

-Y...¿no puedes adelantarme nada para que vaya pensado en ese asunto?

-Prefiero dejarlo para una próxima reunión. Cuando tengamos todo arreglado con tus amigos hablaremos de este otro negocio.


Ya de camino a la posada donde se alojaban Alaia se dirigió a su hija:

-Por cierto, me he fijado que le haces ojitos al Zarpas.

-¿Tanto se nota?

-Mucho.

-Pues parece que os dais cuenta todos menos él.

-Mira, Ekaitza, yo sé mucho de esto. Como no te lances tú vas a estar esperando toda la vida. O sea que...como tienes mi bendición atácalo a cuerpo descubierto, pero sutilmente, que no se dé cuenta de que le estás echando la red.

-Ya...y tú...¿no has notado que el Tuerto, si no tiene un río o un arroyo cerca, se pone muy nervioso?. ¿No has visto que se baña casi todos los días?

-Claro...- la carcajada se escucho por todo Estella, -como que muchos de esos días, si sé que no puedes vernos, me baño yo con él y que...si no me equivoco, es posible que dentro de siete meses tengas un hermanico.

-Pues...entonces...que sepas que también tienes mi bendición.


PALACIO DE LOS REYES. ESTELLA-LIZARRA, NAVARRA



PALACIO DE LOS REYES. ESTELLA-LIZARRA, NAVARRA

Accesible en coche. Sin problemas para personas con movilidad reducida. Dispone de ascensor y están eliminadas las barreras arquitectónicas. Se duda sobre la posibilidad de haber sido en algún tiempo residencia real temporal. A mi se me hace difícil entender que se dedicase a otras historias dada su magnífica construcción. Fue cárcel en el siglo XIX, eso sí.

Se construyó a finales del siglo XII y es, seguramente, el mejor exponente de edificio románico civil de Navarra.

Ha sufrido muchas intervenciones más o menos afortunadas pero conserva una parte importante de su alma románica. Pero...lo que yo te diga y el reportaje gráfico que ponga aquí no va a ser suficiente. Tienes que verlo en directo. Estella es un sitio a visitar en Navarra y dedicarle un finde fijo.

Cada vez que me enfrento a una página de word vacío me tengo que poner música para ambientarme. Esta vez he utilizado una lista de reproducción de John Renbourn group en youtube.

https://www.youtube.com/watch?v=uZjC_cbWLq8...


INTERESES

Lunes 5 de noviembre de 1257, hora tercia (9 de la mañana hoy). En una plaza al lado del Palacio de los Reyes, justo debajo de San Pedro de la Rua una cuadrilla de ricachones pero con pinta de desarrapados se encontraba esperando la llegada de Aarón Ezkerra.

-Buenos días señores. Vamos al palacio para hablar de nuestros negocios- Aarón venía vestido como si fuese día de fiesta y fuese a la sinagoga.

-Uy...no lo veo claro- dijo el Trampas, ¿nos dejarán entrar con estas pintas? Nos hemos dejado la ropa y alhajas de los domingos en casa.

-Tranquilos, los inquilinos y yo tenemos negocios en común y no dudarán en dejarme una estancia para nuestros asuntos.

-Aunque...para otra ocasión, un lavadico y algo mas lucido de vestir no estaría mal.

-Bien- comenzó Aarón, -voy a hacer una exposición detallada de nuestra relación y al final, si no lo tenéis claro, podéis plantearme todas las preguntas que queráis. De entrada os diré que, aunque nuestro negocio va a estar prácticamente exento de riesgos, el riesgo cero no existe. Moveré vuestro dinero haciendo préstamos a un año, con garantía de cobro, y en ese préstamo, para que os hagáis una idea, si dejamos 100 al final de año cobramos 116. Esos 16 de beneficio conseguido lo repartiríamos entre vosotros y yo a mitades 8 para mi y 8 para el dueño el dinero prestado. Si no pudiesen devolver el préstamo les daríamos una año más de plazo, con sus correspondientes intereses. Y si, al final, no pudiesen pagar su deuda nos quedaríamos con la garantía dada. Lógicamente a grandes cantidades prestadas, grandes beneficios obtenidos.

-¿En qué consisten esas garantías? raro me suenan- preguntó el Manco.

-Puede ser una casa, una finca, un señorío, el aval de una persona de probidad y solvencia demostrada. Dependerá de la cantidad prestada.


Todos asentían más o menos convencidos.

-Nosotros- comentó Hubert, -tenemos intención de seguir el Camino de Santiago hasta el final y volver luego a nuestra casa con todas las indulgencias acumuladas para poder cometer algún pecadillo sin demasiado miedo al infierno.

-No hay problema. Podéis dejar vuestro dinero en mi casa para que lo mueva y recogerlo con sus beneficios a la vuelta o... si tenéis miedo, hay otras soluciones para que no viajéis con semejante cantidad de dinero encima. Cartas de pago dirigidas a algún colega de la aljama de Toulouse....ya veremos.

-Bueno, pues si estáis de acuerdo, la semana del doce empezaremos aquí mismo las reuniones personales para determinar las cantidades a mover.

-Ekaitza, me gustaría hablar contigo. Estaría bien que estuvieran presentes tu madre, el Zarpas y el Tuerto.

-Se trata de Peio de Berrioplano. Los últimos negocios le han ido muy mal, ha intentado recuperarse con el juego. Tuvo la desgracia de ganar bastante dinero en las primeras apuestas pero, como todo jugador, a largo plazo se arruinó. Ahora está a punto de perder su señorío.

-Me da exactamente igual que pierda todo- Ekaitza procuraba no mostrar ninguna emoción de alegría ni de tristeza.

-Lo sé Ekaitza pero déjame terminar. Me ha pedido 20.000 doblas de préstamo con la garantía de su señorío.

-Y ¿por qué no aceptáis?.

-Sé que va a emplear lo que le preste en el juego. Sé que va a perder su señorío. Pero dudo mucho que Teobaldo II apruebe que pase a manos de un judío aunque este tenga fama de ser leal a la corona.

-Y ¿qué propones?

-Que el dinero se lo prestéis vosotros a pérdida y que os quedéis con el señorío. El Tuerto es noble. En su día, según tengo entendido, fue uno de los caballeros preferidos por Teobaldo I y, que yo sepa, también maestro de armas de Teobaldo II.

-Lo que dices es cierto, Aarón, no creo que Teobaldo se muestre contrario, llegado el caso, a que yo figure como dueño del señorío. Pero Ekaitza, Laia y el Zarpas quedarían fuera de esa propiedad.

-Eso podríamos arreglarlo luego con algún tipo de sociedad pero, si mis informadores no me engañan, hay una solución mejor.

-Y...¿en qué consiste?- preguntó Ekaitza.

-Os voy a dar un tema para pensar. No es descabellado. El Tuerto se casaría con Alaia, según mis informes ya hacen vida de casados a escondidas. Tomaría como hija y heredera a Ekaitza, a expensas de llegar a otros acuerdos si viene algún hijo más. Y ya, rizando el rizo, si Ekaitza se casase con el Zarpas tendríamos el círculo cerrado. El rey será más proclive a fallar a favor de una familia consolidada y con un cabeza de reconocida nobleza que a favor de alguien que ha caído en desgracia. El monarca cumple la mayoría de edad este mes de diciembre y, a partir de ahí...podemos realizar nuestro plan. Yo se la tengo jugada a Peio porque sé que asesinó a uno de mis mejores amigos, tu padre Ekaitza. Y no os olvidéis de algo: mucho peor que la muerte será para Peio ver a Alaia y a Ekaitza en posesión de su señorío.

-Pero ¿la explotación del señorío sería lo suficientemente rentable para ser codiciada?.

-Ahora mismo no pero...en vuestro grupo tenéis un lince para los negocios: el Centollo. Sería el impulsor y gerente adecuado para iniciar algo de lo que no se tiene idea ni aquí ni en otros reinos. No tiene estudios pero tiene una cabeza que no le cabe en Navarra y no ha nacido quien le pueda engañar en un negocio o una transacción. Además, es capaz de sacar dinero de debajo de las piedras. Miedo me da hablar con él de su aportación a nuestro plan. Hablad con él y que os plantee lo que se podría hacer. El también le tiene muchas ganas a Peio.

-Y vos ¿qué ganaríais con todo este lío?- Ekaitza y el Tuerto soltaron una carcajada porque habían planteado la pregunta a la vez.

-Una parte muy pequeña, casi simbólica, de los beneficios del señorío. También invertiré en la puesta en marcha del proyecto. Y os asesoraré en todo momento.

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SAN PEDRO DE LA RUA. ESTELLA, NAVARRA.



SAN PEDRO DE LA RUA. ESTELLA, NAVARRA.


Mira, me estoy hartando un poco de tratar de explicar el estilo de cada iglesia que publico. Unos las llaman tardorrománicas, otros protogóticas. Nadie se pone de acuerdo así que yo, para contribuir a la ceremonia de la confusión, y como no he leído por ningún lado el nombre que les voy a poner , a partir de hoy las voy a llamar románicogoticoides. Igual hasta registro el nombre. Y, para que conste, si nadie lo ha utilizado, lo uso yo a partir del 21/03/2022.

Pues eso, que nos encontramos ante la iglesia más antigua de Estella y que fue proclamada iglesia principal de la villa a partir de 1256 y justo a partir de ese momento comenzaron sus veleidades góticas.

Yo, como siempre, he tirado un montón de fotos, las publico aquí y os entretenéis en separar el polvo de la paja.


