LA BANDA DEL TUERTO NUEVE

SAN ESTEBAN. SOS DEL REY CATÓLICO.

SAN ESTEBAN. SOS. CINCO VILLAS, ZARAGOZA.

   Al rey llamado Católico le faltaban unos cuantos años para nacer cuando se levantó esta iglesia y cuando, posteriormente, sucedieron los hechos, de ahí el nombre, no me seáis suspicaces.

Accesible hasta los alrededores en coche. Imposible para personas con movilidad reducida.

   Hay mucho que ver en esta iglesia. Hoy dedicaremos el reportaje fotográfico al pasadizo de Nuestra señora del Perdón y exteriores de la iglesia.

    La mandó construir la reina Estefanía, esposa de García de Nájera rey de Pamplona-Nájera. La reina empezó a aflojar la cartera en el 1055 aunque las obras no empezaron hasta 1059. Una cruz con la inscripción Stefania señala un enterramiento en el pasadizo entre la cripta y la iglesia. Algunos especularon con la posibilidad de que hubiese estado enterrada allí pero su enterramiento, a juicio de todos los expertos, está en Santa María la Real de Nájera.

    Hay mucho que ver en esta iglesia. Lo mejor es contratar telefónicamente una visita guiada.

    Hoy he recurrido para inspirarme a la música que acompañó a mis ancestros. Enrique Solinis et l´Euskal barrok ensamble.

https://www.youtube.com/watch?v=Ugq1AQU4lXI

AMNESIA

    Una densa niebla abrazaba a las empinadas calles de Sos. No había amanecido todavía cuando un grupo de cinco embozados transportando un fardo remontaban sigilosamente las empinadas calles en dirección a la iglesia de San Esteban. Al llegar al claustro de Santa María del Perdón, que algunos llaman hoy en día Túnel del Perdón, sacaron a un hombre del saco en el que lo llevaban y lo dejaron acostado en uno de los asientos laterales.

    -Rociádlo con vino. Tiene que parecer un pordiosero. No lo tienen que relacionar para nada con gentes de Carcastillo. Desgarradle un poco la ropa también.

    -¿Le damos unos cuantos golpes más?

    -¿Te parece que le hemos dado pocos? ¿Qué pretendéis? ¿Queréis matarlo? Todavía está inconsciente y creo que se nos ha ido la mano. Solo nos pidieron que lo asustásemos. Nuestro señor Gil insistió en que lo dejásemos vivo. Abreviad y vámonos antes de que alguien nos descubra.

    Una hora después Guillen de Montpellier, Tenente de Sos, acompañado de un pequeño séquito formado por un grupo de guardia y varios nobles con sus familias, se dirigía a la iglesia para asistir a misa. Parte de la guardia, como era habitual, se había adelantado para despejar el camino si hacía falta.

    -Por dios, quitad de ahí a ese pordiosero antes de que lleguen los señores. Apesta a vino. ¿de dónde habrá salido este borracho? ¿Lo conocéis alguien?.

   Mientras decidían qué hacer con él Guillen había llegado sin que se diesen cuenta.

   -¿Quien es ese que lleváis ahí? No parece estar en buen estado.

   -Es un pordiosero, señor, un borracho.

   -¿Pordiosero? Aunque se vean estropeados, ¿alguno de vosotros ha llevado alguna vez ropajes de esa calidad?

   -Estaba tirado en un banco nadando en vino...

   -Que yo sepa los borrachos se echan el vino al coleto no se rebozan en él. Además...no sé de qué pero yo conozco a ese individuo. Llevadlo al palacio, aseadlo y ponedle ropa limpia, que lo atiendan los físicos, dejadlo descansar en un lecho y, cuando llegue yo, ya me encargaré de él.

    Guillén no atendió para nada a la liturgia, estaba con el run run del hombre, intentando recordar de qué lo conocía. Llegado al palacio llamó a los físicos para que le informasen.

   -Señor, este hombre ha sido muy maltratado, habrá que mirarlo bien a ver si tiene fracturas, no está borracho pero ha perdido la memoria. No sabe quién es y solo responde con monosílabos.