Como siempre y, por si os interesa os pongo aquí la música que he utilizado para inspirarme. Se trata de Benito Lertxundi. Es música muy relajante.


https://www.youtube.com/watch?v=aYlqYAS3FLs


ESPONSALES


El Tuerto había pedido autorización a Teobaldo II para contraer matrimonio y este, con el permiso de su madre y de su tutor Jaime I de Aragón, había aceptado pero sugiriéndole que lo hiciese el 7 de diciembre.

Como una sugerencia del rey era una orden, tras consultar con Ekaitza para hacerlo el mismo día, concertaron los esponsales para esa fecha en la iglesia de San Pedro de la Rua. Decidieron que sería una ceremonia sencilla. La banda, Aaron y tres o cuatro personas más de su entorno, un discreto banquete en algún figón y arreando.

Desde el lunes 3 de diciembre un grupo procedente de la corte se movía por Estella para engalanar la ciudad y realizar diferentes gestiones encaminadas a la celebración del cumpleaños del rey. Acotaron una zona para la organización de actividades propias de fiestas medievales y se reunieron con los mesoneros de la villa para que se pusieran de acuerdo en preparar un festín para toda la población.


Viernes 7 de diciembre del 1257. Hacía un rato que había pasado la hora tercia y un repiqueteo poco habitual de las campanas de San Pedro de la Rúa advertía a la gente de un acontecimiento poco habitual.

-El rey, viene el rey- gritaban los chiquillos corriendo por las calles de Estella. La gente saltaba a la calle para recibir con vítores a la comitiva que se dirigía hacia el palacio de los reyes.

El rey había decidido celebrar su 18º cumpleaños en Estella y de paso asistir a la boda de el Tuerto, regalarle una fiesta especial y provocar a los nobles del reino mostrando su predilección y amistad hacia un noble del que todos sospechaban que pateaba veredas intrincadas. El enfrentamiento con los nobles fue tónica general en todo su reinado a partir de los 21 años, cuando adquirió, por derecho, la mayoría de edad.


Hora sexta del viernes 7 de diciembre de 1257. Pedro Ximénez de Gazólaz, obispo de Pamplona, a pesar de ser un broncas que había andado en litigios con el padre del rey; a pesar de que estaba embroncado con el actual rey y con toda la nobleza; a pesar de que andaba en agarradas con todos los monasterios y que el Papa, Alejandro IV, le había enmendado la plana ese mismo año; a pesar de que no le gustaban los nuevos apaños góticos que le estaban haciendo a San Pedro de la Rua, salió al altar mayor dispuesto a celebrar el evento adornado con sus mejores galas: su báculo de plata y pedrería, una casulla que destellaba al mínimo roce con la luz, una mitra adornada con bordados de hilo de oro formando agrupaciones florales y diferentes piedras preciosas y un anillo pastoral con un rubí que parecía un huevo de codorniz. En fin, haciendo gala de la humildad que era propia de su personalidad austera.

-Nos encontramos aquí para celebrar el 18º cumpleaños de Teobaldo II rey de Navarra, y la unión en matrimonio, de mi dilecto Furtado, al que llaman el Tuerto, con Alaia y además de...vaya, ahora me doy cuenta de que solo te conozco por el apodo Zarpas.

-Mi nombre es Inhar eminencia.

-Pues eso...a lo que iba...que íbamos a celebrar además la unión de Inhar con Udara, también conocida como Ekaitza, hija de Alaia. Si alguien tiene algo que objetar que lo diga ahora o calle para siempre y... sí, que os conste a todos los presentes, yo me enorgullezco de ser amigo de esta gente noble pero sencilla. Bastante mejores que muchos de los que estáis ahí calentando los bancos con el culo, que no tenéis más dios que el poder y la riqueza y os refociláis, como los cerdos, en las charcas de la lujuria. Sabed que el fuego del infierno será vuestro premio. Y mira, ante Dios os digo que este rey, que no es de mi agrado ni será un siervo predilecto para mí, no piensa haceros ni caso y eso me congratula. El rey y yo nos toleraremos. Y sabed todos que por encima del rey solo Dios y el obispo que lo representa y por encima de Dios nadie.


Teobaldo no daba crédito a las palabras del obispo pero, como sabía que esa iba a ser la tónica de su reinado, lo dejó pasar con indiferencia.

A la salida de la iglesia un grupo de nobles se dirigió al rey:

-¿Pero no vais a hacer nada con este bufón presuntuoso?

-Pues no, nuestro mundo es diferente. Él está a lo que entiende como espiritual y yo a lo cotidiano.

-Nos traerá problemas, señor.

-Mientras no consiga que nos excomulguen vamos bien y me consta que por ahí no hay demasiado peligro, no se lleva nada bien con Alejando IV.

-Le dejaré con sus delirios y me dedicaré a reinar cuando cumpla la mayoría de edad.

-Enhorabuena a los cuatro y tu, Tuerto, ¿no has pensado en cambiar de vida? ¿no te cansas de lo que haces?.

-Señor, estoy bien con mi gente, no me va mal económicamente y...no añoro la vida de la corte.

-Pues es una pena porque yo necesito un maestro de armas para mi guardia personal y había pensado en ti.

-Os pido un año señor. Dentro de un año pediré audiencia para hablar con vos.

-No necesitas audiencia Tuerto. Vienes, llamas a mi puerta y, si estoy allí, estaré encantado de hablar contigo.

-Así lo haré señor.

-Oye Tuerto...cuídate en los caminos del reino y huye de este obispo. Ha dicho que os aprecia pero, como se entere de lo de las reliquias...



MONASTERIO DE SANTA MARIA LA REAL DE LA OLIVA. CARCASTILLO, NAVARRA.




MONASTERIO DE SANTA MARIA LA REAL DE LA OLIVA. CARCASTILLO, NAVARRA.


Accesible en coche hasta la puerta. Con dificultades notables para ver todo para personas con movilidad reducida.


Para inspirarme en este trabajo he utilizado música de James Taylor acompañado de Dixie Chicks, que no tiene nada que ver con nuestro tema pero a mi me gusta y a ti...también te va a gustar.

https://www.youtube.com/watch?v=dc1VsmntEdw...


APACIENTA MIS OVEJAS, APACIENTA MIS CORDEROS



La nieve cubría Añezcar y su aledaños. Ekaitza llevaba horas tras el rastro de una familia de jabalíes. Era un lunes 23 de diciembre de 1257. Todo el grupo había quedado el 25 para comer en el refugio y ella se había encargado de suministrar la presa. Había pensado en una jabalina joven, una hembra de unos 15 ó 20 kilos. Cuando localizó a la familia observó con alegría que una hembra, del peso aproximado que necesitaba, caminaba vacilante y con una cojera ostensible. Daba la sensación de que la había pillado un cepo y se había escapado con daños graves. Un certero flechazo en el corazón alivió sus sufrimientos y solucionó la comida de Navidad.

El día 25 el aroma de un asado impregnaba el bosque. Toda la banda celebraba con el licor que destilaba Ekaitza las inversiones con Aaron. Hablaron del préstamo a Peio. El Tuerto explicó cómo habían dejado la mitad del patrimonio de los cuatro, Alaia, el Zarpas, Ekaitza y él, a fondo perdido con la intención de quedarse con el señorío de Berrioplano.

-Parece ser que el Centollo quiere entrar también aportando un capital a pérdidas y, sobre todo, encargarse de la organización del Señorío de una forma que no se le ha ocurrido a nadie todavía y que puede ser muy productiva. Si queréis entrar en la empresa podéis hacerlo de dos formas: Invirtiendo en el proyecto o colaborando con vuestro trabajo. A mí me gustaría que, de una forma u otra siguiésemos unidos en esta empresa sin abandonar, por supuesto, nuestra afición a las trapicherías. Mientras meditamos sobre el futuro vamos a seguir haciendo pasar por buenas reliquias que consistirán en Vírgenes y Crucificados tallados por el Trampas y con relicarios sencillos, pero valiosos para el clero navarro y las iglesias a su mando.

***

Luis IX de Francia, todavía no había sido nombrado santo pero andaba haciendo méritos para serlo, había mandado emisarios a Navarra en noviembre con un mensaje para Teobaldo II invitándole a pasar las próximas navidades en su corte. El rey navarro que se llevaba muy bien con su suegro no pudo menos que aceptar.


En una de las reuniones saltó el tema que Teobaldo tenía guardado en un íntimo cajón de su mente.

-¿Cómo lleváis vuestra relación con Pedro Ximénez de Gazólaz?.

-Veréis Luis, sencillamente no nos llevamos. Nos ignoramos. Aunque últimamente creo que me hace ojitos. Como que me necesita para algo y sonríe de vez en cuando en algún acto oficial.

-Tenéis que afianzar esa relación. Ese elemento es capaz de irse a Roma, conseguir tu excomunión y de rebote la de mi hija Isabel y...eso podría mosquearme mucho. Mira que como pase eso ya me estáis devolviendo Hondarribia y San Sebastián y te las arreglas como puedas para exportar.

-Dad por hecho que me arreglaré con él. Por lo menos para llevar una relación cordial.


***


Viernes 31 de enero de 1258, Pedro Ximénez de Gazólaz, obispo de Pamplona, se presentó ante Teobaldo II para que corroborase su autoridad por encima de las de otros eclesiásticos.

-Apacienta mis ovejas, apacienta mis corderos dejó dicho nuestro Señor, según Juan 21, 15-19, y eso es algo que me atañe directamente. Pero tengo un problema: yo estoy al mando de este rebaño y algunos, que yo creía que eran perros que controlaban el ganado, se han autoerigido en pastores y reclaman a grito pelado unos derechos que ni yo ni el convenio de Estella reconocemos. Necesito vuestra ayuda para hacer valer dicho convenio poniendo mi autoridad por encima de la de cualquier clérigo del reino.

-Me parece, reverendo, que tenemos algunas discrepancias con esta especie de parábola de corderos y ovejas que me estáis contando. En ella me incluis, por lo visto, dentro del rebaño. Y os voy a decir una cosita: a mi no me gusta ir en medio del revoltijo de animales pataleando las cagarrutas del resto de los componentes. No sé si no os dais cuenta de que vos sois el pastor pero yo soy el dueño. Lo que tenemos que hacer es delimitar funciones. Yo me encargaré del bienestar físico de lo que es mío y vos os encargaréis del bienestar espiritual. Y, respecto a vuestro litigio con los eclesiásticos...recurrid a vuestra máxima autoridad. Id a Roma.

En septiembre del siguiente año el papa, Alejandro IV, para cabreo de Pedro Ximénez de Gazolaz, anuló el convenio de Estella y dio la razón a los que demandaban sus derechos.

Y como siempre...andaréis dándole vueltas ¿es esto real? o se lo habrá inventado este mamonazo.

Pues...¿qué se yo? hay cosas reales, otras me las he inventado por todo el morro. Pero...¿quién te dice que no fue así?



COCINA Y ALEDAÑOS DEL MONASTERIO DE SANTA MARIA LA REAL DE LA OLIVA. CARCASTILLO, NAVARRA.


COCINA Y ALEDAÑOS DEL MONASTERIO DE SANTA MARIA LA REAL DE LA OLIVA. CARCASTILLO, NAVARRA.


El monasterio es accesible en coche. Hay que pagar 2,50 euros, muy bien empleados, para acceder a él. Imposible la zona que os pongo hoy para personas con movilidad reducida.


La música que he elegido para inspirarme es de un grupo poco conocido pero que, en muchos momentos, tiene ciertos aires medievales. Trees

https://www.youtube.com/watch?v=XHIyzmvTN2U...


EL LABORATORIO DE LOS MONJES. LA COCINA


A principios de noviembre del 1258 Teobaldo II se había acercado al Monasterio de la Oliva para ratificar unas cuantas decisiones importantes para los monjes y para el reino.

El rey había concedido al abad, Pedro de Conches, el derecho a la explotación y apacentamiento de 300 cerdos en los montes del reino. Esta concesión se hizo a perpetuidad.

A estas alturas la calidad de los jamones y embutidos del monasterio había llegado a los oídos del monarca y Teobaldo había decidido probarlos in situ y hacer un encargo importante para los banquetes que pensaba celebrar en Navidad.


El fraile encargado de la cocina se dirigió a la comitiva:

-Señores, lo propio sería preparar un refrigerio en el refectorio pero donde se aprecia en su plenitud el sabor de unos buenos embutidos es en la cocina, de pie en torno a una mesa, acariciados con el humo y regados con el mejor vino del monasterio.

La cata fue absolutamente satisfactoria y el rey encargo un buen pedido para sus banquetes. Varios nobles de la comitiva hicieron lo propio.

El abad, Pedro García rebosaba, aunque disimuladamente, felicidad por la operación y se dirigió al rey:

-Señor, deberíamos debatir unas pocas cuestiones relativas a nuestra comunidad y sus derechos.

-Voy a estar quince días por aquí disfrutando de las fiestas que han preparado en mi honor en Carcastillo y...ya veremos luego- contestó Teobaldo.

***

Nuestra banda al completo, en esa vida de molicie que disfrutaban desde hace algún tiempo, había decidido desplazarse en pleno a Carcastillo para ver qué se podía vender y marrullear por los alrededores durante las fiestas celebradas en honor del rey.

Los gemelos, Unai y Gorka, se movían en las aglomeraciones mirando a ver qué se podía hacer. El Manco y el Tuerto habían insistido cantidad de veces en que nadie de la banda se metiese en delitos comunes. Insistían en que los negocios daban mucho más dinero y más seguro. Pero Gorka no se pudo resistir a una bolsa demasiado evidente y cortó la correa que la sujetaba al cinto con tan mala suerte que varios presentes vieron la acción y a limpia ostia (recuerda a Plauto) lo apresaron y lo pusieron a buen recaudo en manos de los responsables del orden.


Lo llevaron ante el rey para que juzgase la acción y dictase sentencia.

-Sabéis de sobra que la autoridad la ejerce el abad Pedro. Yo podría exigirla pero no voy a hacerlo. Cada uno tiene sus obligaciones y, en este caso, no debo ser juez de este delito.

Llevaron a Gorka ante el abad. Un acusador expuso los hechos.

-¿Tenéis algo que objetar?- preguntó el abad.

-Por supuesto reverendo. Exijo la presencia de mi hermano Unai.

Unai se presentó ante el tribunal y todos quedaron pasmados. Era tal la igualdad que no se podían diferenciar.

-Reverendo- dijo Gorka, -es posible que, en el barullo de los hechos los que me acusan me hayan confundido con mi hermano. Es imposible diferenciarnos por lo que sería injusto achacar el delito a uno de los dos a sabiendas de que puede ser un tremendo error. Cabría la posibilidad de colgar al inocente dejando libre al culpable.

El abad observaba la similitud sin dar crédito a lo que veían sus ojos.

-Esto tiene que ser obra del maléfico. No es posible tanta igualdad y, efectivamente, nos sería imposible achacar la culpabilidad a uno de los dos sin temor a equivocarnos. Y en este caso, bajo mi responsabilidad voy a aplicar la sentencia que hace unos años un monje del cister, Arnaud Amary, aplicó en la Cruzada Cátara: colgad a los dos por el cuello y ya decidirá Dios quién es el suyo.

El sábado 8 de noviembre de 1268 dos colgados, uno a cada lado de la calzada de acceso a Cascante y curiosamente iguales, recibían a los forasteros que venían a ver al rey y su corte y a disfrutar de las atracciones que se habían organizado en su honor.

El Centollo de pie entre los dos y mirando los despojos gesticulaba abriendo y cerrando los brazos con sus aspavientos acostumbrados y no paraba, como siempre, de jurar en arameo.

-Casoensoria, casoendiorobaco, cagontolmonario, casoenlaba, "desgraciaus", que no sois más tontos ni hechos de encargo. ¿Qué os había dicho el Manco? Nada de delitos descarados, Y vosotros, que hay que ser atontados, a robar una mierda de bolsa que a saber que contenido tenía. Y encima os preparáis la patochada de la igualdad para libraros de la horca, que hay que ser idiota- le caían unas lágrimas como melocotones, -descansad en el otro mundo, aunque me entran ganas de irme con vosotros para estar toda la eternidad moliéndoos a palos. Y preparaos para cuando vaya yo porque no vais a tener sitio en los infiernos para esconderos, tontolabas.

Y...volvemos a lo de siempre. ¿Es cierto eso? Pues...unas cosas sí y otras "pudo ser así". Y, con esta declaración de principios, me libro de ser apedreado en una plaza pública.


SALA CAPITULAR MONASTERIO DE SANTA MARIA LA REAL DE LA OLIVA. CARCASTILLO, NAVARRA.



SALA CAPITULAR MONASTERIO DE SANTA MARIA LA REAL DE LA OLIVA. CARCASTILLO, NAVARRA.


Accesible en coche hasta la puerta del monasterio. Con algunos problemas salvables para personas con movilidad reducida.


La música que he utilizado para inspirarme hoy está contenida en este link

https://www.youtube.com/watch?v=fs2SEeci9Qo...


EL TORNEO.


El miércoles 6 de noviembre de 1258, en honor del rey Teobaldo II, se celebró en Carcastillo un torneo en un campo de unos 150 pies de largo por 90 de ancho, ovalado y rodeado de gradas. Las de los nobles tenían todo tipo de comodidades incluido un recinto tras ellas con tentempiés de todo tipo. Las del pueblo llano eran unos bancos asientaculos sin más lujos.

Se enfrentaban dos grupos. Uno lo formaban caballeros franceses comandados por Druts le Noir y el otro caballeros navarros a las órdenes de Aizkora Odei.


La lucha entre los dos grupos fue encarnizada. Los jueces determinaron que el torneo no había tenido un bando ganador claro después de una batalla campal en la que, más o menos, se impuso la caballerosidad y los buenos modos.

A mi me da que ya estaba todo pactado para una fiesta especial el domingo que enfrentase en un combate singular al caballero francés y el navarro.


Druts le Noir tenía 28 años. Debía su apodo a su vestimenta y gualdrapa de su caballo. No renunciaba a las flores de lis doradas en sus ropas y su escudo negros. Sus orígenes, según el juglar que contase la historia, eran confusos. Unos decían que era un caballero que había sembrado Francia de hijos y que había enredado por debajo de los vestidos de cantidad de mujeres entre 15 y 40 años, sin importarle condición ni estado. Se aseguraba que había más de un noble francés, con algún hijo que se daba un aire a Druts, que estaría encantado de colgar su cabeza de una de las almenas de su castillo. Otros juglares contaban que era un apreciado noble de la corte de Luis IX que, en su osadía, había metido el morro demasiado cerca de la familia real y había sido desterrado de Francia por esa razón.


Aizkora Odei había nacido en Rada. Tenía 22 años. Su prenombre se debía al arma que dominaba. Se había distinguido en varios combates por su habilidad con el hacha. Cuando no estaba metido en fregados guerreros, se ganaba la vida en apuestas de corte de troncos de haya y en torneos. En asuntos de faldas...no era tan descarado como Druts pero era movidito también. Cosas de esta gente que zascandileaba mucho por todo el reino buscando fortuna.