Llevaron al hombre a la mesa del señor. Aunque estaba hambriento, se comportó en la mesa comiendo con cierta mesura y educación.

    -Yo te conozco, te he visto en alguna parte, ¿cómo te llamas?

    -No sé.

    -¿Recuerdas algo de tu vida antes de que te recogieran mis hombres?

    -No.

    -Mira, estoy seguro de que te he visto antes y de que eres alguien importante en el reino. Tus conocidos te estarán buscando. Vas a ser mi invitado hasta que esto se resuelva. Mientras tanto esta cuadrilla de inútiles que se llaman físicos intentarán que recuperes tus recuerdos. Ya me encargaré yo de que no te apliquen sanguijuelas ni cosas por el estilo.

    Guillen convocó a cuatro caballeros.

    -Salid en todas las direcciones e intentad buscar a los bestias que han hecho esto, que os acompañen varios hombres a cada uno. Si los encontráis traédmelos vivos aunque...si se os escapan dos ostias (recuerda a Plauto) no seré yo quien os lo eche en cara. Si me los traéis con la declaración hecha me ahorraréis un trabajo.

+33


LA CONCEPCIÓN. SAN VICENTEJO. CONDADO DE TREVIÑO, BURGOS

LA CONCEPCIÓN. SAN VICENTEJO, CONDADO DE TREVIÑO. BURGOS.

   Accesible en coche. Con algún problema para gente con movilidad reducida que solo la podrán ver desde unos veinte metros. Cerquita de Vitoria y por carretera cómoda.

   Estaba leyendo una novela de la trilogía La ciudad blanca y en su trama aparece esta ermita como centro de la historia. Habla de las tallas de unas parejas, de una restauración, de su influencia en las acciones de un asesino en serie. Como hago habitualmente me fui a internet y me enamoré de lo que vi. No os la voy a describir, tenéis que verla. Yo os pongo unas fotos y...decidís si os interesa o no.

    Pero...¿qué digo? Sí que voy a resaltaros algo: un ábside que es una locura, asciende aumentando el grosor a medida que sube, algunos canecillos interesantes, dos parejas que hay que ver, cantidad de marcas de cantero y algo que produce una profunda tristeza y no es románico, las huellas indelebles de una serie de balazos producidos en ¿las guerras carlistas? y algunos de esos balazos a una altura y concentración que hacen sospechar que proceden de fusilamientos. Un ábside que os puede romper la cabeza.

     Para inspirarme en esta historieta he seleccionado la música de Alasdeir Fraser.

https://www.youtube.com/watch?v=Qhr694snQb4

LA NOTICIA.

    Juan de Usún, el mejor trovador y juglar del reino de Navarra según el Tuerto, se presentó en Berrioplano.

    -Juan, ¡qué alegría! ¿Vienes a alegrarnos unas cuantas tardes? Desde que nos falta el Centollo estamos con los ánimos bajos. Sabes que esta es tu casa. Siempre serás bien recibido- el Tuerto abrazó al juglar.

    -Déjate de zalamerías Tuerto que eres capaz de hacer cualquier cosa con tal de tener mis servicios gratis. ¿Qué información tienes del Centollo?

     -Lo perdimos en Carcastillo. Me dijeron que lo vieron con gente poco recomendable y no hemos sabido más de él. Me temo lo peor. Me temo que sus huesos ya adornen algún ribazo.

    -Podría cobrarte por la información, pero la amistad me vence, está en manos de Guillén de Montpellier, tenente de Sos. Le dieron una paliza y lo dejaron en la cripta de San Esteban rebozado en vino para simular que era un mendigo. Guillén lo llevó a su casa y...aquí hay gato encerrado: el tenente dice que lo conoce pero que no sabe de qué, el Centollo hace creer que ha perdido la memoria porque, después del palizón, no sabe si está entre amigos o enemigos. Teme que por esa zona se esté tramando algo contra el señorío de Berrioplano y, astuto como es, se escuda en la pérdida de recuerdos. Me ha pedido que me ponga en contacto contigo que tú sabrás qué hacer.

    -Magnífica información y...¿qué me vas a pedir por ella?

    -Por dios Tuerto, sabes que no voy sobrado de dineros pero sé que tu eres generoso y, de alguna manera me recompensarás.

     -Bueno, ya veremos. De momento vete al condado de Treviño. Mateo se encuentra allí haciendo demostraciones de nuestras reses bravas y la utilidad para fiestas. Lo encontrarás en San Vicentejo. Dile que vuelva al señorío cuanto antes.

     El trovador cumplió con el encargo del Tuerto, localizó a Mateo y le informó de que se le necesitaba cuanto antes en Berrioplano. No hubo ningún problema para ponerse en marcha porque el trabajo que habían planeado en el condado estaba terminado y ya tenían previsto volver. Mateo dejó encargado a su gente que llevasen de vuelta el ganado a la finca del valle del Arakil y él partió inmediatamente hacia el señorío.

     -Mateo, me ha llegado la información de que el Centollo está retenido en Sos, finge estar desmemoriado, lo tiene en su casa Guillen de Montpellier, que dice que conoce a nuestro hombre pero que no sabe de qué. Yo conozco al tenente y tengo buena relación con él, pero no me fío demasiado. Hay intereses, entre los nobles, de acabar con el señorío de Berrioplano y desconfío de todo el mundo.  Parte cuanto antes hacia Sos y, con la excusa de hacer por allí unas exhibiciones de las posibilidades de diversión con las reses bravas entérate de cómo está la situación y, si es posible, tráelo a casa sano y salvo.

     -Mañana mismo parto, miro la situación, si es posible lo traigo y si, por la razón que sea veo el asunto complicado, volveré para informarte y que prepares tú un plan de rescate.


SANTA LUCÍA. SOS DEL REY CATÓLICO, CINCO VILLAS, ZARAGOZA.

SANTA LUCÍA. SOS DEL REY CATÓLICO, CINCO VILLAS, ZARAGOZA.

    Si vamos a Sos del Rey Católico es fácil que, influidos por el síndrome de Stendhal, se nos pase por alto esta coqueta ermita que está en las afueras.

    No tiene nada especial, solo belleza y preguntas. Lógicamente no deberíamos perdérnosla en una visita al lugar.

    Accesible en coche. Imposible para personas con movilidad reducida, solo podrán verla parcialmente desde una apreciable distancia.

    Como inspiración para esta historieta he seleccionado una lista de canciones tradicionales irlandesas.

https://www.youtube.com/watch?v=zHvYIlgIT3o...

LA PESCA DEL CENTOLLO

   Mateo, responsable de todos los negocios de ganado del Señorío de Berrioplano, acompañado por el Zarpas, el Bidáctilo y el Trampas, se habían puesto en marcha hacia Sos con la intención de rescatar al Centollo. Al llegar al lugar quedaron pasmados por la belleza del lugar y por su utilidad para la guerra como punto de vigilancia y enclave defensivo. Fueron directos al castillo donde se presentaron ante la guardia como representantes del Señorío de Berrioplano solicitando ser recibidos por el tenente Guillen de Montpellier.

   -Señor, tenemos entendido que acogéis como invitado a una persona que es muy importante para nosotros y que dice haber perdido la memoria.

   -¿Os referís a alguien que se llama Chitó y que en vuestro grupo llamáis Centollo y que es el responsable de todo lo respectivo a la economía del Señorío?

    -Efectivamente ¿cómo lo habéis adivinado?

    -Lo sé desde un principio. Estuve en unas jornadas de caza en Berrioplano con mi amigo el Tuerto y supe de el Centollo y sus habilidades. He mantenido este juego que se lleva con lo de la pérdida de la memoria por tener un divertimento en estos días tan aburridos. Teníais que haber visto su cara cuando el trovador Juan de Usún improvisó un poema sobre un tal Chitó. Se puso lívido. No sé cómo pude aguantar la risa.