Se había fijado el combate para la hora nona del domingo 10. Las apuestas estaban a favor del francés y se pagaban 1 a 2 . Durante el jueves, viernes y sábado se movió mucho dinero y la viruta despierta codicias desde tiempos inmemoriales.

Teobaldo había hecho una apuesta testimonial y de poca cantidad a favor de su caballero Aizkora. Gran cantidad de gente apostaba a favor de Druts buscando la seguridad (más vale pájaro en mano) y bastantes también, con la ilusión de pillar una fortunita habían apostado a favor del navarro.

Los organizadores ya habían empezado a hacer cábalas y hablaban entre sí:

-He oído por ahí que alguien ha apostado 20.000 doblas de oro a favor de Druks.

-Demasiado dinero a favor del francés. Y me consta que el rey ha apostado una cantidad poco importante a favor de Aizkora. No deberíamos desairar al monarca a pesar de la escasa cantidad.

-Y ¿alguno tenéis la solución a este problema?

-Tiene que ganar sí o sí Aizkora.

-Deberíamos hablar con una curandera que vive aislada en un bosque en las afueras del pueblo. Se llama Bakarne (Soledad) y el nombre le viene al pelo. Es experta en alimentación, plantas medicinales y todo tipo de bebedizos y cosas por el estilo.

***

Tres organizadores se dirigieron al bosque en busca de la que consideraban bruja. No había forma de encontrarla, fue ella la que los encontró a ellos.

-A ver idiotas, ¿no podéis hacer más ruido?. Me estáis espantando la caza.

-¿Bakarne?

-¿Quién la busca?

-Somos los organizadores de las fiestas que se están celebrando en Carcastillo. Tenemos que consultarle algo.

-Soy yo. Vosotros diréis.

-Hay un torneo mañana. Mucho dinero en juego. El rey ha apostado a favor de un caballero. Desgraciadamente ese caballero puede ser un poco inferior a su contrincante. ¿Hay alguna forma de decantar el combate a su favor?

-Y...para esto no soy bruja ¿no?. Igual hasta termináis llamándome Bakartxo. ¿A qué hora se celebra esa lucha?.

-A nona.

-La solución está en la comida de los contendientes. Yo os puedo decir qué debe comer el campeón que queréis ver derrotado. Pero no os va a salir gratis.

-¿De cuanto dinero estamos hablando? Pide lo que quieras.

-No es cuestión de dinero, quiero una autorización del abad de la Oliva para ejercer como curandera sin que me ande husmeando la iglesia. Y la protección del monasterio en cualquier caso.

-Será difícil pero creo que podemos conseguirlo.


El abad Pedro García había escuchado a la comisión de fiestas. Sonreía ladinamente. En su fuero interno Bakarne le producía ternura y le tenía gran aprecio porque, a escondidas, surtía al monasterio de plantas y remedios para todos los males conocidos e instruía al hermano encargado de la salud de los monjes sobre las propiedades de cada preparado. Era de los pocos habitantes de la zona que le llamaba Bakartxo. Debido a su condición de abad no le demostraba públicamente su afecto pero esta vez, para satisfacer al rey y a la comisión de fiestas acepto la proposición.


Bakarne guardó cuidadosamente los documentos y reunió a los organizadores para darles una solución.

-El secreto va a estar en la comida que le proporcionéis a Druts. Tiene que ser exactamente como yo os diga. Le vais a dar unos huevos fritos con unas recias chulas de jamón y de postre algo que se lleva mucho ahora en la corte del rey Luis IX "el manjar blanco". Se compone de arroz, trozos de pollo, leche, almendras y alguna cosica más que os voy a poner en un pergamino.

-Esa cosica ¿no será algún veneno eh? No queremos que haya sospechas de manipulación.

-No, son condimentos normales y corrientes. Nada que ver con venenos.

Llegado el día se le proporcionó al francés la comida que había sugerido Bakarne.

Comenzó el combate. Druts llegaba tarde a todas las acciones. Estaba como amodorrado. Aizkora se adelantaba en todos los envites y tras varios intentos lo derribó del caballo ganando la contienda.

***

Os preguntaréis qué había pasado. Pues...ahora, en el siglo XXI tenemos la respuesta científica de lo que Bakarne, de forma instintiva y por aplicación de la experiencia, sabía en el siglo XIII. El francés había ingerido gran cantidad de un aminoácido llamado triptófano; huevos, jamón y leche. Los hidratos de carbono del arroz habían fijado este aminoácido en el cerebro y este había empezado a producir gran cantidad de los neurotransmisores melatonina y serotonina (relajantes e inductores del sueño). El "calorico" del veranillo de San Martín, la hora y la pérdida de luz dentro del yelmo hicieron el resto. Druts combatía medio dormido.

***

El lunes 11 de noviembre, en la sala capitular del monasterio de la Oliva, se encontraban el abad, el obispo, el rey y todos los monjes hablando de temas que afectaban al reino y a la iglesia. Un enviado por las autoridades de Carcastillo pidió audiencia de forma urgente. El abad autorizó su intromisión.

-¿Qué es eso tan importante que tenéis que contarnos?

-Señores, en las afueras del pueblo ha aparecido una persona ahorcada. Se rumorea que perdió una cantidad enorme de dinero en las apuestas.

-Y eso, ¿en qué nos atañe? Pregunto el rey.

-Es un caballero vuestro señor. Peio de Berrioplano.

-Bueno, ¿qué le vamos a hacer? A cada cerdo le llega su San Martín.


***

Ahora mismo estáis pensando: esa sentencia del cerdo y San Martín ¿ya existía en el siglo XIII?.

Es más, habrá quién haya revisalseado en las redes a ver qué encuentra. Pues mira, no seré yo quien afirme que no la inventó Teobaldo II.


FITERO, NAVARRA. SALA CAPITULAR DEL MONASTERIO




FITERO, NAVARRA. SALA CAPITULAR DEL MONASTERIO


Accesible en coche hasta las proximidades. Sin problema para aparcar en día laborable. Supongo que en fin de semana será imposible aparcar cerca. Un paseo no viene mal. Problemas mínimos para personas con movilidad reducida.


La música que he utilizado para inspirarme está en este link

https://www.youtube.com/watch?v=hDuH056r1I8


LOS BAÑOS DE FITERO.


A finales del verano de 1258 se reunieron los responsables de los tres monasterios, Leyre, la Oliva y Fitero, en la sala capitular de este último para hablar de sus cosas.

El de Leyre venía con la sana intención de deshacerse de Santiago de Leitza y traspasarlo a otro monasterio a cambio de otro ecónomo un poco menos farrullero.

El abad de Fitero decidió aceptarlo en su comunidad. Había llegado a sus oídos la fama de negociador de Santiago y su falta de escrúpulos.

Tras muchos tira y afloja, cambios y concesiones, decidieron que el monje se trasladara al monasterio de Fitero a principios de noviembre como muy tarde.


En la fecha concertada Santiago de Leitza se arrodillaba ante el abad que escuchó en confesión todas sus "maldades y trapicherías".

-Reconozco que, en gran medida, todos tus negocios los has hecho en beneficio del monasterio de Leyre. Aún así, hay caminos que es mejor no recorrer. Debería ponerte una penitencia digna de tus pecados pero...no me sirven rezos ni sacrificios. Te voy a poner una acorde con tus habilidades. El monasterio tiene una pertenencia que no produce más que quebraderos de cabeza y que espero que tú, con esa cabeza que te ha dado el señor, seas capaz de rentabilizar de alguna manera. Debes tener en cuenta que es una concesión que te hago dada tu capacidad para los negocios. Lo más lógico habría sido expulsarte de la orden pero no puedo, bajo ningún concepto, despreciar tus habilidades. Si Dios te ha puesto entre nosotros, será con algún fin premeditado.


El monje miraba pasmado lo que el abad le había encargado reactivar. Lo que veía era unas charcas, unas piletas, un agua que olía a todo tipo de minerales disueltos y que metías un pie y te lo escaldaba (ahora sabemos que sale a 50º) .

-La madre que me parió, ¿qué hago yo con esto?.

Se dirigió a Gastón, un monje de origen francés, un erudito encargado del Scriptorium.

-Sabríais decirme si existe algo escrito sobre este embrollo que me ha encargado el abad?

-Tengo alguna cosa por ahí de su utilización en tiempos de los romanos y posteriormente por los moros.

-Pues me harías un favor si me dejas lo que tengas...

-Quieto "parau", lo que tengas que consultar lo haces en la biblioteca, yo reviso lo que te dejo y te controlo de reojo. Las noticias vuelan y las que oído de ti no son como para fiarse mucho. Eres capaz de llevarte varios legajos y venderlos por ahí...quita, quita. Aquí lo que quieras, fuera de esa puerta no te vas a llevar ni el polvo de las estanterías.


Santiago estudió todo lo que encontró pero, por más vueltas que le daba, no encontraba la forma de sacarle partido al embolado que le había metido el abad. En un momento de lucidez se acordó del Centollo.

-Ostras, seguro que sabe qué hacer con estas aguas.

Mandó un correo a buscar al Centollo dándole varias direcciones dónde podía encontrarlo y con la orden de no parar hasta entregarle el mensaje personalmente.


El jueves 21 de noviembre se le presentaron todos los componentes de la banda. Abrazos, besos, achuchones, ¿cómo te va? ¿por qué no estás en Leyre? ¿qué haces aquí? ¿vosotros bien? ¿cómo os va la vida?.

Después de ponerse al día con las andanzas de cada cual y tras apretarse unas buenas jarras de vino a palo seco, nada de aguarlo, Santiago se los llevó a dormir a un edificio medio en ruinas que había en el balneario.

-Mañana os enseño todo esto y os cuento de qué va esta historia y por qué os he citado aquí.

-Por cierto- le dijo el Zarpas, -he empezado a trabajar la piedra y he hecho un capitel que significa la unión de la banda. Esta lleno de unos dibujos con manos entrelazadas. He pensado regalarlo al monasterio porque "el que regala bien vende si el que recibe lo entiende".


MONASTERIO DE FITERO. IGLESIA. NAVARRA.



MONASTERIO DE FITERO. IGLESIA. NAVARRA.


Accesible en coche casi hasta el mismo monasterio. Te puedes volver loco dando vueltas pero se puede aparcar muy cerca si vas en día laborable. En fin de semana supongo que tendrás que andar un ratico. Sin problemas importantes para personas con movilidad reducida, solo algunos pequeños escalones salvables con ayuda.


Antes de seguir os voy a contar algo al oído. La chica que nos atendió en la oficina de turismo y que, a partir de las doce es la guía que te va a enseñar toda la parte visible del monasterio es...¿como te diría yo? amable, entusiasta, enamorada de lo que hace, simpática, con un montón de información interesante y dispuesta a darte a conocer todo lo que concierne al mismo. Se llama Rebeca y te va a atender de cine. Y, si quieres alucinar, cuando estés en la iglesia pídele por favor que te ponga, con una tablet que lleva (no sé que tipo de programa tiene ahí), la Tocata y fuga en re menor de Bach o la banda sonora de la Misión haciendo sonar el órgano de la iglesia. Sobrecogedor cómo suena ese instrumento.


Y ¿qué te voy a contar de esta iglesia? Nada más entrar me vino a la mente una pregunta: ¿por qué? No tengo contestación. Es imposible que pueda explicaros con palabras lo que vais a encontraros allí. El reportaje gráfico tampoco os va a explicar la grandeza del sitio. Rebeca me dijo que me iba a gustar pero...es más que gustar. Te plantea un montón de preguntas sin respuesta. ¿Inmensa? ¿desmedida? ¿colosal? ¿exuberante? todos estos adjetivos expresan la naturaleza de la iglesia pero no dan respuesta al ¿por qué?.

Lo que os voy a poner aquí no es más que un ligero apunte de la realidad. Si puedes, tienes que ir a Fitero porque solo in situ y con guía vas a comprender de qué estoy hablando.

Hay que pagar una cantidad, prácticamente testimonial, si vas por libre. La visita guiada tiene otro precio asequible a prácticamente todo el mundo. Yo particularmente te recomiendo la segunda opción.


La música que me ha inspirado mientras trabajaba en la historia la tenéis en este link:

https://www.youtube.com/watch?v=a3LLF2KDDqs


LAS AGUAS


El Tuerto, Alaia y un hijo que tenían de pocos meses se dirigieron a la zona de las aguas en Fitero. El Tuerto se había aficionado a los baños, si no diarios sí todo lo frecuentes que le permitía la presencia de agua, desde que empezó a tirarle los tejos a Alaia. La chica era muy mirada con la higiene.

En este caso no daban crédito, estaban a finales de noviembre y el agua estaba caliente. Estuvieron jugueteando por pozas y albercas. Unas de agua muy caliente, otras templada, otras fría. Alternaban unas con otras y estaban experimentando una sensación muy agradable con los cambios de temperatura. Todavía no lo sabían pero los minerales de las aguas también tenían su efecto relajante.

Cuando se reunieron con toda la banda no paraban de hablar de las propiedades de ese agua milagrosa. Al final decidieron que todos probarían los beneficios del cocedero a la mañana siguiente.

Pasada la hora tercia del día siguiente ya andaban todos chapoteando medio en pelotas, por respeto a las dos damas, por todos los lugares donde había agua y gritando, alborotando y jugueteando como niños.


A lo largo de la historia se han producido saltos en la evolución de nuestro desarrollo que no han respondido a una progresión lógica. Han sido momentos en los que un hecho concreto ha producido una aceleración alucinante. Yo no me voy a meter en charcos. No voy a plantear teorías. Yo solo soy una persona QPYNOR (que pregunta y no obtiene respuestas). De repente alguien hace algo y la evolución pega un salto descomunal. Esas personas parecen estar fuera de sitio y de época.


Una de ellas...¿no será nuestro humilde Centollo?. Bueno voy a dejar la chapa para mis reflexiones personales. Vamos al lío.


Por la tarde cambiaban impresiones y, como siempre, el Centollo que parecía algunas veces un viajero procedente del futuro se dirigió a Santiago:

-Frailongo, no sabes bien lo que tienes aquí. Esto te puede llevar a la cumbre si te lo sabes montar. Tienes un monasterio que cura la salud espiritual, tienes unos baños que curan la salud física, puedes poner por aquí algunas cosicas que despierten el espíritu juguetón del "homo ludens" y ya tienes el negocio montado.

-Si buscas la combinación buena: espíritu, cuerpo, diversión, la gente vendrá a riadas. Unas buenas reliquias en la iglesia, una venta de productos bendecidos, unas albercas mejor construidas, y unos juegos para mayores y niños. Cobras una cantidad razonable, ni muy elevada, tiene que ser asequible a casi todo el mundo, ni muy baja, tienes que evitar que venga la chusma a dejarte piojos, pulgas, roña y miasmas varias por aquí. Y, una vez conseguido todo esto, convences a los monjes para que pongan una hospedería que dé alojamiento y buenas comidas. Y aquí está el truco. La utilización de las aguas, iglesia y eso, con un precio asequible a casi todo el mundo, dará mucho dinero, pero el cañazo está en la hospedería. Ahí puedes cobrar lo que quieras. Es más, cuanto más caro cobres mas tortas habrá entre los ricos para alojarse ahí porque será un signo de exclusividad.

-Ostras Centollo. Gustar ya me gusta lo que escucho. Pero...funcionar en cuatro días igual no lo veo claro eh.

-¿Qué lo vas a ver? Si no ves más allá de tu nariz cuando no se trata de hacer chanchullos. Parece que no hayas salido de los monasterios y los mercados de tres al cuarto en tu vida. Tienes que invertir de entrada y para eso tendrás que hablar con el abad. Yo te he dado toda la información para que le abras los ojos.

-Saber, la gente no sabe que esto va a existir. Venir ¿como quieres hacer si no conocen?

-Casoensoria, casoenlabatuta. Dios santo que corto eres a veces. Juerrrr. Contéstate tu mismo. Información. Contratas a veinte o treinta personas que vayan contando por todo el reino que se han curado de enfermedades varias, que parecían incurables, en las aguas de Fitero. Que hay unas reliquias milagrosas, que lo que sucede en Fitero no lo han visto en ninguna parte. Alguno puede incluso insinuar que ha visto presencias luminosas que le hablan en clave y que producen un bienestar espiritual exagerado.

-Reúne a cinco juglares afamados y cuéntales una historia de un caballero que, volviendo de las Cruzadas medio muerto recaló en Fitero para que los monjes le cantasen el "dies irae" que había puesto de moda Tomás de Celano y que estaba en la lista de los cuarenta principales de los monasterios debido a la abundancia de clientes solicitando el canto, y en cuatro días correteaba y saltaba como un cervatillo. Y a estos juglares, previo pago y la oferta de barra libre cada vez que vengan por aquí, les instruyes para que cuenten la misma historia pero con algunos detalles diferentes y los mandas a que metan el morro en todos los castillos y palacios del reino y fiestas habidas y por haber. El resto lo hará el boca a boca. En menos de un año vas a tener que poner reservas en la hospedería y limitar el acceso a los baños.

-Difícil ya eres de pillar eh, Centollo. De pensando ¿los sesos no se te recuecen? Igual... razón tendrás en lo que dices eh.

-No te quepa ni la menor duda, membrillo. El único problema que vas a tener será convencer al abad de la bondad de la idea para que adelante unas cuantas doblas. Raimundo de Fitero, tu abad, tiene fama de santo por lo que te será difícil convencerlo con alguno de los pecados que son generadores de todos los males. Pero la iglesia no tiene en cuenta como pecado una condición humana que, bien empleada, conduce al desarrollo: la vanidad. Tienes que convencer al abad de que pasará a la historia y será recordado siempre como el que hizo funcionar unos charcos, un par de albercas y unas aguas como para cocer pollos heredadas de los romanos y las convirtió en un complejo de salud que, enlazado con el monasterio, curaba el cuerpo y el alma.

***


Estaban a punto de partir cuando el abad se dirigió al Zarpas:

-Me ha gustado mucho tu capitel. Me gustaría que te quedases unos meses. Tengo un encargo para ti. Un sepulcro. Una especie de mausoleo ampliamente decorado con ese estilo a caballo entre lo nuevo y lo antiguo. Estoy en pleitos para trasladar los restos de un colega, Rodrigo Ximénez de Rada benefactor de esta iglesia, y enterrarlos aquí. Si gano, quiero tener preparada su última morada en esta iglesia. ¿Te ves capaz?

-Por supuesto reverencia. Pero en cuanto termine me iré para Berrioplano con mi banda. El Centollo me ha hablado de algo que tiene pensado para mí. Y el Centollo, reverencia, es mucho Centollo.

-Sin problemas, serás generosamente recompensado por tu trabajo.