    -El Tuerto os ruega encarecidamente que lo devolváis.

    -No hay problema pero...había pensado demostrarle que lo conocía y solicitar sus servicios durante un tiempo razonable para mejorar la economía de mi  tenencia. Se me está ocurriendo algo para divertirnos estos días. Tendréis que colaborar conmigo y fingir que no lo conocéis de nada. Cuando nos aburramos del juego vosotros partiréis hacia Berrioplano y le explicaréis la situación al Tuerto, el Centollo se quedará aquí unos cuantos días hasta que consiga enseñar a mis ecónomos los entresijos de sus habilidades económicas.

    -Nos parece una idea genial.

Guillén organizó un banquete al que invitó a varios nobles de las Cinco Villas con la excusa de que Mateo les iba a proponer una diversión con ganado bravo que estaba triunfando en todos los pueblos del reino de Navarra. Puso al Centollo a su derecha. El Centollo se quedó pasmado cuando vio a la gente del señorío sentada a la mesa. Estuvo, las horas que duró la fiesta, haciendo guiños, cucamonas y otras tonterías hacia los suyos que no le hacían el más mínimo caso. Al terminar el banquete se acercó a su gente que estaban apartados en un grupo.

   -Mateo

   -¿Sí, nos conocemos?

    -Cagonsos, casonlaba, casondiorobaco, que soy Chitó.

    -¿Chitó? No conozco a ningún Chitó.

    -Para, para, me estáis gastando una broma ¿no? Trampas, Bidáctilo, Zarpas ¿qué pasa? ¿se ha vuelto idiota Mateo?

    -No sabemos de que nos habla señor. No tenemos constancia de haber tenido relación con vos.

   -Xoder, ¿estoy soñando? Que soy vuestro amigo el Centollo. ¿qué está pasando aquí?

   -No lo sabemos señor, nosotros hemos venido a vender una diversión en las Cinco Villas. ¿Estáis interesado en contratarla?

   -Que no soy ningún señor, que soy Chitó, el Centollo, vuestro ecónomo.

   -A ver señor, no sabemos que pretende. El Centollo está ahora mismo en Berrioplano con el Tuerto.

   -Pero...pero...no puede ser, vosotros me conocéis ¿tanto he cambiado?

   -Señor, el Centollo nunca llevaría esas telas tan ricas, ni esas pieles...no he visto al Centollo con zapatos jamás, siempre alpargatas o abarcas. No podéis serlo.

  -Es lo que Guillén me da para vestirme, no puedo vestir como me gustaría. Este piensa que soy alguien importante y por eso me tiene retenido aquí.

   -Nosotros ya hemos hecho nuestros negocios aquí, mañana partiremos para el señorío. Que tengáis buen día señor.

   -Pero...¿de verdad pensáis iros sin mí?

    -No sabemos quién sois, señor. No llevaríamos a un desconocido al señorío. Podríais ser alguien que busca nuestra ruina.

    Al día siguiente, de mañana, partieron hacia Berrioplano. El Centollo, al lado de Guillén, observó alejarse al grupo. Cuando se perdían de vista Guillén se volvió hacia Chitó. Una lágrima surcaba su cara.

    -¿Qué te pasa Chitó? o ¿debo llamarte Centollo?

    -¿Sabíais quién soy?

    -Desde el principio, pero me divertía el juego.

    -Y ¿esos hijos de mala madre?

    -Todos hemos querido divertirnos a tu costa, Centollo. Pero desde el principio quería proponerte algo. Quiero que te quedes unos días y enseñes a mis ecónomos a regentar mi tenencia al estilo de Berrioplano.

    -Pues...igual me toca a mi divertirme eh.


SANTA MARÍA DE EGIARTE. LÁCAR, VALLE DE YERRI, NAVARRA

SANTA MARÍA DE EGIARTE. LÁCAR. VALLE DE YERRI. NAVARRA.