Todos, excepto el Zarpas, se encaminaron hacia Pamplona para ir después a Berrioplano e interesarse por el estado del palacio y los terrenos propios del señorío. Sabían que Aaron había presentado la documentación relativa a la deuda del recientemente balanceado Peio y, como representante del Tuerto, pedía al rey su reconocimiento como señor de Berrioplano.


***


Y...ya te estoy viendo, estás con el run run del sepulcro, venga darle vueltas. ¡Qué pesado eres!. Te veo con retintín y el morro torcido pues...a mi me parece gótico. Pues bien, pues vale pero yo también le veo algún rasgo románico todavía y, además, me cuadra para adornar la historia. ¿Estarán los restos de el obispo de Toledo ahí? Pues...mira, va a ser que no. Rebeca me dijo que ahí no había nadie, que no se llegaron a llevar los restos. Y para mí, después de pasar una mañana en Fitero, lo que mi dijo Rebeca va a misa. Y...si todavía tienes dudas, zascandilea por la red, busca el testamento de Rodrigo Ximénez de Rada y encontrarás datos muy interesantes.



COCINA Y REFECTORIO DEL MONASTERIO DE FITERO. NAVARRA.



COCINA Y REFECTORIO DEL MONASTERIO DE FITERO. NAVARRA.


Accesible en coche,hasta la puerta casi, en día laborable. En fin de semana supongo que el acceso en coche no será tan fácil y tendrás que caminar un poco. Sin mayores problemas para personas con movilidad reducida.

Yo te aconsejo que, en este monasterio, preguntes por Rebeca, y contrates una visita guiada. No te arrepentirás.


La música que he utilizado para inspirarme en este episodio no tiene mucho que ver con la edad media pero...a mí me vale. Es Paul Simon con un trabajo sobre músicas africanas que, a fin de cuentas, puede que sean el origen de todas las demás.

https://www.youtube.com/watch?v=ToKsXHRh7Yo...


EL SEPULCRO.


La banda estaba preparando todo para desplazarse desde Fitero hasta Berrioplano. Ekaitza recogía sus cosas cuando el Zarpas la abrazó por detrás y le dijo:

-¿Qué haces cariño? Nosotros nos quedamos.

-¿Nosotros?

-Sí cariño, el abad me ha contratado para un trabajo que durará dos o tres meses.

-Te ha contratado a ti, no a mi. Yo no me quedo.

-Pero...somos un matrimonio. Tu tienes que seguirme, eres mi mujer.

-Mira Inhar, yo no soy tuya, soy compañera de viaje y si te parece bien, las cosas las decidimos los dos y no tiene por qué hacerse lo que tu digas sin opción a que yo dé mi opinión. Ferox me educó libre y libre seré toda mi vida. Unas veces cabalgaremos juntos y otras nos separaremos temporalmente. Es lo que hay y, si no lo aceptas...tú verás. De entrada yo me voy a Berrioplano y, si me quieres y piensas seguir caminando conmigo, cuando termines este trabajo, vas al señorío. Tengo un trabajo que desarrollar allí.

-Tiemblo cuando no me llamas Zarpas. Te entiendo, vete sin miedo porque, aunque reflexionaré sobre lo que me dices, iré a buscarte a Berrioplano. Yo también voy a tener algo que hacer allí y además...no pienso perderte jamás.

-Más te vale que vengas porque...si nos dejas no podremos vivir sin ti.

-¿Ahora utilizas el plural mayestático? ¡Qué señorío! ¿a qué viene ese protocolo?

-No podremos...- recalcó Ekaitza acariciando su vientre.

El Zarpas, en un principio, se quedó perplejo, plantado como un cardo al viento del norte. Reaccionó, echó a correr hacia su compañera; Ekaitza salió corriendo zigzagueando entre los árboles de un bosquecillo cercano al monasterio. Al final cayeron rendidos y riendo a carcajadas y, a la vista de todos los animalicos del bosque, se entregaron la una al otro como si no hubiese un mañana.


***


Arrexabio, monje encargado de todo lo relativo a la alimentación del monasterio, vigilaba en los hornos el adecuado asado de varios gorrines para celebrar la nochebuena del 1258. El Zarpas entró en la cocina y, aunque había sido invitado a compartir la cena con todos los monjes, se disculpó ante el abad y le hizo entender que se sentía más cómodo en la cocina; que la solemnidad del refectorio le acongojaba y que, además, quería tomar unos apuntes de los trabajadores de los fogones para ponerlos en el sepulcro simulando los abades que vendrán a partir de Raimundo.

-Arrexabio, ponme un tentempié que hoy ceno con vosotros.


Sin esperar lo más mínimo, el monje le puso en el plato un cuarto trasero del primer gorrín que alcanzaba el punto de asado.

-No os quejaréis rufián, servido antes que el abad.

-No esperaba menos de vos frailongo.

-Y ¿cómo va ese sepulcro que estáis haciendo?

-Estoy a punto de terminarlo. Solo me falta completar una línea de abades, tengo un hueco que no sé con quien rellenar.

-Si no es presunción...feo no soy. ¿No te sirvo yo?

-Si hombre, y en vez de báculo te pongo un pernil ¿no?

-Pues...con un pernil no; pero como estoy todo el día rodeado de humos igual, si me pones con un incensario...

-Venga, con una condición. Mientras dure mi estancia comeré aquí, en la cocina, y me tratarás como si fuese el mismísimo Raimundo.


Dos meses después, terminado el trabajo, con Arrexabio y su incensario en el sepulcro, y una bolsa bien surtida de monedas, el Zarpas se dirigía feliz hacia Berrioplano pensando en su chica y la criatura que llevaba y con la intención de integrarse en un plan que, por lo visto, estaba desarrollando el Centollo con la aprobación del Tuerto, el Manco y la propia Ekaitza.


EXTERIOR DE LA IGLESIA DEL MONASTERIO DE FITERO. NAVARRA.



EXTERIOR DE LA IGLESIA DEL MONASTERIO DE FITERO. NAVARRA.


Accesible en coche casi hasta la puerta, en días laborables. Sin problemas para personas con movilidad reducida.

Espectaculares y sorprendentes absidiolos.


Esta vez me he ayudado con la preciosa voz de la tristemente desaparecida Sandy Denny.

https://www.youtube.com/watch?v=q5Ex3jNKVjQ...


EL SEÑORÍO DE BERRIOPLANO


Andaba Teobaldo II por Tudela, a finales de febrero de 1259, porque se le había metido entre ceja y ceja crear allí una universidad. No estaba dispuesto a que otras universidades como la de Salamanca y la de Valladolid le comiesen el pan del morral. Ya tenía la bendición del Papa para sacar el proyecto adelante.

Su idea quedó en estudio y el rey volvió para Pamplona. Pero antes había concertado una reunión en el monasterio de Fitero para hablar de lo que hablaban esta gente importante, reyes, abades y obispos; para hablar de viruta oye, para qué nos vamos a engañar. La salvación de las almas y todo eso era una cosa secundaria.


El obispo Pedro Ximénez de Gazólaz todavía no había llegado y los monjes agasajaban al rey como mandaba el protocolo. El rey tenía una palabra afectuosa para cada uno y una buena conversación para el abad.

-Decidme Raimundo: recientemente habéis tenido por aquí una cuadrilla variopinta, varios hombres y dos mujeres. Me interesaría saber vuestra opinión sobre ellos.

-No sabría deciros ni bueno ni malo. Venían a los rezos con asiduidad, pero se bañaban medio en pelotas todos juntos en las albercas. Las dos mujeres, según ellas, estaban casadas con dos de la cuadrilla y las había casado el mismo obispo de Pamplona que los tiene en gran estima. Uno de ellos no parece de este mundo. Dice y hace cosas muy raras. Propone comercios extraños para nosotros pero aparentemente rentables. Uno de ellos, el Zarpas le llaman, fue herrero y ahora anda con la piedra. Se marchó la semana pasada y me ha dejado un sarcófago que asombrará a futuras generaciones.

-Bueno...si el obispo los tiene en gran estima, ya tenemos un punto para negociar y tenerlo agarrado. Aunque este es capaz de dejar a sus amistades tiradas en la calle con tal de sacar tajada él mismo. El caso es que, por medio de un prestamista judío y con toda la legalidad de su parte, se han hecho con el señorío de Berrioplano. Solo falta mi firma para que esto siga adelante. El Tuerto se haría dueño del señorío aunque me consta que, entre ellos, tienen un arreglo especial.

-Uffff ya veo aquí la mano de ese que llaman el Centollo. Este pájaro es muy aspaventoso y gran blasfemador pero el caso es que después de blasfemar reza con gran arrepentimiento, se da golpes de pecho como para rompérselo. No sé si lo hace para que lo vea yo...Tiene unas ideas que podrían hacer de ese señorío un centro de riqueza para Navarra. Pero se rumorea que la banda se dedica a negocios poco limpios y...no os digo yo que no sean ciertos porque tienen gran amistad con un fraile ecónomo que me han traído de Leyre y que es un prenda de cuidado. Lo he puesto al frente de esas aguas que tenemos ahí abajo a ver que hace. Y como charla mucho con el Centollo, seguro que algo interesante sale de ahí. Yo os recomiendo un poco de vista gorda si nadie denuncia a la banda con pruebas fehacientes.

-El Tuerto, en su día, fue mi maestro de armas. Fue íntimo amigo de mi padre y yo le tengo una enorme estima. No tenía dudas sobre lo conveniente de transferirle el señorío y ahora, con vuestras referencias, estoy más decidido a hacerlo. Pero tengo que mantenerlos vigilados porque si alguien me demuestra que han cometido delito los cuelgo al día siguiente.