   La mejor forma de reponerse es ocupar el tiempo y que la cabeza se centre en otros pensamientos. La vuelta a la rutina puede ser la mejor de las terapias. No he tenido cuerpo para excursiones y voy a utilizar imágenes de mis archivos.

   Una portada que plantea muchas preguntas. Llevada a cabo por alguien que trabajó también en la portada de San Miguel de Estella. Un atrio que es un cementerio, cosas que hay que buscar...imperdible. Accesible en coche, sin problemas para personas con movilidad reducida.

   Para inspirarme en esta historieta he pensado en Oskorri y su concierto de despedida.

https://www.youtube.com/watch?v=wdeGiIgoHec

LA MISA DEL GALLO.

   Fray Juan de Rocaforte había salido de su monasterio para predicar por todo Navarra a finales del 1272. En Santa María de Egiarte hablaba de la sencillez que proponía el "poverello" de Asís. Hablaba de las fechas que venían y que celebraban el nacimiento de un niño en un portal al calor de una mula y un buey. Entre los fieles se encontraba el Tuerto que había ido a Lácar para buscar afectos a la causa del señorío de Berrioplano. A la salida del templo abordó al fraile.

   -Fray Juan, me gustaría que me acompañaseis al señorío para predicar allí la humildad y las enseñanzas de Francisco.

   -Será un placer. Tengo una idea: il poverello tenía una especial devoción por el portal de Belén. Instauró la costumbre de colocar nacimientos en iglesias recordando el evento. Pero...¿y si montásemos en Berrioplano un Belén viviente durante varias horas al día y desde mediados del último mes hasta la festividad de la Epifanía?

    -Lo dejo en vuestras manos. No reparéis en gastos yo cubriré lo que sea necesario.

   A principios del último mes de 1272 un anciano achacoso, vestido de harapos, con unas barbas y un pelo desgreñados, partía de Sos del Rey Católico. En el zurrón nada que pudiese despertar la codicia de los asaltacaminos que pululaban por el reino de Navarra. Llegó al señorío de Berrioplano y se encontró de lleno con la selección de personajes para el Belén. Sin pensarlo dos veces se puso en la cola. Al llegar a la altura del fraile, con total descaro le espetó:

   -Quiero ser San José.

   -¿Con esas pintas? Y a ti ¿quién te ha dicho que San José era un guarro que no se lavaba, un piojoso que no se peinaba las barbas ni el pelo, un mendigo que no vestía con limpieza?

   -Todo eso es consecuencia del viaje que me traigo. Mañana estaré aseado y vestido con propiedad.

   -Pues mañana hablaremos pero...procura venir en condiciones.

    Al día siguiente el aparente pordiosero presentaba otro aspecto, bien aseado, barba y pelo largos pero cuidados y bien peinados, ropa sencilla pero limpia. En su papel de San José traía un cayado con unas flores de nardo que, primorosamente colocadas, parecía que florecían del palo reseco.

   -Veo que te tomas el papel muy en serio y que conoces la Biblia. Te voy a dar el papel pero si mantienes esta imagen.

   -De acuerdo.

   La gente del señorío, entre extrañada y emocionada, pasaba por el establo en el que se había montado el belén viviente. A Jurdana le habían adjudicado el papel de virgen y, mosqueada, miraba de reojo a San José. Cuchichearon entre ellos.

    -A ver marido ¿tú no estabas en Sos?

    -Me confundís esposa.

    -Dejémonos de tonterías, Centollo. Y no lo niegues. Tienes los rasgos, los gestos, las formas de moverte y no blasfemas porque te has metido en tu papel de santo.

    -Vale, soy el Centollo pero no me delates. Es más, me gustaría devolver la broma que me hicieron esos hijos de mala madre y había pensado contar contigo. ¿Qué tal si preparas unas galletas para la cena de Nochebuena y en algunas de ellas pones un regalico?

    -Déjalo en mis manos. El Trampas, el Zarpas, el Bidáctilo y el Mierdulín se irán bien servidos. Nos vamos a reír un poco. Cuando estemos en la cena no elijas las galletas con forma de corazón.

La cena trascurrió sin contratiempos, no hubo voces alteradas, no hubo cuñados pelmas sabelotodo...en fin, una cena normal de verdad. En los postres Fray Juan invitó a los presentes a la misa del gallo.

    Después de la consagración, en un momento de recogimiento, con la iglesia en absoluto silencio...crooooooooaummmmcruuuuu, unos sonidos de tripas bailando y los cuatro de la broma de Sos corriendo apretando el culo. Las galletas en forma de corazón, con sus polvicos de flor de Pascua, sus polvicos de bayas de acebo y unas esencias de monguis hicieron un efecto fulminante.

    -Estoy viendo la música, oigo los colores. Trampas, no me mires con esa cara de tortuga. Algo nos ha sentado mal.

    -Aquí hay gato encerrado. ¿solo nos ha sentado mal la cena a nosotros cuatro?.

    -No sé quien es el culpable de esta gracia pero lo va a pagar con creces.

    Los cuatro en fila, con el culo apuntando a un ribazo, pedorreta va pedorreta viene, ruidos de todos los tonos habidos y por haber. Jurdana y el Centollo se acercaron muertos de risa.

   -Esto no va a quedar así, Jurdana. Por cierto, Centollo, ese disfraz de santo no te sienta nada bien.


SAN MARTÍN DE TOURS. MAKIRRIAIN.

SAN MARTÍN DE TOURS. MAKIRRIAIN, NAVARRA.

    Accesible en coche. Con muchos problemas para personas con movilidad reducida.

    Es una iglesia pequeña, interesante para mí, muy cerca (quince minutos) de Pamplona.

    En mi caso me empujó a visitarla una peculiaridad de su torre que no había visto en otras iglesias.

    En esta ocasión, para acompañarme mientras desarrollo la historieta, he recurrido a dos pájaros a los que admiré en la década de los setenta: Kenny Loggins y Jimmy Messina.

https://www.youtube.com/watch?v=4as7FGQmYnQ...

LÁTIGO

    A Navarra había llegado, contada por los juglares, la historia de una especie de vagabundo al que llamaban Látigo. La leyenda decía que, entre Castilla y Navarra, había dejado un reguero de viudas y huérfanos. En su descargo hay que decir que, aunque era el causante de los muertos, no era el desencadenante. Es más, rehuía la reyerta hasta que no tenía más remedio que luchar. Era alto, no excesivamente fuerte, aparentemente lento, con un aire melancólico y cogitabundo que volvía locas a algunas mujeres  con un instinto de protección elevado.

    Iba protegido por una coraza de cuero endurecido. Un arnés en el pecho y espalda y rodeando la cintura era depositario de todo el armamento que llevaba, que no era poco. Un espadón vertical en la espalda y dos destralillas cruzadas que había convertido en una especie de crismón, colgando la P , la S y las letras Alfa y Omega de unas cadenitas. Según él le protegía de los ataques a traición. Dos dagas en las tiras del el pecho y, a ambos lados de la cintura, una maza y un látigo. Un arco inglés iba colgado de la silla de su caballo.

    Se ganaba la vida haciendo exhibiciones de habilidad con las armas por los pueblos por los que pasaba. Aceptaba apuestas y ahí estaba uno de sus problemas, algunas eran demasiado fuertes y, al ganar habitualmente, se producían enfrentamientos que acababan de mala manera. Además, algunas damas hartas del aburrimiento en casa, comprobaban la comodidad de los pajares en compañía del guerrero. Las dos acciones solían terminar en reyertas en las que, a menudo, se producía algún muerto. Nunca se le pudo acusar porque, consciente de su superioridad, era tremendamente cuidadoso y rehuía la lucha hasta que no había otro remedio. Y, cuando tenía que luchar, procuraba tener testigos que aseguraban que él no había iniciado la bronca.

     Había llegado a Navarra y, harto de exhibiciones, peleas y muertes, tenía en mente contactar con el Tuerto para ofrecerle sus servicios.