-Se rumorea que han sembrado Navarra de reliquias falsas.

-Y vos, Raimundo, ¿estáis seguro de que todas las reliquias que tenéis aquí son auténticas? ¿No habréis comprado más de una pensando más en su utilidad para atraer fieles que en su autenticidad?

-Señor, no nos metamos en jardines. Yo os apoyo en vuestra decisión de concederles el señorío.


Llegado el obispo y, tras varias deliberaciones, quedaron de acuerdo en el tema del señorío de Berrioplano.

A su llegada a Pamplona el rey mandó llamar a palacio al Tuerto, Alaia, Ekaitza y el Zarpas.

-Mira Tuerto, veo que sois una familia ordenada, pero me han llegado rumores sobre vuestras andanzas. Espero no tener que arrepentirme si os doy por buenos vuestros derechos sobre el señorío pero...no quiero tener que colgaros. A ver, que no pasa nada por colar alguna reliquia de difícil autentificación. Pero...del resto de atalos que habéis producido entre la gente adinerada del reino ya os podéis ir olvidando. Y, otra cosa: nos tienen por el reino más avanzado de todos. Quiero aquí un proyecto digno de nuestra fama. Un proyecto que tenga posibilidades de éxito y que sea beneficioso para vosotros, beneficioso para vuestros vasallos y aparceros y beneficioso para el reino. Y...por rumores que he oído por ahí, me consta que tenéis el hombre indicado para poner todo eso en marcha.

-Seguramente os referís al Centollo, señor.

-Efecitvamente.

-Sí que es el hombre indicado. Tiene una visión del futuro que no tenemos nadie y, además, trabajó a las órdenes de Peio y conoce cada rincón del señorío y hasta el último de sus habitantes.

-Pues no se hable más. Voy a aceptar vuestro derecho al señorío. Dentro de dos meses máximo quiero un estudio detallado de la futura explotación. Ah, una cosa más, vete buscando, entre las familias del señorío, mozas casaderas para tus hombres que la gente es muy enredadora y enseguida atribuye relaciones nada recomendables a mozos solteros y en tu banda hay unos cuantos.


El Tuerto reunió a toda la banda en Berrioplano y les comentó la decisión del rey.

-Centollo: te vas a encargar de hacer un plan de explotación novedoso y satisfactorio para todo el mundo, empezando por el rey y acabando por el último aparcero. Una vez que tengamos el plan podréis decidir seguir con vuestra vida de ricachones o integraros en el señorío con un trabajo acorde con vuestras capacidades. Y, entretanto, el rey exige que vayáis buscando novias y os caséis cuanto antes para no dar que hablar.


No habían terminado la reunión cuando un lacayo se acercó al Tuerto:

-Señor, dos individuos muy raros preguntan por vos.

-¿Raros?¿qué quieres decir con raros?

-Hablan...raro. De aquí no son.

-Hacedlos pasar.

-Hubert, Jean Paul. ¡Qué alegría! ¿Qué hacéis por aquí?

-Pues...estábamos de vuelta del Camino, íbamos para Francia pero nos hemos enterado de que os habéis apoderado de este señorío y hemos decidido haceros una visita. Igual, si encontramos un trabajito con vosotros, retrasamos el regreso al hogar.

-Aquí trabajo vais a tener seguro. La banda es la banda. Estamos preparando el proyecto de explotación y nos vendréis muy bien.


SAN PEDRO DE URRITZOLA. VALLE DEL ARAKIL, NAVARRA.




SAN PEDRO DE URRITZOLA. VALLE DEL ARAKIL, NAVARRA.


Accesible en coche hasta la puerta. No merece la pena a no ser que seáis forofos del románico o esteis haciendo una ruta por el valle del Arakil y la incluyáis como curiosidad.

Está cerrada y lo que me parece más interesante, el crismón, lo vais a ver de lejos y en una perspectiva que no deja apreciarlo. Yo fui con la intención de obtener unas buenas fotos de ese peculiar crismón sin la P; con una V y una E y con unas cabecitas erosionadas en los triángulos y me fue imposible apreciarlo. Ni tan siquiera un buen zoom soluciona el problema. Data de finales del XII.

http://www.claustro.com/.../Nav.../CrismonFicha_Urrizola.htm


He utilizado esta lista de reproducción para inspirarme:

https://www.youtube.com/watch?v=Id-uy--H8tQ...


EL PLAN


-Conviene que nos vayas explicando el plan de explotación del señorío para que lo analicemos todos y estudiemos pros y contras.- Era el Tuerto el que se dirigía al Centollo.

Este último dibujaba parsimoniosamente una especie de pirámide en la tierra prensada del patio.

-¿Qué es eso?- Preguntaba el Bidáctilo. -Yo ya me he perdido.

-A ver... se nota que no sois viajados. Esto es una pirámide y en su base tiene cuatro ángulos. No sé ni para que os hablo. Me miráis como si estuviera loco.

-A mí háblame de imágenes en madera y te entenderé- era el Trampas el que miraba la pirámide sin entender nada.

-Mirad, yo he sufrido en mis carnes, y más de uno de vosotros también, la amarga sensación de matarte a trabajar para un señor y que se lleve la parte más grande del pastel y nosotros recibamos solo unas migajas. Actualmente todos los nobles se conforman con un beneficio que no se corresponde con la riqueza de sus señoríos pero que ellos recogen sin el más mínimo esfuerzo.

-Aquí tenemos que trabajar todos. Nada de esperar que el maná nos llueva del cielo y mucho menos basar nuestra riqueza en el esfuerzo y el sacrificio de los demás. En cada ángulo pongo una línea de nuestro negocio. Cuatro líneas: agricultura, ganadería, educación y artesanía. Cada una de ellas tendrá varias ramas que os iré explicando. Todas ellas deben confluir en un punto y estar relacionadas unas con otras de tal forma que seamos autosuficientes y, además, podamos vender producto en el exterior del señorío y que, si un año una de ellas falla por la razón que sea, se vea cubierta por las otras. Ese punto será el beneficio. Os pongo un ejemplo: la agricultura alimenta a la ganadería y a la gente que habita el señorío, la artesanía provee, entre otras cosas, de arreos y utillaje para la ganadería y las necesidades de las casas.

-Y...la educación ¿para qué sirve?- preguntó el Bidáctilo.

-Pues...para no ser tan burro como tu. La educación nos abrirá los ojos para obtener el máximo rendimiento de los medios que tengamos a nuestro alrededor y hará trabajadores más eficientes para el futuro.

-Todo eso está muy bien, pero no acabo de ver el negocio- sentenció el Tuerto.

-A ver como os explico. Hacemos negocio con la agricultura vendiendo nuestros sobrantes; hacemos negocio con la ganadería vendiendo animales, caballos, ovejas, vacuno, carne, lana, leche y derivados; hacemos negocio con la educación en una especie de centro que esta por determinar cómo y dónde lo pondremos y que será gratuito para todos los niños del señorío y, como espero que alcance renombre enseguida, será de pago para los niños que vengan de otros sitios del reino; y ese pago cubrirá su aprendizaje, el de nuestros niños y un beneficio que estudiaremos detenidamente para que no sea excesivamente gravoso pero que nos compense. Todos los comerciantes querrán que sus hijos estudien aquí. Pondremos además una escuela de caballeros en la que se enseñará desde utilización del caballo en guerras, caza, torneos y juntas; el manejo y la destreza con toda clase de armas; el comportamiento adecuado de un caballero en la vida social e incluso algunas nociones del Ars Amandi. Lógicamente tendrán que pagar, y mucho, por sus estudios y comprarnos los caballos y los materiales: espadas, escudos, armaduras, mazas, lanzas, tanto de entrenamiento como de combate. Y ahí interviene la artesanía que estará en manos del Zarpas y el Trampas. Y, como estoy seguro de que nuestros caballos y nuestros utillajes y armamentos serán los mejores del reino, nos vamos a hacer con todo el mercado. No nos olvidaremos de las reliquias e imágenes. Tenemos que mantener nuestras buenas costumbres. Un poco de emoción no nos vendrá mal. Los dos franceses se moverán por el reino con la venta de éstas últimas los demás ayudaremos en lo que podamos. El Trampas y el Zarpas se encargarán de tallar imágenes en madera con relicarios dentro y de algún que otro trabajo en piedra para dar un aire de respetabilidad a nuestros chanchullos. La escuela estará a cargo del Licencias y el Manco, que también falsificará los certificados de autenticidad de las reliquias. Y la escuela de caballeros la llevará el Tuerto ayudado por Ekaitza y el Bidáctilo.

-¿Yo? ¿qué les voy a enseñar yo a los caballeros?- el Bidáctilo estaba pasmado.

-Tú les enseñaras las triquiñuelas, los movimientos indignos de un caballero pero que, en muchas ocasiones, le sacan de una situación comprometida y le salvan la vida. Sin ir más lejos ese truco que tienes de clavar el puñal cuando el contrincante esta pendiente de la espada, por ejemplo. Y, ahora viene la revolución. Toda la recaudación de todas las actividades la controlaremos nosotros con cuatro personas que elegiremos entre los de la banda. A cada familia se le pagará al mes una cantidad fija, dependiendo del número de miembros, para cubrir la alimentación, vestido, calzado y hogar. Y cada año, en función de la calidad y cantidad de trabajo que hayan hecho, se les pagará a los aparceros, pastores y trabajadores en general una parte, por determinar, de los beneficios del señorío de tal forma que, al ver que su trabajo repercute en sus ganancias anuales y que a más trabajo más beneficio, se van a dejar el lomo para que esto funcione lo mejor posible. Y se destinará una parte anual a crear un fondo para que, cuando vengan mal dadas, todo el señorío tenga asegurada la comida, el vestido y la leña para su hogar como mínimo. Y ahora, todo esto, lo pondré de forma que le guste lo que ve al rey y no ponga objeciones para llevarlo adelante. Aunque los nobles se nos van a echar encima creo que estará de nuestro lado con tal de xoderles la manta.