     En esos días el Tuerto, con Ekaitza y algunos más de la gente del señorío de Berrioplano, se había desplazado hasta Makirriain para explicar allí las excelencias de pertenecer al señorío.

    El Látigo tenía información de que la gente del señorío andarían por allí y se instaló en la posada. Se encontraba degustando unas alubias con todos los sacramentos. El Tuerto se fijó en él.

    -Igual vais desprotegido con ese armamento, ¿no necesitaríais algo más?

    -Es suficiente para lo que hago y, si queréis verlo, esta tarde haré una exhibición en la plaza. Tenéis pinta de manejar bien las armas. Igual podéis apostar.

   -Todo se verá. A lo mejor tengo una sorpresa para vos.

   -Espero impaciente pero, os advierto de que apuesto fuerte y no suelo perder.

   -Siempre hay primeras veces y, donde menos los esperas salta el rival que te puede amargar el día.

   Por la tarde, en la plaza, el Látigo había hecho exhibiciones de casi todas las armas que llevaba. Nadie se atrevía a retarlo. Recogía las monedas sueltas que echaban en una especie de capelina.

    -Tuerto ¿no apuestas?

    -Con esas armas no. Preferiría el arco.

    -Un poco viejo estás para tensar un buen arco.

    -No seré yo, será mi ahijada Ekaitza.

    -¿Una mujer? No me xodas. Yo con las mujeres compito de otras maneras.

    -¿Temes que te ridiculice?

    -¿Apostamos algo?

    -Me parece bien. Todo tu armamento y tu caballo contra una finca de ganado lanar que tengo en el valle del Arakil.

    -Me parece justo. Que coloquen un muñeco al que tirar.

Ekaitza se puso a su costado con una sonrisa sardónica.

    -Igual tienes que seguir tu ruta andando, Látigo.

    -O igual le quito al Tuerto la preocupación de cuidar las ovejas...Si gano ¿no podríais añadir algo más a la recompensa?

   -Si es lo que pienso que piensas olvídate, con mi marido tengo suficiente y de sobra.  Cuando quieras dispara.

   -Y tu ¿qué harás?

   -Algo que te va a asombrar.

    Una flecha salió salio del arco del Látigo en dirección a la cabeza del muñeco y milésimas de segundo después salió la flecha de Ekaitza.


CRISMONES NAVARROS

                                  

  Los crismones navarros tienen una peculiaridad que los diferencia de los demás: una pequeña tilde en el vano de la P formando una cruz. Hoy os pongo aquí cuatro ejemplos y, cuando vengáis de visita al románico de Navarra, aguzad la vista que encontraréis unos cuantos.

 

  Hoy he elegido para buscar inspiración para nuestra historieta un trabajo de John Renbourn con reminiscencias claramente medievales. The Lady and the Unicorn.

 

https://www.youtube.com/watch?v=HfcnVglvBKo

 

EL DESAFÍO

 

  El Látigo estaba colocado frente a un muñeco de cuerpo entero que habían puesto a 180 pies. Ekaitza estaba a su izquierda, muy cerca de él los dos tensaron el arco a la vez, Ekaitza calculó la tensión que ejercía Látigo e intentó tensar un poco más el suyo. Las dos flechas salieron de los arcos casi simultáneas, la de Ekaitza milisegundos más tarde que la de Látigo. A mitad de la trayectoria la flecha de Ekaitza alcanzó a la de Látigo, rozó suavemente su astil desviando su trayectoria a la vez que corregía la suya. La flecha de Látigo pasó rozando el muñeco mientras la de Ekaitza se clavaba en el centro de la cabeza.

 

-Excelente, Ekaitza, un flechazo perfecto. Podría rendirme y quedar como un perdedor que admite humildemente su inferioridad pero no lo haré. Con tu permiso intentaré igualarlo.

-No hay problema, intentadlo.

 

Se repitió el duelo pero esta vez con las posiciones cambiadas. Las acciones fueron muy similares pero esta vez la victoria se decantó a favor de Látigo.

 

-Enhorabuena, Látigo, tendremos que desempatar pero...te propongo una cosa: dejamos el reto para mañana, la gente del pueblo preparará el escenario con las dificultades que crean oportunas y con toda la gente de los alrededores como testigos dilucidaremos este confrontamiento.

-Perfecto.

 

Se retiraron a la posada, la gente del señorío de Berrioplano invitó al Látigo a cenar con ellos. Antes de retirarse a dormir el Tuerto sujetó por el codo a Ekaitza y le indicó con la mirada que esperase a que se fuesen todos.

 

-Ekaitza, me duele, me da vergüenza, pedirte esto: me harías un gran favor si pierdes ese duelo.

-Puffffff, Tuerto, no sabes lo que me pides. Vas a tener que justificar claramente lo que tienes en mente para que pierda. Sabes que en los juegos lo doy todo y estoy segura de que puedo ganar este.

-El Látigo está en el final de sus andanzas, ya no encuentra placer en lo que hace. Está buscando establecerse en algún sitio y me huele que ha puesto sus ojos en nuestro señorío y que plantea ofrecerse como defensor de nuestros intereses. Es un elemento que a mí me gustaría tener a nuestro lado. Si tú ganas el perderá su caballo y todo su armamento y yo me veré obligado a contratarlo devolviéndole todo y pagándole una soldada. Si gana, yo le tendré que donar una finca de ovejas que tenemos el valle del Arakil y entonces no tendrá más remedio que estar a nuestro lado sin soldada, con su caballo y sus armas y las rentas que produzca esa finca que, dicho sea de paso, no me importa mucho traspasarla.

-Pensaré esta noche en lo que me pides, Tuerto pero...si no supiera que me quieres como ahijada tuya que soy no lo haría de ninguna manera.

 

El día amaneció despejado, sin una gota de viento, toda la gente de armas se había reunido para dar ideas de que escenario establecer para el duelo. El encuentro se celebraría en el atrio de la iglesia. Pondrían, igual que en el duelo anterior un muñeco a 180 pasos, en la trayectoria de la flecha colocarían un tubo de un palmo de diámetro y entre el tubo y el muñeco un cirio encendido. El objetivo era pasar a través del tubo, apagar el cirio y acertar lo más cerca posible del corazón. Dado que daban por sentado que los dos lo iban a hacer bien, ganaría el se acercarse más al dibujo de este órgano en la parte izquierda del cuerpo.

 

  Esperaron a que empezase a ponerse el sol para que las sombras del atardecer resaltaran el brillo de la llama del cirio.

 

  Los alrededores del atrio estaban repletos de gente y, como era habitual, las apuestas estaban repartidas casi por igual.

 

  El primero en lanzar fue el Látigo que rozó la perfección pasando el tubo, apagando el cirio y clavando la flecha en la línea que delimitaba el dibujo del corazón. Le tocó el turno a Ekaitza, tensó el arco, lanzó la flecha y, al llegar al tubo rozó ligeramente con las plumas el borde del tubo. Se produjo una mínima vibración en el astil de la flecha, al pasar por el cirio lo apago por el aire que desplazaba y fue a clavarse cerca del dibujo del corazón pero no en él. Los que habían apostado por el Látigo aclamaban al campeón, los que lo hicieron por Ekaitza se retiraron cabizbajos. Ekaitza, al pasar al lado del Tuerto le dijo por lo bajo:

 

-Tuerto, me debes una.

-¡Te debo tantas que he perdido la cuenta!

 

El Látigo se acercó al Tuerto.

 

-¿Estás seguro de que esto ha sido limpio, Tuerto? Estoy seguro de que Ekaitza jamás habría rozado un tubo tan amplio y estoy convencido de que acertaría en el centro del corazón. Después de mi flechazo ya estaba convencido de haber perdido.

  -Pasara lo que pasara en este duelo, yo salía ganando. No tendría por qué haber influido en el resultado ¿no?

  -Pero...me da la impresión de que ganas más con este resultado. No obstante...me va a encantar ser el señor de una parte pequeña de vuestro señorío.