El Tuerto se rascaba la coronilla pensativo.

-Este sistema ¿no tendrá como consecuencia que algunos trabajadores no rindan lo suficiente y se amparen en los demás cobrando lo mismo a final de año?.

-Lo tengo pensado, habrá un responsable en cada actividad, de probada honradez y conocimientos, controlando el trabajo de cada uno y lo valorará teniendo en cuenta sus circunstancias e informará mensualmente a los responsables de la Banda.

-Una cosa más ¿qué vamos a hacer con esas tierras que tenemos por el valle del Arakil? Son doscientas cincuenta aranzadas de praderas, sotobosque y bosque, en la zona de Urritzola, en el valle del Arakil, que vamos a tener muertas de risa porque, para ponerlas en servicio, vamos a necesitar mucha gente y mucho control.

-Tranquilo Tuerto. Ya les encontraremos alguna utilidad.

-Me has dejado sin palabras, Centollo. Visto así parece bonito pero, ¿lo sacaremos adelante?

-Sin duda alguna Tuerto. Y en caso de que todo fallara...nos volvemos al bosque. Ekaitza tiene dos refugios que nos cubren las espaldas. Pero eso es algo que no va a suceder. Te lo digo yo.

***

Una cuadrilla esperaba a las puertas del palacio para hablar con algún responsable. Venían de Castilla, de Cuéllar y...yo no sé lo que querían porque todavía no lo tengo muy claro pero...algo se mueve como un gusano por mi cerebro.


SAN MIGUEL. ERICE DE ATEZ, NAVARRA.




SAN MIGUEL. ERICE DE ATEZ, NAVARRA.


Romanicogoticoide, ¿qué raro no?.

Accesible en coche. Sin mayores problemas para personas con movilidad reducida. La llamada que hizo moverme a este enclave es el crismón. Esta descrito en algunas publicaciones como crismón cristológico un poquito diferente de los trinitarios que veo habitualmente.


He utilizado para inspirarme en esta publicación la música de virtuoso, especializado en música tradicional, que marcó una época en los setenta. Dave Swarbrick. Fue violinista, entre otros, del grupo Fairport Convention.

https://www.youtube.com/watch?v=USGk7eurtuI...


LOS DOCE DE CUELLAR


Se habían movido desde Castilla hacia el norte buscando la forma de vender un proyecto para el que necesitaban espacio. Los habían recibido, en unos sitios mejor y en otros peor, y en todos les habían denegado los permisos para sacar adelante su proposición. En los pueblos no veían la posibilidad de negocio y encontraban muy peligroso lo que proponían.

Habían oído hablar del señorío de Berrioplano y las noticias que tenían lo definían como algo muy avanzado, demasiado moderno y donde tenían cabida las buenas ideas. Era una cuadrilla de pastores al mando de un converso, Mohomat, que se hacía llamar Mateo. Llevaban como toda riqueza personal doce caballos y diez bueyes y ya estaban viendo que los iban a tener que vender para carne, si querían subsistir. Así lo habían decidido si los rechazaban en Berrioplano. Se ganaban la vida alquilando los bueyes y el trabajo de pastoreo en las zonas donde había festejos con ganado bravo. Pero querían algo más, querían ser ganaderos.


El Tuerto había dado orden de que se les diese de comer, un sitio en las cuadras y forraje para sus bestias y un lugar en el pajar para que descansasen ellos mismos. No sabía qué se traían entre manos pero esperaba que unos días de gachas, sobras de la casa y lecho de paja les harían rebajar sus pretensiones y a la banda le daría una posición de ventaja para negociar.


El sábado 5 de agosto 1259 los componentes de la banda habían decidido decretar una semana de fiestas en el señorío para celebrar la puesta en marcha de su plan y las expectativas de éxito. Había banquetes, torneos, música, danzas, juglares y todo tipo de actividades lúdicas. En el banquete que se celebró el domingo el Tuerto se acercó a Mateo y apoyándole la mano en el hombro le emplazó a una reunión cuando acabase la zampa. Quería aprovechar a su favor el estado de sopor en el que se encontraría el castellano.

-Y bien, ¿qué es eso que decís que nos puede interesar?

-Mira, venimos de Cuellar. En esa zona de Castilla hace tiempo que se utilizan vacas y toros salvajes en los festejos. Dan mucho divertimiento. Hay gente que se especializa en esquivarlos de muchas formas diferentes y hay otros, por desgracia, que satisfacen el morbo de los espectadores llevándose de regalo cornadas de los astados que, en la mayor parte de las ocasiones, a la larga o a corto plazo, les producen la muerte. Se celebran estos eventos en plazas rodeadas con carros para que no escapen las bestias y los pueblos al completo se divierten viendo las evoluciones de la gente.

-Bufff, manejar ese ganado es complicado. No tenemos pastores aquí que tengan conocimientos para controlar a esas bestias y nos consta que son muy peligrosas, que al menor estímulo atacan sin contemplaciones y provocan heridas mortales. Las referencias que tenemos de ese ganado no ayudan a vuestro proyecto.

-Yo tengo los pastores especializados y los bueyes que van a convertir a los toros y las vacas en apacible ganado. Si nadie los provoca no causan daños.

-Y...¿qué necesitáis de nosotros? ¿Qué vamos a ganar con esta historia?.

-Necesitamos una finca grande. Con ciento cincuenta o doscientas aranzadas nos apañaremos. De la construcción de cercas, corrales, comederos, pilones y todo lo que necesite el ganado nos encargaremos nosotros. Nos tendréis que mantener un año o dos y proporcionarnos los materiales para las obras. Nos conformamos con subsistir. Y, a partir del primer año, os prometemos beneficios alquilando o vendiendo las bestias en las fiestas de todos los pueblos del reino y sacrificando las reses sobrantes, o inútiles para el festejo, para carne. El carácter de los navarros va a aceptar con mucho gusto este tipo de divertimiento. Una vez que el negocio esté en marcha los beneficios los repartiríamos mitad y mitad. Y cada año, de nuestra mitad, dedicaríamos una quinta parte para resarciros de los gastos iniciales.

-Hay un problema. Si cercáis la finca la gente tendrá que dar rodeos muy grandes para desplazarse de unos pueblos a otros y eso es algo fundamental para que la riqueza circule.

-Está previsto Tuerto, delimitaremos un corredor, siguiendo las cañadas que existan en la zona, que atraviese toda la finca en línea recta y que facilite el tránsito de personas, carruajes y ganado con total seguridad.


La banda al completo se reunió en un apartado para dilucidar qué hacer con esa proposición. Les gustaba la idea. Tenían el lugar adecuado, la finca tenía una casona en la que se podían alojar todos. Los gastos iniciales iban a ser mínimos. Tomaron la decisión y se volvieron a reunir con los doce.

-Y a ver Mateo. ¿Qué os ha traído hasta aquí? ¿por qué no estáis trabajando en la zona de Cuellar? La gente no lo ve claro y nosotros nos somos más listos que el resto de los pueblos del reino.

-Cuando vuestra fama ha traspasado fronteras...por algo será. En Cuellar es complicado trabajar. Hay que hacerlo a las órdenes de otros y nosotros, que te aseguro que somos muy buenos manejando este ganado, queremos que este sea nuestro negocio.

-Y...¿de dónde vais a traer el ganado?

-Hemos estado esta semana por Erice de Atez y hemos visto animales salvajes, sin dueño por el monte. Iremos con los bueyes, los moveremos para que las bestias se acostumbren, poco a poco los iremos acercando a la finca y traeremos varios sementales y varias vacas para empezar.

-La idea nos convence. Tenemos la finca. Doscientas cincuenta aranzadas en el valle del Arakil. Praderas de pasto, sotobosque y bosque. Tiene una casona grande. La lleva una familia a nuestro servicio. Tenéis sitio para vivir cómodamente y una cuadra para los bueyes y los caballos. La familia seguirá al cargo de la casa y, en cuanto empiecen a producirse beneficios, quedarán a vuestro cargo en las mismas condiciones o mejores de lo que están ahora. Todos los trabajadores que necesitéis así como lo necesario para vosotros y el ganado tendréis que obtenerlo del valle y, si no lo encontráis en él, recurriréis al señorío.

Esta semana de fiestas os quedáis aquí, y la siguiente os vais para el valle y empezáis a trabajar. Os damos un máximo de tres años para empezar a producir beneficios, si es antes mucho mejor. Transcurridos los tres años, si el negocio no marcha, nos quedaremos con los bueyes para compensar la inversión inicial, cada uno por su lado y todos tan contentos.

***

En los días de fiesta un muchacho enteco, aparentemente desgalichado, flaco como un espárrago hacía gracias enfrentándose a un choto que arremetía contra el. Esquivaba al animal con carreras y quiebros y, cuando estaba ya muy cansado el bicho, se dejaba dar testarazos en el culo, se revolcaba por el suelo dando volteretas simulando gran peligrosidad en la embestida de la bestia, provocando la risa y aflojando las bolsas de la gente que asistía al espectáculo. Debido a lo poca cosa que era empezaron a llamarle Mierdulín.

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